Rockstar Games ya tiene otro quebradero de cabeza que engrandece su fama de compañía amante de la polémica, o al menos amada por ella. Tras el asunto de GTA: Vice City y los haitianos, el lanzamiento de Manhunt, su nuevo y truculento juego para PS2, no ha sido permitido en Nueva Zelanda, un mercado diminuto, por cierto.
El juego ha sido prohibido en las antípodas de España por su excesiva violencia y crueldad; Manhunt nos pone en la piel de un condenado a muerte que participa contra su voluntad en una snuff movie, y cuyo objetivo es matar a todos los que lo intentan matar a él; Bill Hasting, jefe de la censura en Nueva Zelanda, explica que el juego recompensa la violencia extrema y muestra imágenes y sonidos realistas de brutal crueldad. Hastings dijo que ha decidido prohibir la venta del juego para "enviar el mensaje de que el juego cruza una línea".