A través de Kotaku se ha publicado un reportaje que recoge algunos de los problemas que salpicaron el desarrollo de Destiny, en especial en lo relacionado con su historia y la construcción narrativa del universo del juego, algo que se había intuido, no solo por su retraso (el juego estaba inicialmente previsto para septiembre de 2013) sino por las declaraciones de David Cross, actor y guionista de hace unos meses.
Según recoge ahora el blog Kotaku, toda la historia del juego se desestimó en verano de 2013 y esta podría haber sido la razón por la que Joe Staten (que había sido principal responsable del unir los elementos del juego bajo el cargo de arquitecto en jefe) abandonó Bungie para unirse a Microsoft; como mínimo, se señala que la decisión de tirar a la basura todo el trabajo de Staten y su equipo no gustó al creativo. Esto pudo forzar a Bungie a remontar el juego y su historia de cara a su lanzamiento previsto para marzo de 2014, pero que tuvo lugar finalmente en septiembre de ese año.
Entre las críticas al juego destacaron las referidas a lo poco cohesionado de su narrativa, y es que parece que en el proceso se optó por eliminar personajes, reunificar segmentos de la historia y, también, eliminar o simplificar contenidos y localizaciones. Todo esto durante los diversos procesos de escritura de la historia del juego.
En cualquier caso, parece que la historia original de Destiny era polémica dentro del estudio. Una de las fuentes recogidas por Kotaku critica que era una historia "esotérica, confusa y sin mucho sentido", mientras que otra persona alaba que "tenía personajes fuertes, un planteamiento, un nudo y un desenlace... Presentaba y resolvía un misterio en este lugar del universo". Asimismo, se indica que en la directiva de Bungie nadie estaba satisfecho con el resultado de la historia original y se señalan otros problemas como falta de ritmo y la linealidad de la historia que la directiva quiso atajar.
Bungie ha rechazado hacer declaraciones sobre estos hechos, pero el responsable del reportaje, Jason Schreier, asegura haber conversado con media docena de antiguos empleados de la compañía. Como es de esperar, sus fuentes han pedido permanecer en el anonimato.
