La noticia de su muerte tomaba ayer las redes sociales y principales páginas de videojuegos. El responsable de convertir a Nintendo en una de las compañías más prolíficas de la industria nos dejaba a sus 85 años a causa de una neumonía que no pudo superar. Este reportaje póstumo quiere homenajear al que fue, aparte de gran empresario, un visionario capaz de ver más allá. Un gurú que supo virar desde los juegos de cartas que producía Nintendo en sus inicios al ocio tecnológico.
Alguien que evitó la desastrosa crisis del videojuego de los ochenta para dar lugar a consolas tan emblemáticas como la NES, la Super Nintendo o juegos ahora ya míticos como Super Mario o The Legend of Zelda. En el cargo entre 1949 y 2002, el japonés fue el presidente más longevo no solo en la compañía, sino también en el mundo del videojuego.
La saga Yamauchi
Situar al lector en la historia de Hiroshi Yamauchi requiere, por respeto, nombrar al fundador de la marca, su bisabuelo Fusajiru Yamauchi, que en 1889 creó una empresa dedicada a la producción de cartas hanafuda bajo la denominación de Nintendo Koppaii. Desde Kioto la marca distribuía cartas realizadas a mano con un gran ritmo de ventas, algo que les supuso un crecimiento bajo la presidencia del abuelo de Hiroshi, Sekiryo, y que cambió la denominación del negocio a Nintendo Cards Company en 1951. En 1949 Yamauchi abandonaba los estudios abruptamente tras sufrir su abuelo Sekiryo un ataque y tener que asumir las riendas de la compañía. En esta época el joven Hiroshi estaba preparado para innovar y dar el rumbo definitivo a una empresa que sería santo y seña de la industria no solo en Japón, sino en todo el mundo. Aunque él aún no era consciente de todo ello.
La juventud de Hiroshi Yamauchi la marca un hecho que muchos no conocen. Su padre, Shikanojo, que había adoptado el apellido de la familia para suceder al presidente en cargo, les abandona a él y su madre en 1933, dejándolo a cargo de sus abuelos. Pasados los años, y a juzgar por los comentarios de los que compartieron trabajo con él, el joven Hiroshi es una persona con un alto sentido de la responsabilidad, alguien que lejos de mirar solo números daba el visto bueno a cada paso de la industria. Si algo no le gustaba, el producto se modificaba o no salía a la venta. Así se convertirá en el tercer presidente de la compañía.
1964: Nace la división de juegos
La visita de Hiroshi a Estados Unidos en el año 1959 parece el punto de inflexión que hace que Nintendo cambie el rumbo de forma definitiva. Después de conseguir un jugoso acuerdo con Walt Disney para producir cartas con las imágenes de los personajes más afamados de la compañía, el presidente de Nintendo ve una posibilidad que antes no había tenido en cuenta, el ocio tecnológico. La compañía pasa a denominarse Nintendo Co., el nombre que aún hoy ostenta, y los sesenta y setenta se presentan como la plataforma de pruebas perfecta para esta nueva idea.
1964 es el verdadero punto de partida de Nintendo en el negocio de los juegos fuera de las cartas. Es en esta época cuando Yamauchi da el visto bueno a proyectos como el Ultra Hand o el Rabbit Coaster, juegos que fueron un completo éxito y que ya empezaban a trazar un camino que les llevaba directamente a la consecución del dominio de la industria del ocio. Seis años después Nintendo estaba preparada para hacer frente a una revolución que llegaría de la mano de Sharp y Masayuki Uemura y un aún primario aunque prometedor sistema láser.
La decisión Uemura
Una de las primeras decisiones en cuanto a personal que marcan el desarrollo de la marca es la incorporación de Masayuki Uemura al equipo de Nintendo. Hiroshi Yamauchi es capaz de ver inmediatamente el potencial de este ingeniero después de una reunión con Sharp, su compañía en aquel momento. Esta incorporación marca claramente el primer paso hacia lo que sería la Nintendo NES, o Famicom, y la consecución de una consola doméstica que estaba en la cabeza de Yamauchi desde hacía mucho tiempo. Asimismo había empezado el flirteo directo con el videojuego a través de las máquinas arcade. Bomb-Bee N, Sheriff o Space Fever habían recibido la bendición del gran gurú.
Estamos en los años setenta, y Nintendo, de la mano de su presidente, sigue adelante en la idea de hacerse con ese ocio familiar. La diversificación dentro de la compañía hace que llegue 1980 con una serie de trabajos de gran éxito relacionados con los juegos láser y las primeras portátiles, las denominadas Game&Watch. Y de ahí a Nintendo NES.
Yamauchi y las consolas domésticas
Famicom (su nombre en Japón) entra como un cohete en las vidas de muchas familias japonesas. Su éxito, ligado a la selección de una serie de personas clave en su desarrollo, llevan a esta consola a convertirse en la Nintendo Entertainment System que muchos conocemos y a comercializare en todo el mundo. Fue el rojo de la bufanda del mismo Yamauchi el que dio color a la consola, y fue por orden expresa de este que la consola fuese tal como se concibió. De la mano de Gunpey Yokoi y Uemura –la santísima trinidad de Nintendo junto con su presidente– el torrente llamado NES había empezado y no había quien lo parase.
Los años ochenta no fueron prolíficos solo en lo que a consolas se refiere. El ojo avizor del presidente Yamauchi estaba pendiente también de los juegos. Y de ahí salieron joyas como Super Mario, The Legend of Zelda o Donkey Kong. Y ligado a este último, el nombre: Shigeru Miyamoto. Más de 60 millones de consolas vendidas y la creación de un ejército de magos de las consolas avalan la gestión de Hiroshi al frente de Nintendo hasta el momento.
Por si estas ventas fueran poco, Nintendo también firma la celebrada Game Boy. Más de 100 millones de unidades vendidas no pueden ser erróneas, la entrada en el videojuego portátil laureaban aún más el currículum de un presidente que iniciaba los noventa con la vista puesta en el futuro. Nintendo dominaba el mercado del videojuego en Japón y Norteamérica, y pese a las acusaciones de prácticas monopolistas y las férreas condiciones a las compañías que desarrollaban para NES, la compañía empezaba a ser reconocida como la Disney del videojuego.
Los 90 y la Super Famicom
Los datos superaban lo que el propio Yamauchi había imaginado para su consola doméstica. Habían roto el mercado en Japón y sorteado perfectamente la crisis del videojuego de los ochenta. No contento con eso, el presidente de Nintendo era responsable de haber dado la alternativa no a uno, sino a tres de los nombres más importantes de la historia del videojuego, entre ellos el inimitable Shigeru Miyamoto. Con el motor al máximo de sus revoluciones llegó la hora de Super Nintendo. Lanzada al mercado nipón en 1990, en Estados Unidos en 1991 y en Europa en 1992, también fue un éxito, llegando a las más de 49 millones de unidades vendidas.
Gracias a esta consola surgieron títulos como Super Mario World, Super Mario Kart o el inolvidable The Legend of Zelda: A link to the past. Son simples anécdotas para los jugadores de la época que significaron verdaderos hitos para la carrera de Yamauchi.
Virtual Boy y el inicio del declive
Con Super Nintendo vendiendo aún muy bien, Hiroshi Yamauchi autoriza a Gunpei Yokoi para empezar la producción de Virtual Boy, lo que sería el primer coqueteo del videojuego con las tres dimensiones y también el punto de inflexión de Nintendo en cuanto al liderazgo, junto a Sega, de la industria del videojuego. Un corto catálogo y la recepción fría por parte del público hacen ver a Yamauchi el fracaso de una propuesta que él mismo había visto con buenos ojos. Si bien hoy en día Virtual Boy es un objeto muy preciado para los coleccionistas, fue un dolor de cabeza muy fuerte para una Nintendo que encajaba su primer golpe importante.
1996-2002: Los últimos años de Yamauchi en el poder
Dos nombres son los que definen los últimos movimientos de Hiroshi Yamauchi en la primera línea de Nintendo: Nintendo 64 y GameCube. En este momento la competencia en consolas de este tipo había empezado a surgir y PlayStation y Sega Saturn empezaron a plantar batalla. La relación con las denominadas third parties empeoró y el desarrollo de juegos mermó a una consola que pronto empezó a perder todo el terreno dominado durante años. Pese a ello la consola dejó inolvidables títulos en tres dimensiones como Mario 64 o Ocarina of Time. Las ventas seguían cayendo en cuanto a consolas domésticas y la consola llegó a los 33 millones de unidades vendidas.
Los últimos movimientos del gran presidente para Nintendo fueron los relacionados con GameCube. De nuevo la competencia era fuerte y contaba con un nuevo integrante, la Xbox de Microsoft. En este sentido Sony contaba con todo lo aprendido para presentar PlayStation 2. El panorama no era del todo favorable para un Yamauchi que veía como la competencia había acabado de conquistar el poco terreno que su empresa aún dominaba. La consola bajó las ventas de la última N64 considerablemente y solo fue capaz de llegar a los 21 millones de unidades.
El Yamauchi off-topic
El 31 de mayo de 2002 marca un antes y un después en la compañía. Hiroshi Yamauchi deja la Gran N en manos de Satoru Iwata, actual presidente de la marca. En su vida destacan diferentes intentos por diversificar los ingresos de la marca flirteando con empresas de taxis y los populares hoteles del amor japoneses. Previamente a la explosión de Nintendo como representante del mercado de videojuegos, también tuvo contactos con la industria de la alimentación.
Como curiosidad, Yamauchi también fue dueño hasta hace poco del club de béisbol americano Seattle Mariners. En 1992, estando el club en venta y ante el riesgo de ser trasladado a otra ciudad, el alcalde de Seattle pidió a Nintendo (cuya sede americana está en la ciudad) que buscase a un inversor japonés para hacerse con el club, que no fue otro que el propio Yamauchi. El presidente de Nintendo, que nunca había asistido a un partido de béisbol, tuvo el honor de ser el primer dueño extranjero de un equipo de béisbol americano y esto hizo que los jugadores japoneses pudiesen jugar en la Major League Baseball. En 2004, Yamauchi vendió sus acciones del club a la propia Nintendo, que se mantiene como propietaria. Pese a haber sido dueño de un club de béisbol durante 12 años, Yamauchi falleció sin haber asistido a ningún partido de este deporte.
Sea como fuere, con la empresa bajo su mando los amantes del videojuego hemos recibido algunos de los mejores regalos de nuestra infancia. Con nombres como Nintendo NES, Game Boy, Super Nintendo, Nintendo 64, Game&Watch o GameCube, cada uno tendremos nuestros propios recuerdos, firmados por un presidente que supo ver más allá de lo que ofrecía el mercado, aunque siempre intentando dominarlo.
Descanse en paz.
