Como os comentábamos ayer, Microsoft ha eliminado la necesidad de tener Kinect permanentemente conectado a Xbox One para que la consola funcione. Ahora, diferentes ejecutivos de la compañía han afirmado que esto no supone, ni mucho menos, que vayan a darle la espalda al periférico.
Major Nelson explicó que "creemos al 100% en Kinect. Tiene un potencial increíble que se desatará esta nueva generación".
Por su parte, Albert Penello, responsable de la planificación de Xbox One, aseguró que "todavía creemos en Kinect. No tenemos interés en separar la base de desarrollo. Cuantas más demos veo, cuanto más lo uso, más impresionado estoy. El equipo está muy seguro de Kinect, y esperamos poder demostrarlo cuando lo uses".
Xbox One llega en noviembre, con Kinect incluido, a un precio de 499 euros.