Un ejecutivo de Bungie recibió una desagradable visita sorpresa en su casa: un equipo de intervención táctica policial estadounidense, es decir, una unidad SWAT (Special Weapons and Tactics), conocidas en España popularmente como los Geos (Grupo Especial de Operaciones).
Se trata de la enésima broma pesada de este tipo que ha empezado a ser conocida con el anglicismo swatting y que consiste en crear una falsa alarma policial de alto riesgo para que un grupo policial táctico (y, por lo general, fuertemente armado) irrumpa en un domicilio.
Este mes de agosto, por ejemplo, un usuario fue arrestado en plena partida, pero a lo largo del año se han registrado otros casos similares.
Ahora, medios locales estadounidenses han informado de una acción similar contra un alto ejecutivo de Bungie, cuya identidad no ha trascendido.
El testimonio de una vecina, Janette Gould, relata cómo a las 4 de la mañana empezó a oír un helicóptero por encima de su casa. "Era un ruido muy molesto y estuvo durante 45 minutos", ha explicado. "Era muy inusual. Nunca tenemos tráfico aéreo en este barrio".
La alarma que se dio a la policía estadounidense era claramente grave: quien llamó se hizo pasar por un delincuente armado que había entrado en un hogar y que había retenido a toda una familia. "El denunciante dijo que tenía un rifle de asalto y que había colocado explosivos en el jardín y que tenía a la familia como rehén", ha dicho el jefe de la policía de Sammamish, Nathan Elledge. Se exigió un rescate de 20.000 dólares.
Ante una situación potencialmente tan grave se inició el protocolo de intervención de emergencia con vehículos de emergencia, equipos policiales, etc.
Sin embargo, en el hogar la familia estaba durmiendo tranquilamente, no había asaltante, ni secuestro. Los detectives encargados de la investigación determinaron que la llamada a la policía no se produjo desde dentro del hogar, sino a través de IP y la intervención policial se solventó sin heridos tras comprobarse que no había intrusos armados en el hogar.
Por el momento no se ha localizado a quien hizo la llamada, según ha indicado el sheriff del condado, Jason Houck. Desde Bungie se ha confirmado que toda la familia está bien, pero que prefieren mantener el incidente en la privacidad.
Las sospechas de los investigadores apuntan a que el swatting ha sido responsabilidad de alguna persona con vínculos a la industria del videojuego, "quizá un contratista o alguien que no tuvo una gran experiencia profesional con él", ha dicho Houck.
Este tipo de denuncias falsas están condenadas según la ley estadounidense con un año de cárcel y multas de 5.000 dólares. Las autoridades policiales recuerdan que este tipo de gamberradas consumen recursos y son peligrosas. "No es un juego. Es una respuesta policial muy seria que podría haber tenido serias consecuencias y tenemos la suerte que no haya pasado nada en esta ocasión. Se pone en peligro la vida de policías cuandoo se responde a algo tan serio y también peligran las vidas de ciudadanos".
