The Legend of Zelda: Breath of the Wild tiene una virtud, y es que permite que cada jugador viva la aventura como su propia experiencia. Al enfrentarnos a un mundo abierto donde la libertad de movimiento es absoluta, tenemos la oportunidad de elegir cuáles son nuestros pasos a la hora de mejorar a Link.
Jugando a Zelda a lo Dark Souls
El objetivo principal de Breath of the Wild, como sucede tradicionalmente en la saga, es derrotar a Ganon. El camino puede ser más o menos largo en función de los preparativos que estemos dispuestos a realizar. De hecho, los amantes del speedrun han conseguido completar la aventura en poco más de una hora.
Durante todo el proceso nos topamos con enemigos de diferente calibre como los Centaleones, Red Lynels en inglés, que suponen todo un reto para el jugador la primera vez que se los encuentra. Viajamos hasta un enfrentamiento épico, donde la agilidad del jugador debe ser extrema para evitar sus embestidas.
El enfrentamiento es más complicado si nos topamos con estos enemigos sin la preparación apropiada como ha hecho Jimmyqballs, que se ha encargado de exterminar a un Centaleón con solo tres corazones de vida. Su principal virtud (para algunos, truco) es estar cambiando de armas constantemente para esquivar sus golpes y contraatacar.
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