En marzo de 2013, un residente de Miami de 25 años, llamado Jia Li, pidió a la web de Microsoft un nuevo portátil. Nada especialmente caro, simplemente un portátil de gama media. Cuando el paquete llegó a su casa, no contenía el ordenador que había pedido. Contenía un prototipo de Xbox One.
El prototipo perdido
"La caja tenía un montón de cintas de seguridad encima", comentaba Li a Bussiness Insider en una entrevista telefónica. "Así que empecé a preguntarme, ¿qué es esto? Y cuando la abrí, vi que era algo que jamás había visto con anterioridad", explica.
Efectivamente, se trataba de una Xbox One, de un prototipo interno para desarrollo, de color blanco con una serie de estampados cebra, usados para evitar filtraciones y fotografías de personas ajenas a los proyectos. Según relata Bussiness Insider, Li había recibido una Xbox One preliminar meses antes de la presentación de la consola de forma oficial -algo que ocurrió en mayo de 2013-.
En aquella época, tal y como nos contaba Kotaku, varios hackers y periodistas intentaron hacerse con uno de estos prototipos, albergados de forma interna dentro del proyecto conocido como Durango o Kryptos -en función del estado avanzado del mismo-.
Un error en el almacenaje
Microsoft había enviado por accidente una máquina de desarrollo. Bussiness Insider especula con la posibilidad de que Redmond enviara la consola por error debido a la gran presión que atesoraba por culpa de la competición que la división Xbox entablaba con Sony por aquella época, justo en la presentación de ambas máquinas antes del inicio de la generación.
Con esto de premisa, el medio confirma que dichas versiones beta de la maquina habían sido almacenadas en un recinto de baja seguridad, acumulándose en una serie de palés y cajas dentro del centro de envío. Así pues, de forma accidental, una de estas máquinas acabó siendo cogida para reparto por error. Otra posibilidad radica en un error de etiquetado -números similares, cajas de peso idéntico- a la hora de la preparación-, o incluso, en un empleado descontento.
Una Xbox One no del todo funcional
Una vez Li abrió la caja, encontró la versión beta de Xbox One, una pléyade de enchufes internacionales y una serie de papales y folletos de uso. Desgraciadamente, no venía mando alguno, ni siquiera Kinect, aunque sí pudo enchufarla a su televisor y encenderla, mostrando el mensaje de Kyrptos al arrancarla.
Una vez se dio cuenta de lo que tenía en su manos, Li decidió ponerse en contacto con Microsoft y, tras varias negociaciones, Redmond recogió el prototipo de la consola y le regaló por las molestias una Xbox 360 con Kinect y le entregó su portátil pedido.