A finales de los noventa, cuando el primer Half-Life desembarcó tras salir de las oficinas de Valve, rápidamente se convirtió en un referente para la industria del ocio digital, pero no todos los jugadores pudieron verlo con los mismos ojos: la versión lanzada en Alemania fue censurada en sus contenidos más violentos.
La censura de Half-Life
Ahora, casi veinte años después de aquel lanzamiento, el juego protagonizado por Gordon Freeman recibe una nueva versión para el mercado alemán que elimina la censura. La edición sin recortes se distribuye a través de Steam de forma gratuita y sustituye a la primera versión que reducía la violencia.
Los alemanes jugaron a un Half-Life que sustituía a ciertos personajes por robots y quitaba la sangre de los enfrentamientos cambiándola por aceite. No es el único videojuego que ha tenido que recortar considerablemente sus contenidos para poder ponerse a la venta en el país europeo, que siempre ha sido uno de los más férreos a la hora de controlar el ocio digital.
Con todo, Alemania está moderando progresivamente las medidas de censura destinadas a proteger a los jóvenes del consumo de videojuegos que pueden ser "nocivos" para su salud mental. Este año también se ha permitido el lanzamiento de Red Faction, otro videojuego bloqueado durante años en territorio alemán.
