Análisis de rain PSN (PS3)

Japan Studio, uno de los estudios bajo el techo de SCE Worldwide Studios, tiene un historial bastante importante de títulos con un algo que muchas veces es difícil de calificar. Ahora por fin está entre nosotros rain, una de esas creaciones que transpiran alma desde el primer tráiler, y que consigue atraer a multitud de jugadores a la vez que espanta a otros tantos. Si eres de los que se sintió atraído, entonces es momento de descubrir si este cuento cumple con sus expectativas.

En rain vivimos la historia de un joven que, yaciendo en la cama febril, decide perseguir a una chica etérea cuya forma sólo la lluvia revela. Tras atravesar una puerta, nuestro chico protagonista descubre que él también ha perdido su opacidad, pero este pequeño contratiempo no será un problema para perseguir a esta misteriosa joven bajo un incansable aguacero. La chica se ve perseguida por un terrible monstruo que, de igual forma, es únicamente perceptible bajo la lluvia, y en un arrebato de valentía, amor, o lo que sea, se lanza en su rescate.

Comienza el chaparrón

Claro que, en los primeros compases de la aventura, la chica se nos presenta como un objetivo inalcanzable, a la cual perseguimos sin descanso mientras comprendemos los mecanismos básicos que tendremos que dominar para poder avanzar con éxito. rain es un título muy sencillo. Tan sólo necesitamos el stick para movernos, un botón para correr, otro para saltar y otro para interactuar con el entorno, por lo que no tardaremos, prácticamente sin necesidad de explicaciones por parte del juego, en adaptarnos a sus escasas exigencias.

Pronto descubriremos que mientras no nos moje la lluvia, nuestro personaje será totalmente invisible, tanto para nosotros como para los enemigos, por lo que no podrán atacarnos. Así, será necesario alternar nuestra visibilidad con nuestra invisibilidad, mientras que, a cubierto, podemos guiarnos por nuestras pisadas húmedas –mientras duren–, el polvo o las salpicaduras que levantamos al andar, o los objetos que movamos o derribemos a nuestro paso.

Estos primeros minutos con rain fueron muy de agradecer, ya que confiaba en las posibilidades del jugador para afianzarse con sus controles sin necesidad de un tutorial que lo llevase de la manita. Sí, repetimos que es un juego sencillo, pero ya sabemos que hoy en día prácticamente todo tiene tutoriales. Claro que toda esta confianza en el jugador se va a la basura durante el resto de la aventura, ya que cuenta con tantísimas ayudas que hace prácticamente imposible que podamos pararnos a pensar, aunque comentaremos esto con más detalle más adelante.

La belleza de la lluvia

A parte de su utilidad en lo jugable, creemos que la lluvia es una elección narrativa para acompañar la historia que se nos cuenta. La lluvia es un referente cuya simbología se asocia con mil y un elementos. No cabe duda que la lluvia y la noche sientan unas bases de peligro e inseguridad a lo largo de rain, pero también recoge con fuerza la idea de melancolía, tristeza y, sobre todo, pureza. Los protagonistas de rain viven un amor puro, el de dos niños, y como tales, son dos seres puros que sólo quieren escapar de un mundo que les es hostil y desconocido.

Para acompañar esta historia, el trabajo de Japan Studio en lo audiovisual es sencillamente impecable. Técnicamente, en el aspecto gráfico, rain es un juego muy correcto, en el que cabe destacar los reflejos en tiempo real y las físicas de los objetos con los que interactuamos, pero que no necesita más para sumergirnos en ese mundo que quiere crear. El aspecto sonoro, por su parte, es una capa adicional de inmersión, que encaja a la perfección con la experiencia, añadiendo sentimiento a los eventos que acontecen en pantalla.

A veces, este último trabajo de Japan Studio, ha tenido momentos que nos ha recordado a ICO, aunque ambientado en una imagen un tanto idealizada de ciudades europeas como Roma o París y con una fotografía totalmente diferente. Pero esa esencia narrativa está ahí, y ver cómo se desarrolla una historia con tan sólo unos textos puntualmente ubicados en pantalla, con apenas un puñado de gestos entre los dos protagonistas, nos ha transmitido unas sensaciones que parecen inspiradas en el juego de Ueda.

Escapando del aguacero

Unos controles accesibles y un apartado visual no serían nada si el desarrollo jugable no acompañase a rain, y lo cierto es que lo hace, aunque con reservas. Poco a poco descubriremos diferentes tipos de enemigos y un nuevo tipo de elemento líquido, con los que tendremos que interactuar de diferentes maneras, dándole nuevos matices al desarrollo básico del juego. Eso sí, una vez más, nos volvemos a ver obligados a repetir la simpleza de su desarrollo, algo que apoyamos comprendiendo que el énfasis principal es la historia, transmitir sensaciones, y hacernos más fácil la tarea de sumergirnos en la aventura.

Claro que, mientras unas decisiones son comprensibles, otras no nos lo parecen tanto. En las comprensibles está el hecho de que rain se basa en un sistema de cámaras predeterminadas, que buscan siempre el ángulo perfecto para conseguir la emoción deseada, pero que a la vez, la inmensa mayoría de las veces, nos muestra el camino a seguir, haciendo que sea casi imposible perdernos. Teniendo en cuenta que rara vez existe una bifurcación útil, es muy difícil no encontrar el camino correcto, pero por si acaso, la cámara nos echa una mano.

En las no tan comprensibles, la necesidad de iluminar de manera parpadeante todos los elementos con los que podemos interactuar, o, en su defecto, señalarnos con el oportuno mensaje en pantalla que podemos hacerlo. Ver una caja brillando no sólo nos parece que rompe con la armonía de la preciosa estética que luce el juego, sino que nos elimina cualquier posibilidad de pensar. Salvo un par de puzles más dispersos por el escenario, la interacción se limita a un elemento en escena, por lo que, no hay pérdida a la hora de saber qué tenemos que hacer.

Aun así, rain satisface y transmite grandes sensaciones, pero pensamos que cierto público podría haberlo disfrutado más con la tensión de no saber a dónde mirar en los momentos de mayor agobio, o con la posibilidad de que no te digan siempre cuál es el próximo paso que tienes que dar. Si podéis perdonar este aspecto, os aguardan unas cuatro horas –aunque tras completarlo podemos rejugarlo, esta segunda vez, con secretos que nos cuentan más sobre la historia repartidos por los escenarios– por mundos donde lo real y lo onírico se dan la mano, donde se consigue crear algo único y donde, a pesar de lo fantástico, vivimos una historia que consigue conectarnos con sus personajes.

Calados hasta los huesos

rain es una experiencia que llega, que conecta con el jugador. Nos ha recordado muchas veces a un juego de PlayStation 2, o incluso de la PlayStation original, y os aseguramos que esto es un enorme cumplido. Es un juego en el que predomina la esencia, que se centra en lo que quiere transmitir y que, además, lo envuelve en un conjunto visual y sonoro realmente único. rain es simple a la vez que efectista, y aunque su simpleza puede desmotivar a algunos jugadores, lo cierto es que un desarrollo excesivamente complejo probablemente emborronaría ese algo que lo hace tan especial.

A su vez, es un juego breve –dura unas cuatro horas, que podemos duplicar rejugándolo para encontrar secretos y conocer la historia completa– y que se empeña tanto en evitar que nos quedemos mínimamente atascados que apenas nos deja pensar. Como decimos, no querríamos haber visto una complejidad excesiva, pero nos parece totalmente innecesaria –y puntualmente, contraproducente– esa necesidad incomprensible de decirnos qué es lo próximo que tenemos que hacer. De todos modos, probablemente, desde el primer tráiler ya sabías si rain era para ti o no. Si te enamoraste a primera vista de lo que Japan Studio iba a ofrecer, su sencillez y la falta de desafío jugable no serán un problema para disfrutar de este cuento único.