El medio estadounidense Game Informer ha reunido a cuatro destacados miembros de la industria del videojuego, quienes han alabado The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
En la sesión han participado Ken Levine, creador de BioShock, Jake Kazdal -conocido por su trabajo en Rez-, Jake Rodkin (que ha trabajado en The Walking Dead y Fire Watch y Aaron Linde, que firmó Battleborn.
Aficionados veteranos y experimentados
Los cuatro desarrolladores se deshacen en elogios hacia el último juego de la saga de Nintendo: Kazdal, por ejemplo, llega a decir que para él este es el mejor juego de la historia.
Ken Levine, por su parte, se identifica como un "aficionado veterano" de la saga Zelda, pero que en los últimos años no estaba tan contento con las entregas que habían salido, en particular desde The Legend of Zelda: The Wind Waker y The Legend of Zelda: The Minish Cap. "Me empezaba a preguntar si me había vuelto viejo, o si estaba perdiendo interés en este tipo de cosas. He tenido muchos problemas durante los últimos tiempos para emocionarme con lo que sea", afirma, en relación al panorama de los videojuegos de los últimos años. Levine ha vuelto a recuperar su interés en la saga con esta entrega.
Sin llevar al jugador de la mano
Levine admite que tuvo una primera aproximación crítica, y señala que Nintendo Switch no está a la vanguardia en cuanto a potencia bruta frente a los ordenadores actuales u otras consolas, y cómo eso le condicionó negativamente en un primer momento. Sin embargo, destaca que "no está en el hardware más moderno, y luego empiezas a jugarlo, y todo eso desaparece. Recuerdas qué es eso de sumergirte en un videojuego, como cuando el primer Zelda se lanzó". Para él es esencial cómo el juego da espacio de verdad al jugador y no insiste en guiarlo a hacer cosas, sino que deja que las haga de forma natural.
Y es que, como Levine, los demás desarrolladores coinciden al señalar que uno de los logros del juego es que es un mundo realmente abierto y que huye de la tendencia de otros títulos bajo esa etiqueta de guiar al jugador y estimularlo continuamente para hacer misiones y cumplir objetivos. Consideran que este enfoque ha sido muy valiente por parte de Nintendo y creen que haber conseguido que este modo de plantear el mundo abierto (sin apenas directrices para los jugadores) funcione puede ser uno de los más aspectos que más influyan a la industria en años venideros.
La cohesión del mundo
Se comenta igualmente que el juego tiene un gran equilibrio entre el tamaño de su mundo y los contenidos introducidos, con capacidad para atraer la atención del jugador, distraerlo de lo que está haciendo y llevarlo a explorar otras partes del mundo alejándose de forma natural de sus objetivos iniciales a través de los estímulos introducidos.
Los desarrolladores también coinciden en destacar la consistencia del motor físico del juego y su importancia a la hora de permitir al jugador desarrollar su creatividad para solventar retos y explorar Hyrule de múltiples formas. Levine señala incluso la enorme dificultad que debe haber supuesto para Nintendo conseguir un motor con unas características como las conseguidas en el juego.
"La física es muy complicada", señala Levine, quien rememora algunas anécdotas de los problemas que le ha dado a él ese componente en alguno de sus títulos.
Reinvención de la saga
Al igual que han señalado crítico y aficionados, también destacan cómo el juego logra reinventar la saga y, al mismo tiempo, recuperar el espíritu y las sensaciones del juego original de NES, lo que identifican como otro importante logro del título. En ese sentido, señalan que Nintendo ha logrado escuchar lo que estaban demandando los aficionados más veteranos de la saga y reinventar las convenciones de la saga.
Los desarrolladores coinciden igualmente en que les interesa mucho ver qué futuro tiene Nintendo reservado a partir de los éxitos logrados, en cuanto a diseño y desarrollo tecnológico, con este The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Podéis saber todo sobre el juego en nuestra guía.
