Buenas noticias para los aficionados a los juegos de fútbol, y también para aquellos jugadores que lo vayan a recibir como regalo por cualquier cosa este verano: Copa Mundial de la FIFA 2010 es el mejor juego del mundial de fútbol desde aquel mítico Italia 90. La compañía que durante años ha ostentado esta licencia y ha realizado juegos con mayor o menor acierto, pero siempre lejos del sobresaliente, tiene ahora el mejor juego de fútbol del mercado por consenso general, y eso se nota. Sobre la excelente base de FIFA 10, EA Sports ha creado otro gran simulador de fútbol, al que le han dotado de ciertos elementos para hacerlo diferente, sin abandonar esa senda de realismo, simulación y calidad que le han hecho ganarse el favor del público y de la crítica.
Este juego del mundial no cuenta con grandes cambios respecto a FIFA 10, y los que tiene son más "atmosférico" que otra cosa. Pero por lo que hemos probado durante largas horas con una versión simulación del juego, demuestra que EA sigue mejorando sus juegos de fútbol, y será una compra muy recomendada para los que fanáticos de los juegos de fútbol, los que hace tiempo que no se compran uno y los que, emocionados tras la victoria gloriosa de España en Sudáfrica, o decepcionados por la elminación en octavos ante Brasil o Portugal, quieran repetir o reescribir la historia.
El toque emocional de aquellos partidos memorables
Cuando decimos que los cambios son atmosféricos nos referimos a que los desarrolladores han intentado, aparte de mejorar lo visto en FIFA 10, darle un toque más emocional, como intentando mostrar la tensión, la emoción y la pasión que se respiran en los encuentros de la fase final de un Mundial, tanto en los aficionados como en los jugadores y en los técnicos. De hecho, los técnicos salen, tanto en la presentación de los partidos como en secuencias cinemáticas en medio de éstos, mostrando preocupación sobre todo, después de una oportunidad fallada, o de llevar un rato con un resultado adverso y que el equipo no acabe de reaccionar.
En la versión que probamos no parecían tener un gran repertorio de expresiones y de hecho no tenían un gran modelado, como si todavía fuese muy provisional. Pero ver a Dunga, Maradona y, por supuesto, a Vicente del Bosque mordiéndose las uñas o llevándose la mano a la barbilla durante unos segundos entre jugada y jugada es una novedad, un poco superficial, sí, pero que se suma a otros detalles para que este juego de Mundial intente transmitir emociones. No intenta ser Heavy Rain, sino intentar transmitir esa sensación de estar en vilo que todos hemos sentido ante los televisores, a horas a veces intempestivas, siguiendo los avatares (casi siempre desafortunados, pero los tiempos están cambiando) de la Selección.
Aparte de los entrenadores, sin duda el detalle más remarcable, también se intercalan primeros planos de aficionados en las gradas pintados con los colores de sus equipos, y al mismo tiempo las cinemáticas de los jugadores tienen un toque más personal, más apasionado, tanto en las celebraciones de los goles como en las protestas. Y la ambientación de los estadios es mucho mayor ahora, desde los cantos hasta la lluvia de papeles de colores antes de cada partido, siempre precedido de una festiva secuencia cinemática, llena de color, como todo el juego y de hecho toda la competición "real", desde la mascota oficial hasta el logotipo.
Este "toque emocional" es una novedad más estética que otra cosa que parece destinada a intentar diferenciar al juego de FIFA 10 porque maquilla, y nunca mejor dicho, las pocas novedades reales en comparación con éste. Esto no es una crítica, a fin de cuentas han tenido poco tiempo de desarrollo y han hecho una continuación en vez de sacarse de la manga algo nuevo como se ha hecho en anteriores ocasiones -con nefastos resultados-, o intentar darle un giro arcade. Tenían un gran juego de fútbol que siguen evolucionando y han adaptado un eslabón de esta evolución, pero sí que hay novedades, difíciles de percibir en el primer partido pero que se van notando poco a poco, tanto gráficas como a nivel de jugabilidad.
Mejorando gráficamente
Gráficamente el juego ha progresado sobre todo en el modelado de los jugadores. Una de las quejas habituales de los últimos FIFA eran las pocas diferencias entre los cuerpos de los jugadores, así como en su animación, un detalle en el que Pro Evolution Soccer siempre había mostrado una especial atención al detalle, haciendo que ciertos jugadores se moviesen muy parecido a sus homónimos. Éste no llega a ese extremo "personal", pero se notan muchos progresos en ese sentido, habiendo más diferencias entre los cuerpos de los jugadores y haciendo que eso influya en sus animaciones. Messi es tan menudo y correoso como en la vida real, al típico mediocentro destructor se le nota torpe, y al jugador estilo atleta, como Cristiano Ronaldo, se le nota esa forma tan característica de correr. Las caras de los jugadores han mejorado, tanto a nivel poligonal como sobre todo de texturas, y ahora son más parecidas a sus homónimos, una mejora que siempre se comenta en todos los juegos de fútbol, pero que en esta ocasión destaca especialmente por la poca diferencia de tiempo entre FIFA 10 y este juego del mundial. Finalmente, se notan mejores animaciones en ciertos movimientos, así como mejores efectos de iluminación y de reflexión de luces.
Los cambios jugables se notan poco a poco. Como comentábamos en nuestro primer contacto con el juego, a principios del mes de febrero, se nota una mayor intensidad en la disputa por el balón, y un contacto más fluido entre el que tiene la pelota y el que se la intenta quitar. El control del balón ha mejorado si cabe, con más toques y sutilezas para tratar al esférico, mientras que los tiros también se han mejorado algo más, especialmente los que son desde lejos, perdiéndose ese efecto de obus teledirigido, aunque no eliminándolo del todo. Así como han mejorado la física del balón y las animaciones de los jugadores, el comportamiento táctico de los equipos sigue siendo excelente, sin que se observen demasiados cambios respecto a FIFA 10. De igual modo, la interfaz para organizar el equipo, hacer cambios y determinar formaciones y posiciones, sigue exactamente igual, con la salvedad de que hay jugadores identificados como estrellas, por lo que los que todavía tienen problemas con esta faceta de FIFA seguirán sin estar convencidos del todo.
El partido se pone cuesta arriba
Pero un cambio que sí se nota es cómo cambia la actitud de los equipos dependiendo del momento del partido y de cómo se presente. Si vamos ganando pero nos empieza a remontar el rival, se nota de algún modo el nerviosismo, el impacto moral, en nuestro equipo, y aunque lo que haga el que tiene la pelota dependerá, como siempre, de nuestra habilidad, el comportamiento del bloque puede verse afectado, como si los nervios les hiciesen cometer imprecisiones, estar algo lentos, colocarse peor, una sensación que es justo la contaria en el equipo rival, donde se nota la motivación. Esto está presente en FIFA desde hace años, pero esta vez lo hemos notado más, o quizás esa atmósfera apasionada del juego sea contagiosa. Especialmente si lo unes a los piques a dos jugadores.
Aparte de esto, el juego cuenta con varios modos de juego diferentes para ofrecer retos de diferente duración y dificultad. Por supuesto podremos comenzar el Mundial con una de las selecciones clasificadas y vivir la fase final con su calendario y partidos oficiales, pero también podremos empezar desde antes, haciendo un bloque de jugadores de entre una serie de "seleccionables" por cada país (unos 40-50), ir buscando nuestro sistema y manteniendo un estado de forma del equipo. Este interfaz se mantiene en la fase final, pero se aprovecha realmente en el modo en el que comenzamos en la fase de clasificación porque nos permite intentar clasificar a cualquier país, y también formar nuestro propio bloque de jugadores, algo que les gustará a los más apasionados del fútbol, especialmente a los que debatan apasionadamente qué jugadores deberían ir o no a la selección.
Por lo demás, como juego de fútbol es excelente, y eso es una gran noticia, porque finalmente se le hace justicia a esta competición con un gran juego oficial. Con el sistema de FIFA 10 mejorado, y ese toque emocional que le han querido dar, el 30 de abril los aficionados al fútbol tendrán una muy buena opción con este juego del Mundial, especialmente los que hace tiempo que no compran un juego de fútbol y aprovechan el momento.
