La directora de Team17, Debbie Bestwick, ha revelado que a finales de los años 90, el estudio creador de Worms estuvo a punto de dejar de poseer esta propiedad a causa de un acuerdo con una editora no revelada.
Según cuenta, el estudio no tenía medios para financiar uno de sus juegos, y le pidió ayuda a una editora para ello. El acuerdo fue que si el juego no superaba una serie de ventas, la propiedad de Worms pasaría a la editora.
Por suerte para el estudio, las ventas superaron en un ínfimo 1,7 por ciento las fijadas por la editora, y Worms siguió siendo propiedad de Team17, aunque como podéis imaginar, fueron muy pocas las cifras que salvaron a los gusanos de pasar a otras manos.
Bestwick asegura que no volverían a repetir el error, y anima a los estudios que nunca pongan su propiedad en juego así.
Team17 es ahora un estudio independiente que publica sus propios juegos.