Sebastian Reichert, productor de Dead Island: Riptide, se ha mostrado sorprendido por la prohibición de la saga en el territorio alemán.
Reichert ha explicado que las leyes alemanas que afectan a los videojuegos prohiben los títulos que promueven la violencia contra humanos o personajes de aspecto humano. Partiendo de esta norma, Reichert señala que las autoridades germanas han considerados que los zombis son humanos.
"No importa qué tipo de enemigos sean: mientras parezcan humanos, tienes un problema", explica. "En Dead Island en particular estaba el problema de que puedes atacar a los zombis cuando están muertos y eso es mutilación de cadáveres".
"Sin embargo, castigamos al jugador si hace eso porque, si el jugador intenta apuñalar o destrozar todo lo que se encuentra, su arma se rompe y está jodido. Ni siquiera le recompensamos por hacerlo, les castigamos por ello", señala Reichert.
Lo que más indigna a Reichert es que otros juegos violentos estén autorizados y da como ejemplo Gears of War 3, pues considera que no hay tantas diferencias físicas entre los humanos y la horda Locust ya que, aunque reptilianos, son humanoides. "¿Dónde está la diferencia? Quiero decir, son humanoides y puedes hacerles cosas... tienen movimientos finales espectaculares", señala en referencia a las ejecuciones.