Una excavación en Nuevo Mexico encontró recientemente los cartuchos de E.T. enterrados y confirmó el mito sobre su destino. Sin embargo, para un habitante de Idaho, James Heller, nunca hubo leyenda. Afirma ser quien enterró 750.000 cartuchos en septiembre de 1983 por órdenes de Atari.
"Me dijeron que me deshiciese de ellos lo más rápido y barato que pudiera y eso hice. Ese era mi trabajo", ha dicho en una entrevista local.
750.000 cartuchos enterrados
El fracaso comercial del juego fue muy importante para Atari, que había usado una licencia de la película más importante del momento, y el stock de juegos producidos superó con mucho la demanda. Se considera que fue uno de los causantes de la gran crisis del videojuego de la época.
No ha sido hasta la filmación de un documental, impulsada por Microsoft, cuando se ha podido localizar el sitio exacto de este entierro, y no sólo se han encontrado copias de E.T., también han aparecido otros juegos de la consola Atari 2600 -lanzada en 1977- como Missile Command y Centipede.
Heller dice que los jóvenes empezaron a buscar los juegos en el vertedero, por lo que usó seis camiones de cemento para sellar el lugar: "No hay ningún misterio. La gente lo hizo un misterio".