Marty O'Donnell, compositor que firmó la música de juegos como Halo o Destiny mientras trabajaba en Bungie, ha hablado por primera vez sobre su despido de la compañía en 2014. En una reciente entrevista en el medio estadounidense IGN, el compositor desvela que no se esperaba perder su empleo e incluso afirma que todavía no comprende del todo qué motivó su despido, si bien admite que había ciertas tensiones que habían surgido entre las decisiones financieras y el equipo creativo durante el desarrollo de Destiny.
O'Donnell indica expresamente que "mi frustruación con algunas de las decisiones financieras y creativas empezó a implicar que estaba en tierra de nadie y que todos los demás estaban en su propio bando. Y, por mucho que intente unir posiciones, parecía que no podía conseguirse".
"La razón [del despido] es todavía una incógnita para mí. No sé el porqué. Me sorprendió", admite. O'Donnell creía que se podría alcanzar un acuerdo amistoso con la compañía, aunque indica que incluso en esos momentos "esperaba que la situación pudiera arreglarse. Por otro lado, es más que posible que no se pudiera arreglar y yo fuera simplemente... un impedimento para terminar Destiny. Quizá no fue un líder lo suficientemente bueno en ese momento porque había ideas muy enfrentadas. No estoy diciendo que no fuera lo correcto romper la relación; probablemente lo era. Es solo que no creo que se hiciera de la mejor manera".
El acuerdo amistoso entre O'Donnell y Bungie no llegó y hubo mediación legal. Se sentenció que Bungie había incumplido su contrato con el compositor al despedirlo "sin causa". Se dictaminó que O'Donnell pasaba a disponer de sus 192.187,5 acciones de Bungie o bien un 20% del valor de las mismas (a 11 de abril de 2014) o el equivalente en efectivo al 50% del valor (a 2 de julio de 2014) según él decidiera. Por su parte, O'Donnell debía devolver a Bungie cualquier propiedad de la compañía que no le fuera regalada específicamente.
