Quieren encarcelar a los padres que den juegos para adultos a sus hijos

Bill Hastings, el censor en jefe del gobierno de Nueva Zelanda, ha amenazado a los padres con persecuciones judiciales si facilitan a sus hijos el acceso a contenidos de videojuegos recomendados para mayores de edad.

Hastings ha advertido que los padres podrían afrontar multas de hasta 10.000 dólares neozelandeses (más de 3.900 euros) y penas de hasta 3 meses de cárcel, de acuerdo a la legislación vigente, que en Nueva Zelanda penaliza el facilitar el acceso a contenidos para adultos a los niños.

Hastings ha reconocido que nadie ha sido todavía juzgado de acuerdo a esa ley, pero considera que si se logra sería un importante golpe de efecto para llamar la atención de los padres que, considera, deben salvar la brecha digital que les separa de sus hijos e implicarse en qué hacen y con qué juegan. Y es que, advierte, "es la primera vez en la historia en la que los hijos saben más de tecnología que sus padres."

Además, Hastings advierte de que es preciso reformar la legislación de videojuegos neozelandesa, pues los videojuegos no deben ser clasificados por edades obligatoriamente si no se considera de manera previa que pueden tener contenido para adultos. Esto no sucede con las películas, que deben ser todas clasificadas por edades.

Por eso, Bill Hastings ha señalado que planea solicitar al Ministerio de Asuntos Interiores de Nueva Zelanda que se reforme esa ley para que todos los videojuegos sean clasificados por edades sin excepción. Por su parte, Richard Worth, el ministro, ha dado su apoyo provisional a Hastings.