Crónica: Aevi publica su anuario de la industria del videojuego con optimismo

La asociación que reúne a las distribuidoras españolas.
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Una de las reclamaciones inmemoriales de la industria del videojuego español es que la administración dejaba al margen de las ayudas y de cualquier política institucional el entretenimiento interactivo. El mayor argumento para pedir más atención era que el sector factura más que la música y el cine juntos. Pero la situación ha cambiado y ahora se habla de relaciones normalizadas y hay convocatorias del Ministerio de Industria de las que se benefician los videojuegos en España.

La prueba más palpable de este cambio es el anuario de Aevi que se ha presentado hoy. La Asociación Española de Videojuegos nació al público en abril de 2014 como refundación de aDeSe (Asociación Española de Distribuidores y Editores de Videojuegos) con la intención de aglutinar a todos los actores de la industria del videojuego en España y convertirse así en el interlocutor con la administración. Y parece que lo va logrando, ya que al primer desarrollador en incorporarse -Novarama, el año pasado- se suma ahora Badland Games, que tiene la doble vertiente de desarrollador y productor.

El presidente de Aevi, Alberto González Lorca, ha agradecido el mayor apoyo de la Administración estatal, con un saluda en el Anuario 2014 del secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Víctor Calvo-Sotelo.

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En el texto, Calvo-Sotelo explica cómo la Agenda Digital para España ha recogido actuaciones que buscan fomentar e impulsar el sector de los videojuegos en el país. Un ejemplo de estas medidas son los 21 millones de ayudas directas al desarrollo de videojuegos españoles o las ayudas a proyectos de I+D en el TIC de las que se pueden beneficiar los estudios españoles o la puesta en marcha de la línea ENISA-Agenda Digital con un presupuesto de 15 millones de euros.

Las relaciones entre la industria española y la administración comenzó a cambiar en 2009, cuando el congreso de los Diputados dio a los videojuegos la calificación de industria cultural. Esto abrió la posibilidad de acogerse a acciones propias de los videojuegos y no limitarse a las de cualquier empresa y, consecuentemente, se vio la necesidad de establecer un locutor que unificase la posición del sector y que negociase con la administración. Con este objetivo surgió el año pasado Aevi, de la que ha dicho su presidente que es un referente y un punto de apoyo cada vez que se habla de videojuegos. "Hemos pasado de estar fuera de su radio a estar dentro de Industria", ha respondido González Lorca al preguntarle por los avances con la administración central durante este año.

Badland forma parte desde ahora de Aevi

Recientemente se ha incorporado a Aevi una nueva empresa, Badland Games, fundada por el sevillano afincado en Madrid Luis Quintans poco después de haber salido de Bandai Namco. Quintans ha contado en la presentación del anuario el desarrollo de su empresa. En 2011 supo ver que había hueco para aquellos juegos que eran demasiado pequeños para que los distribuyesen las empresas que había establecidas en España pero que eran interesantes, y creó Badland Games. Tras aquellos primeros juegos (Persona 4 Arena, Arcana Heart), llegó el acuerdo con los franceses Focus (Tour de France, Sherlock Holmes) y hasta hardware con Ouya. Un nuevo empujón llegó con el acuerdo con Telltale Games (The Walking Dead, The Wolf Among Us, y tal vez este año llegue edición física de Game of Thrones), además de juegos como Broken Age, The Escapists o Stein;Gate.

Badland, que participó en Madrid Games Week -organizada por Aevi e Ifema-, ha creado su propio estudio desarrollador, Badland Development Studio y ha abierto hace unos meses nuevas divisiones: Badland Tech (especializada en wearables y otros dispositivos electrónicos)y Badland Indie, que funciona como incubadora de empresas proporcionando un espacio y kits de desarrollo a los pequeños estudios que empiezan, además de abrir una sucursal en Reino Unido al objeto de dar salida allí a productos españoles e importar juegos británicos directamente.

Uno de los principales problemas a los que debe hacer frente, ha dicho Quintans, ha sido crear conciencia de que los videojuegos son una industria donde se trabaja en serio: "somos gente que va a la oficina con camiseta y chancletas pero allí hay distintos departamentos como en cualquier otra empresa", ha dicho.

Sara Borondo
Redactora

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