Bungie lleva años trabajando con Activision para la producción de la saga Destiny, tras cuyo primer episodios ahora está en producción la secuela. El ambicioso proyecto llega en septiembre a consolas, un mes más tarde a PC y se prepara como uno de los lanzamientos del año.
Call of Duty, una inspiración para Bungie
El juego se encuentra actualmente en fase de pruebas (comenzó ayer en PS4 y se activa hoy en Xbox One) para que los jugadores puedan probar sus novedades jugables y conocer el tono de los escenarios.
Desde Bungie, el diseñador Rob Egein ha apuntado que en la creación de los escenarios se han servido de diferentes influencias vinculadas a Activision, entre ellas la saga de acción Call of Duty.
Egein ha confesado que la misión Black Spindle está directamente inspirada en uno de los escenarios de Call of Duty 4: Modern Warfare, título que supuso un antes y un después en la saga de disparos.
"La mayor inspiración me llegó viendo vídeos de la gente haciendo speedruns en Mile High Club de Modern Warfare en dificultad veterano. Me encantó el sentimiento de maestría que se transmitía", explica.
El diseño de este nivel acompañado por la presencia de scripts para dar espectacularidad a la acción y el dominio que los jugadores a la carrera tienen sobre el diseño sorprendió al diseñador de escenarios.
Con Destiny 2, Bungie apuesta por un diseño de niveles que atrae tanto a los jugadores tradicionales como a quienes aman los grandes retos.
El diseñador apunta, además, que el juego potenciará la colaboración entre ambos colectivos de jugadores apostando por lo que llaman "la cultura del carry", esto es, las ayudas que brindan los jugadores más a 'pros' a los novatos para hacerles disfrutar de contenidos avanzados.
