La aventura gráfica de 1992 Indiana Jones and the Fate of Atlantis tuvo prevista una secuela de la que ahora sabemos más detalles.
Lucasarts tenía avanzada esta producción que se habría llamado Indiana Jones and the Iron Phoenix. Se ambientaba en 1947, con Indy buscando la piedra filosofal, una sustancia alquímica legendaria que se dice que es capaz de convertir los metales bases tales como el plomo en oro. El aventurero lucharía contra los nazis, que intentarían resucitar a Hitler con su poder, en tres diferentes escenarios que terminarían en América del Sur.
Originalmente Joe Pinney encabezaría el proyecto, quien luego pasaría a Telltale para ocuparse de Tales of Monkey Island, Sam & Max: The Devil's Playhouse y Jurassic Park: The Game. Aric Wilmunder fue su relevo, con Bill Stoneham ocupándose del arte en los escenarios.
Lamentablemente el proyecto se eternizó, con el equipo rotando entre varios proyectos. Se pensó incluso en rodar escenas de imagen real sobre ilustraciones.
Los problemas con el tema Nazi
También surgieron problemas con las esvásticas y símbolos Nazi, prohibidos en la publicidad para el mercado Alemán, pese a considerarse como un elemento histórico. Alemania trataba los videojuegos de juguetes y no levantó la prohibición. Era un grave contratiempo, pues el mercado europeo, y el Alemán principalmente, era más lucrativo que el estadounidense; grandes juegos, entre los que se encontraba The Secret of Monkey Island, cubrían gastos con las ventas en Europa.
Los desarrolladores decidieron entonces cambiar algunos símbolos de Fate of Atlantis por cruces, pero para un juego ambientado en la resurrección del Tercer Reich se hacía imposible evitar el tema.
Después de un año de desarrollo, Indiana Jones and the Iron Phoenix fue cancelado.
Sobrevivió en el cómic
La historia se reinventó para una serie de cómics de Dark Horse, aunque Wilmunder no está satisfecho con el resultado.
"El primero de los cómics está basado en mis diseños", pero luego se desvió: "En el último número todo son zombis nazi... literalmente". También muestra su descontento con los cambios de Colette, uno de sus personajes.
Wilmunder acepta la cancelación: "No estoy triste, estoy decepcionado. Prefiero no construir un producto que hacer un producto malo. Pasé años trabajando con equipos para hacer grandes juegos, y no quería hacer nada que fuese un paso atrás".
Podéis saber todos los detalles de su diseño con un documento de 67 páginas.
