Jonathan Morin, uno de los responsables de Watch Dogs, ha revelado que los seis meses de retraso que sufrió el juego han servido, principalmente, para pulir la experiencia, y no se han añadido contenidos reseñables a la experiencia, más allá de, por ejemplo, crear más perfiles para los ciudadanos.
"El punto de partida era un juego prácticamente en las tiendas, así que lo inteligente era no tocar demasiado. Vamos a averiguar qué queremos cambiar y hacerlo de una manera precisa. Ya teníamos un juego enorme. Ahora la idea era asegurarnos de que todo estaba bien conectado. No añadimos nada grande al juego, sólo ajustamos todo", explicaba.
Morin señala también que con el juego terminado era más fácil testearlo, y que gracias a esto "la productividad y eficiencia del equipo fue cien veces mayor", eliminando errores con mucha mayor comodidad que con el juego en desarrollo.
El 27 de mayo se estrenará Watch Dogs en Xbox 360, Xbox One, PC, PlayStation 3 y PlayStation 4, mientras que más adelante también llegará a Wii U.