La desarrolladora rusa Snowbird Games, que ha creado títulos como el reciente Eador: Imperium, ha realizado despidos, en lo que parece ser una medida para intentar sobrevivir tras las modestas ventas de sus últimos lanzamientos después de que la compañía de inversiones que estaba apoyándolos económicamente decidiera cortar las alas al estudio.
Las malas ventas de Eador: Imperium y sus críticas, poco entusiastas, han motivado el desencanto de los inversores y su retirada de apoyo financiero.
El estudio ha admitido que su último juego, que volvía a apostar por el rol y la estrategia, tuvo un desarrollo complicado que alargó si tiempo de producción. "Incluso teniendo en cuenta las dificultades técnicas de su motor, está claro que podríamos haberlo hecho mejor".
El estudio ha cambiado de directivos, que han justificado los despidos por los malos resultados del juego y lo lento del proceso de desarrollo, ratificando así el anterior mensaje de la compañía.
Ahora mismo, incluso la continuidad del estudio está en cuestión y podría ser cerrado definitivamente. "No se sabe todavía si la marca Snowbird Games tendrá continuidad", han dicho, mostrando que no hay confianza a largo plazo en la compañía.
Por ahora solo está claro que el estudio va a trabajar en corregir los problemas detectados en el juego y que van a cambiar su método de trabajo: abandonan el uso de su propio motor y usarán el Unreal Engine.
Y es que los nuevos directores creen que el equipo de desarrollo no es responsable directo, y consideran que se intentó hacer un proyecto ambicioso con tecnología desactualizada. "El problema estaba en la dirección, que tomó esa decisión en lo relativo al concepto del juego y su motor". Esto no ha impedido que una parte elevada de la plantilla, aunque no concretada, haya sido despedida.
