Nos situamos en el año 1983. Muchos de los presentes seguramente ni siquiera habíais nacido y otros, como el que suscribe, teníamos dos años. En aquel lejano año de la década de los ochenta, el panorama de los videojuegos era muy distinto al actual, aunque también tenía muchas similitudes.
En aquel año Nintendo lanza su primera consola doméstica "para la familia", bautizándola como Famicom -Family Computer-. Aunque Nintendo ya había experimentado con hardware anteriormente como los Color TV Game o incluso las Game & Watch, el lanzamiento de la Famicom en el mercado Japonés supone el inicio de la primera consola de Nintendo de éxito.
Y hablamos primero de Nintendo, porque fue la primera en inaugurar la "nueva" generación de ocho bits consolera, después de la anterior iniciada por Atari con su emblemática Atari VCS o 2600. Fue la consola con la que Nintendo triunfó, y con la que se labró un nombre que aún sigue de actualidad (y futuro).
Por otra parte, Sega lanzó en Japón el veinte de octubre de 1985 la SG-1000 Mark III, Sega Mark III. En una práctica que fue en habitual en años posteriores, Sega presenta esta consola con la numeración "III" siendo ésta una revisión de hardware de las dos anteriores, añadiendo más memoria RAM y ampliando las capacidades del hardware de vídeo respecto a la SG-1000 Mark II.
Tras haber sido comercializada de forma limitada, en pruebas, en el año 1981, la primera SG-1000 había salido oficialmente en Japón en julio del año 1983, pero no había tenido un gran éxito comercial. También tuvo una distribución limitada en países como Australia, Nueva Zelanda, Italia e incluso España, pero sin gran repercusión. Este modelo de consola nunca llegó a Norteamérica. La segunda llegó justo un año después, en julio de 1984, y tampoco gozó de gran éxito comercial. Tuvo una versión en forma de ordenador que fue comercializada con el nombre de SC-3000.
Este tercer modelo salió a la venta destinada a hacer frente a la Famicom de Nintendo, que ya le llevaba varios años y millones de unidades de ventaja de ventaja, algo que como en muchas generaciones más actuales ha demostrado que puede tornarse en determinante a la hora de decantar la balanza a la larga por un sistema u otro.
Ya en Europa, donde nos interesa, las consolas fueron totalmente rediseñadas tanto en nombre como en aspecto. La Famicom, o Family Computer, pasó a llamarse Nintendo NES, siglas de Nintendo Entertainment System, y por la parte de Sega, del críptico SG-1000 Mark III, su nombre se convirtió en Sega Master System II, pero... ¿II?.
Así es, tras el paso de la Sega Master System a secas, distribuida de forma marginal, se relanza otra versión con otro reajuste en el hardware que la hace llamarse definitivamente Sega Master System II.
Con las dos consolas en Europa puestas en el mercado, y con tan solo un año de diferencia en el lanzamiento entre la Nintendo NES y la Master System II, comienza la batalla de los 8 bits.
El hardware, ¿lo más importante?
En este artículo veremos el hardware de las dos consolas, sus armas, pero sobre todo veremos los datos más importantes sin dar demasiados números sobre lo que ofrecieron estas dos grandes consolas en la batalla de los 8 bits.
En el momento en el que fueron lanzadas estas dos consolas estaban realmente en auge los ordenadores de 8 bits, y muchos analistas dieron por muertas a las dos consolas, vaticinando un fracaso total, pero la historia demostró que los gustos del usuario final nunca están escritos ni responden totalmente a los estudios de mercado de estos analistas.
Dejando aparte también el tema de las ventas en el momento en el que fueron lanzadas en Europa las dos consolas, se puede decir que, a grandes rasgos, la consola de Sega mostraba el hardware más potente, empezando por una CPU de 3,54 Mhz, y en cuestión de vídeo tenía una paleta de colores disponible de 64 y, lo importante, se podían usar 32 simultáneos.
La NES tenía una CPU más lenta, de 1,66 Mhz, y menor colorido: de una paleta de 56 se podían usar 16, con lo que a grandes rasgos nos podemos hacer una idea de la potencia de cada consola. Master System II tenía una CPU más veloz y más colorido y la Nintendo NES una CPU algo más lenta y el colorido en pantalla era menor.
Pero donde realmente ganaba la consola de Nintendo era en el apartado sonoro, y lo hacía por goleada. Aunque el chip encargado de generar sonidos FX y melodías de la Master System no era malo, el gran error fue darle poca importancia a este aspecto, donde el chip de la NES se lució en una gran cantidad de juegos, haciendo muchas de sus músicas clásicos atemporales, como la de Super Mario Bros o Zelda. Bien es cierto que Master System logró en algunos juegos melodías de calidad, pero la nota general fue que el sonido era más tosco, más enlatado que en su competidora, aunque, como decimos, también tiene grandes músicas de juegos como Sonic, Asterix, y destacando logros como Shadow of the Beast.
Y hablar de Nintendo y una música famosa, es hablar de Super Mario Bros, Megaman o Zelda, músicas que aún hoy siguen sonando con "instrumentos" actualizados.
¿La potencia sin control sirve de algo?
Y es que haciendo alusión a esta frase que popularizó aquel anuncio de Ronaldo patrocinando cierta marca de ruedas para coches, uno puede pensar que la CPU de la consola de Sega era más del doble de rápida, y que los colores disponibles en cada consola, 52 para la Master System y 16 para la Nintendo NES, eran cifras que dejarían a la consola blanca y negra por los suelos, pero nada más lejos de la realidad. En estas dos pantallas, por mostrar un ejemplo, podemos ver que hay algunas diferencias evidentes, pero en otros juegos las diferencias eran menores.
Y sin entrar en los juegos, puesto que hoy hablaremos del hardware, el planteamiento de las dos consolas no fue determinante, de la misma manera que no lo es hoy. En España muchos vivimos una particular lucha entre los que tenían una consola u otra, usando los datos técnicos como armas arrojadizas y defendiendo nuestra consola como si de un familiar se tratase. Quizás se puede decir que allí nació la rivalidad entre los "Nintenderos" y los "Segueros" -o una larga lista de nombres a elegir-, y que al no disponer de las herramientas que tenemos hoy para enterarnos en segundos de qué pasa en la otra punta del mundo, cada uno vivió aquellos primeros años de enemistad consolera de maneras muy diferentes.
Otra particular lucha que aún hoy está viva para todos los amantes de lo retro está en los propios sistemas de control de cada consola. Este control que venía por defecto, y no los múltiples mandos que aparecieron después, tienen sus particularidades. El control de la NES tenía la cruceta justa para nuestros pulgares, y botones algo rígidos pero firmes, y el control de Sega tenía una cruceta más grande, donde reposaba el pulgar y los movimientos eran más suaves, las diagonales eran más fáciles de hacer y el tacto de los botones era mucho más suave que el de su competidora.
Pero como hemos dicho, aún hoy día se puede ver en algunos foros, grandes discusiones sobre los pros y los contras de los dos mandos de control de cada consola, pero uno de los factores comunes era el peso; los dos ligeros, tan ligeros que los que están acostumbrados a un mando con motores de vibración y batería y tienen la oportunidad de coger entre sus manos uno de estos controles, les sorprende su ligereza y particular tacto.
Lo cierto es que los que vivimos aquella época con solo tocar uno de estos mandos somos capaces de recordar muchas cosas. Como hemos visto, las dos consolas tenían sus virtudes y defectos en cuestiones técnicas, y con estas "tripas" fueron concebidos grandes juegos de aquella época.
Aunque muchos sepan el desenlace de la lucha entre estas dos consolas, queremos recordar que las dos grandes empezaron ahí un pulso que duró bastantes años, y por eso dejamos dos preguntas en el aire: ¿la potencia sin control, sirvió de algo? y ¿realmente hubo tanta diferencia? No es que Master System tuviera una potencia descontrolada, pero, ¿la supo aprovechar? Y dejando a un lado las ventas de los dos sistemas, ¿hubo tanta diferencia entre estas dos grandes de 8 bits?
En este Round One, podemos decir que Master System ganó por poco, pues tenía virtudes y defectos como su antagonista, que la ganaba técnicamente en otros aspectos. En el segundo asalto veremos los juegos de las dos consolas y los periféricos de estas, algunos realmente sorprendentes, ¿queréis ver un guante de control futurista en los 80? Pronto lo veremos.
Nota de la redacción: pedimos disculpas por las erratas iniciales del artículo.
