Joachim Kempin, un antiguo ejecutivo de Microsoft, ha asegurado que la compañía se planteó comprar a Sega tras su fracaso con Dreamcast para intentar competir con Sony.
"Había tres compañía en ese momento, creo que Sony, Sega y Nintendo. Se habló siempre de comprar a Sega o algo así", dijo Kempin. "Eso nunca se materializó, pero fuimos capaces de licenciarles lo que llamaban Windows CE, el hermano pequeño de Windows, para funcionar en su sistema".
"Para Bill Gates esto no era suficiente, él no creía que Sega tuviera suficiente músculo como para detener a Sony así que hicimos nuestra propia Xbox".
La Xbox original consiguió vender 24 millones de unidades en todo el mundo, una cifra que duplicó a los 10 millones de Dreamcast.