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Una mirada semanal al pasado, recordando grandes juegos clásicos y momentos de la historia del videojuego.

Centipede

Uno de los primeros juegos en los que la inteligencia artificial hizo aparición se convirtió en un mito que hoy rememoramos.
Centipede
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Actualizado: 21:31 17/8/2020

Centipede tiene el honor de ser uno de los juegos más versionados de la historia. No en vano las últimas versiones aparecidas hace apenas unos años nos hablan de cómo un juego de principio de los ochenta, sigue teniendo cuerda suficiente para divertir hoy en día.

Y es que los ochenta era la época en la que mientras nosotros disfrutábamos en la televisión de series cómo Los ángeles de Charlie o Heidi, las máquinas recreativas se empezaban a hacer un hueco como sistema de entretenimiento.

Si Pac-Man o Space Invaders demostraron que los videojuegos proporcionaban a los creadores unos suculentos beneficios en forma de miles de monedas, Centipede, el juego de hoy, demostró que el poner interés en hacer un juego bien divertido, reportaría éxito y dinero.

Para esto Atari invirtió más que otras compañías de la época, y por ello, se convirtió en una leyenda. Así que Ed Logg, padre de Asteroids, decidió que este videojuego incorporaría unas rutinas que cambiaban según nuestros movimientos: nacía uno de los primeros juegos con inteligencia artificial.

Centipede y los retos ochenteros

Para este videojuego Ed Logg contó con la ayuda de unas de las primeras mujeres que formó parte del mundo de los videojuegos: Dona Bailey. Era una mujer con experiencia en esto de la inteligencia artificial, por lo que incorporarla a un videojuego hizo que Centipede se elevase a otra dimensión comparándolo con lo visto hasta entonces.

El nombre de Centipede viene de una leyenda japonesa en la que este monstruo era un come hombres del tamaño de una montaña. El héroe que logró acabar con él, clavó una flecha en la cabeza del temido monstruo, y al acabar con esta amenaza, el rey de la época le recompensó con una bolsa de arroz que nunca se acabaría, y así pudo alimentar a su familia durante siglos.

El protagonista del juego, según uno de los artes.
El protagonista del juego, según uno de los artes.

La premisa del juego era simple: pasaremos de nivel cuando acabemos con el Centipede (ciempiés) que guarda cada pantalla, además de otros bichejos como arañas y demás elementos que nos pondrán de los nervios y las cosas cada vez más difíciles, pantalla a pantalla.

Nosotros, que somos un arquero según los dibujos artísticos, y un pixel de indefinida forma según el videojuego y las pantallas, somos los encargados de disparar a este ciempiés que va partiéndose y repartiéndose por la pantalla.

El problema es que nosotros sólo podemos movernos por la tercera parte inferior de la pantalla. Pero además de esto, el propio ciempiés que se parte en cada disparo, atiende a la mencionada inteligencia artificial, que hace que escoja el camino más fácil para acabar con nosotros.

Los gráficos que acompañan al juego, como es lógico, no son un alarde tecnológico, pero sí que tenían el suficiente encanto como para que los diferentes enemigos y personajes que aparecen en el juego se muevan con total soltura y con una velocidad que en ocasiones asusta.

La ausencia de música deja paso a unos efectos de sonido tan resultones como recordados por todos, y son el acompañante perfecto en este desafío convertido en tragamonedas.

El juego tiene una curva de dificultad bien ajustada, tanto, que nos engancha desde la primera partida, para dejarnos lo suficientemente lejos y aprender las mejores maneras de acabar con los enemigos y el temido Centipede.

Los puntos logrados son diferentes si matamos a una araña, por ejemplo, desde lejos o muy cerca, y además de lograr dar en la cabeza del ciempiés también tiene mayor recompensa.

Los enemigos como el escorpión son los que más puntos nos dan, mientras que algunos otros como la pulga, se hacen más rápidos en el primer disparo y nos cuesta acabar con ella en los niveles más avanzados.

Este reto ochentero es precisamente eso, un juego que a pesar de su aparente simplicidad esconde un divertido reto que va aumentando de dificultad en cada pantalla que logremos terminar, para llegar a ser una locura en la que la lucha por los puntos estableció diferentes records, como el de un primer día de agosto, donde Jim Scheider logró alcanzar la cifra de 16.389.547 millones de puntos en modo maratón, y 7.111.111 logrados por Donald Hayes en el modo torneo.

El juego se convirtió en un éxito a pesar de lo peculiar de su temática y gameplay, pero ello no hizo que una inmensa mayoría de plataformas tuvieran su versión de Centipede hasta nuestros días.

La segunda parte, Multipede, limó algunas cosas de la primera parte y engrandeció la leyenda, pero eso, como siempre, es otra historia.

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