Dragon Age Inquisition será más difícil que los anteriores episodios, de acuerdo con Cameron Leen, productor de BioWare.
Según señala, el uso de la visión táctica –una habilidad que permite detener el tiempo y planear el siguiente movimiento de la batalla– no es necesario, pero desde luego que será útil, ya que el juego ha aumentado su dificultad.
"Digamos que estamos jugando en dificultad normal, y es más difícil que en Dragon Age: Origins, y desde luego más difícil que en Dragon Age II. Así que cada jugador tiene diferentes umbrales a la hora de decidir cuánta presión pueden tolerar [en la batalla]", comenta.
Dragon Age Inquisition se lanzará el 21 de noviembre en Xbox 360, PlayStation 3, PC, PlayStation 4 y Xbox One. Utilizará la última versión del motor gráfico de DICE, Frostbite 3, que está siendo explotado en Electronic Arts por multitud de estudios y géneros.