Epic Games ha pedido a Microsoft y a Sony que hagan la Xbox 720 y la PlayStation 4 (o como acaben llamándose) tan poderosas como les sea "económicamente posible". El objetivo es asegurarse de que siguen siendo relevantes en el mercado, en una época en la que los dispositivos móviles comienzan a despegar como plataformas de ocio electrónico.
Tim Sweeney, director de Epic, dice que "el papel de las consolas es definir la experiencia gráfica más impresionante de la industria", y que deberían "ofrecer teraflops de rendimiento de un modo que ningún dispositivo portátil pueda ofrecer".
Para Sweeney, la próxima generación tiene que llevar los gráficos tan lejos como sea posible, ya que "ésa es la razón por las que las consolas existen en el futuro, porque te ofrecen una potencia de procesamiento gráfico que va mucho más allá de lo que cualquier dispositivo más ligero puede ofrecer".
Llevar a las consolas hasta un nivel de trillones de procesos por segundos, conseguiría, según Epic, que los dispositivos de sobremesa sigan siendo relevantes durante al menos otra generación más, sin importar la popularidad de iPhones, iPads, etcétera.
Sweeney apuesta también por descartar los DVD y los Blu-ray en favor de otros sistemas como los SSD, aunque habría que sortear el problema de la distribución.
