The Legend of Zelda: Breath of the Wild ya se ha transformado en uno de los mayores éxitos de la recién estrenada Nintendo Switch como os contamos en nuestro análisis. El título, que también se ha lanzado en Wii U, ha renovado las bases de la saga de la longeva saga de Nintendo. Tres décadas dan para mucho y hemos vivido constantes procesos de evolución de la licencia en los que cada uno de los episodios ha tenido algo que aportar. Desde A Link to the Past a Ocarina of Time, sin olvidarnos de Wind Waker, todos los juegos de la saga creada por Miyamoto han dejado una impronta en los jugadores que se ha recordado con los años.
Breath of the Wild ha conseguido pasar a formar parte del excepcional catálogo de juegos de The Legend of Zelda ocupando una posición privilegiada. El que para muchos ya es considerado como uno de los mejores Zelda de la historia, se ha conseguido colocar en este espacio gracias a la innovación y a la capacidad de asumir riesgos. No estamos ante un título que siga los cánones de la franquicia en su totalidad, sino ante una apuesta diferente, que rompe barreras en favor de la innovación y que sorprende. Hacemos inventario de sus bondades y las listamos como libro de deseos para el próximo episodio.
El mundo abierto vivo
Sin lugar a dudas, la innovación con mayúsculas que ha presentado Breath of the Wild es su carácter de mundo abierto. Una vez superados los primeros temores sobre si estaríamos ante un escenario enorme pero carente de contenido, hemos descubierto una visión de Hyrule más extensa, amplia y rica, con secretos que poco a poco se van desvelando y que seguiremos explorando durantes los próximos meses y años. La creación del equipo capitaneado de Aonuma es especial por todo lo que la rodea: localizaciones, animales, habitantes, ecosistemas, etc. Este planteamiento jugable supone un punto de inflexión en la saga que se debe mantener para el futuro.
La libertad de movimiento
Es innegable que uno de los puntos fuertes de The Legend of Zelda: Breath of the Wild es la enorme libertad de movimiento que ofrece al jugador. Hemos pasado de estar encorsetados en una aventura más o menos guiada por la trama a ser puestos en un enorme mundo abierto donde el único límite es la capacidad del jugador de resolver retos. Nintendo ha diseñado Breath of the Wild bajo la filosofía de "si lo puedes ver, lo puedes pisar" y la ha aplicado a aspectos como el sistema de escalada que nos concede una enorme libertad de movimiento. También en territorios donde en ocasiones la única limitación que tiene el jugador viene dada por su propia tenacidad. Es indispensable que la próxima gran entrega de The Legend of Zelda apueste también por ello.
Romper con la linealidad
Hasta la fecha, y salvo excepciones, la saga nos tenía acostumbrados a seguir una linealidad en base al guión. Visitamos templos siguiendo un orden establecido y lo hacíamos de manera radical: sin una herramienta conseguida en el anterior no podíamos avanzar en el siguiente. The Legend of Zelda establecía así sus propios muros invisibles cimentados por los pasos del protagonista. Todo tenía un orden lógico. Con A Link Between Worlds de Nintendo 3DS, el equipo de desarrollo quiso romper este esquema tradicional dejando al jugador elegir el orden del camino a seguir. En Breath of the Wild esta idea se ha trasladado con maestría al terreno de un mundo abierto donde no sólo decides el camino a seguir y su orden, sino que también eliges cuándo hacerlo. Perderte por Hyrule es todo un placer. Esa sensación falta de linealidad le ha sentado muy bien a la saga y debe mantenerse en el futuro.
El sentimiento de aventura
De aquella primera aventura de The Legend of Zelda estrenada en NES a Breath of the Wild han pasado tres décadas, pero ambos juegos comparten el mismo sentimiento de aventura, ese mismo instante en que aterrizas en un enorme mundo de fantasía en el que no sabes qué camino debemos recorrer. Nintendo ha reconocido haber tomado como punto de partida el espíritu de la primera parte de la serie para el último episodio y es algo que le ha sentado muy bien. Breath of the Wild es un título que tiene hasta una dificultad inusual en la saga en comparación con las últimas entregas, algo que lo convierte en una experiencia única. Sabemos que es complicado, pero Nintendo debe luchar por perpetuar esa sensación de aventura que vivimos al salir de nuestra cueva y visionar desde las alturas el mundo de Hyrule por primera vez.
El crafteo y los recursos
Para muchos, que un juego presente un sistema de crafteo puede ser todo un suplicio, pero en el caso de Breath of the Wild Nintendo ha acertado con las decisiones de diseño incluso en el controvertido tema de las armas que se rompen tras cierto uso. La gestión de objetos (recursos) que integra la nueva entrega de la saga está a muy buen nivel, y aunque siempre se puede perfeccionar, sienta una buena base para lo que pueda venir en los futuros años. Va a ser imposible concebir un juego de la saga sin tener en cuenta aspectos como la recolección de materiales y la cocina.
Sea como fuere, The Legend of Zelda: Breath of the Wild ha sentado cátedra en el catálogo de los juegos de Nintendo convirtiéndose en un título muy querido entre los seguidores de la saga, y aunque es muy pronto para saber cuáles serán los derroteros que la licencia tome en el futuro, más teniendo en cuenta la larga producción de este título, va a ser complicado concebir un nuevo episodio sin tener en cuenta los aspectos mencionados. Existen otros elementos también significativos que se deben mantener como las voces dobladas al castellano. De lo que no nos cabe la menor duda es que The Legend of Zelda seguirá apostando por la innovación. Para todo lo demás, siempre contáis con nuestra guía.
