Mark Rubin, máximo dirigente de Infinity Ward, el estudio tras Call of Duty: Ghosts, ha destacado el creciente coste de desarrollo de los videojuegos.
"Da miedo, y dejo de hablar de Call of Duty por un momento, pero los juegos son cada vez más difíciles de hacer y más caros de producir", afirma en declaraciones concedidas a Game Informer. "Siento que los estudios pequeños tienen problemas. No puedo hablar por ellos, pero creo que están teniendo problemas para hacer grandes juegos que lleguen al gran mercado de títulos de alto presupuesto porque son más difíciles de hacer".
Rubin no obvia que "la gente quiere gráficos cada vez mejores; la gente quiere diseños artísticos cada vez más realistas, y eso tiene un precio". Por supuesto, esto repercute en los costes de producción, pero también en el producto final que adquiere el consumidor.