Los cargos por fraude contra Electronic Arts como parte del juicio abierto entre la compañía y el desarrollador original del juego, Robin Antonick, han sido descartados por el juez Charles Breyer.
De esta manera, el juez dictamina que el demandante "no ha conseguido demostrar sus reclamaciones por fraude". El juicio continúa, pero tras este giro en la historia la compañía no tendrá que afrontar estas acusaciones, aunque sigue juzgándose si la compañía rompió su contrato originario de 1986 por el que tendría que haberle pagado un porcentaje de las ventas de todas las entregas de la saga.
Además, el juez ha establecido una condición favorable a Electronic Arts, al menos en principio, ya que el jurado popular que dictaminará el resultado del proceso tendrá que considerar en la pregunta que se le plantee si las entregas de la saga son lo suficientemente similares a la original de 1986 como para justificar que la compañía siga pagando, con independencia de las alegaciones de incumplimiento de contrato... aunque el demandante demanda solo los derechos hasta 1996. No en vano, EA alega que ya no usa el código creado por Antonick.
Tras este giro en el juicio, este volverá a iniciarse el próximo 9 de julio. Antonick reclama 16 millones de dólares en daños y 200 millones de dólares como deuda por parte de EA en concepto de los porcentajes de ventas para los juegos de la saga previos a 1996.
