Parece mentira que un personaje tan icónico de Nintendo como es Yoshi, quien puede presumir en su currículum de haber protagonizado uno de los mejores juegos de plataformas de toda la historia con el inolvidable Super Mario World 2: Yoshi's Island, haya corrido tan mala suerte en los últimos 20 años. Si bien Yoshi's Story supo ser un título muy entretenido a pesar de quedarse bastante lejos de su predecesor, las posteriores secuelas de las aventuras de este carismático dinosaurio no han hecho más que darnos un disgusto tras otro.
De hecho, su última entrega, Yoshi's New Island, se estrenó el año pasado, dejándonos con un sabor de boca bastante amargo en prácticamente todos sus apartados. Por ello, no es de extrañar que muchos miráramos a Yoshi's Woolly World con cierto recelo y desconfianza, a pesar de que esta vez era Good-Feel, los creadores del fantástico Kirby's Epic Yarn, quien estaban detrás de su desarrollo, lo que a priori inspiraba algo de confianza.
Por suerte, ya tenemos la versión final en nuestras manos y tras haber completado sus primeros tres mundos, hay algo que podemos confirmar por todo lo alto: Yoshi's Woolly World es todo un juegazo, y mucho se tiene que torcer lo que nos queda de juego como para que cambiemos de parecer.
En esencia volvemos a encontrarnos con un título que sigue paso por paso la jugabilidad habitual de la saga, al menos en lo que se refiere a controles. Por lo tanto, volvemos estar ante un título de plataformas en 2D en el que controlaremos al dinosaurio estrella de Nintendo. Con su lengua podremos comernos a los enemigos y a determinados objetos, lo que nos servirá o bien para escupirlos y usarlos como proyectil o para tragárnoslos y convertirlos en huevos (ovillos de lana en esta ocasión).
Estos últimos se utilizan como armas arrojadizas, pueden rebotar sobre ciertas superficies, se pueden utilizar para conseguir coleccionables y nos permitirán crear plataformas golpeando unos sitios determinados. Además de esto, hemos encontrado muchos usos adicionales que tienen en determinadas pantallas, algo que no solo aporta variedad al desarrollo de la aventura, sino que también consigue dotar de cierta frescura a una mecánica jugable que ya teníamos muy vista por las entregas anteriores.
Evidentemente, tampoco falta el característico impulso que Yoshi puede tomar en el aire para llegar un poco más arriba y así salvarnos de más de un salto mal dado. De la misma manera, también regresa el pisotón, de modo que si pulsamos hacia abajo cuando estemos en el aire, caeremos golpeando fuertemente el suelo (aunque más que pisotón, ahora deberíamos llamarle martillazo, que es la forma que Yoshi adopta al hacer este movimiento).
Un cambio importante lo tenemos en el sistema de salud, ya que aquí se ha eliminado la presencia de Baby Mario (sí, nos libraremos de escuchar sus irritantes llantos), por lo que ahora Yoshi contará con un medidor de vida normal y corriente basado en corazones. Recibes un golpe, pierdes corazones: fácil y simple de entender. Dependiendo de lo que os haya pegado, perderéis más o menos. Podremos acumular hasta 20 corazones, aunque siempre empezaremos con 10.
Con esto, ya tenemos todas las herramientas que nos hacen falta para superar todos los niveles que nos esperan. Como muchos sabréis, la grandeza de un juego de plataformas suele estar muy relacionada con su diseño de niveles, y aquí os podemos asegurar que son para quitarse el sombrero ante ellos.
Yoshi's Woolly World es todo lo contrario a un plataformas frenético (aunque tiene sus momentos), ya que se trata de una aventura muy centrada en la exploración. Hay una gran cantidad de coleccionables para reunir en cada nivel: madejas de lana, flores sonrientes y sellos (equivalen a las monedas rojas de sus predecesores), aunque para hacernos el 100% de cada pantalla tendremos que llegar al final de cada una con 20 corazones.
Todos ellos suelen estar genialmente escondidos y nos obligarán a explorar hasta el último palmo de cada escenario, intentando averiguar dónde pueden haber paredes invisibles, nubes secretas a las que disparar para acceder a ellos, etcétera. Generalmente, si veis una zona en vuestro avance en la que parece que no hay nada y de difícil acceso, id hasta ella, probablemente encontraréis algo.
Esto nos anima a que estemos todo el rato investigando, ya que consigue hacer de la exploración una experiencia muy divertida, especialmente cuando nos damos cuenta de lo bien escondido que está todo. Cada secreto y coleccionable se ha situado de forma muy inteligente, por lo que siempre hay pequeñas y muy sutiles pistas de dónde pueden estar, solo que tenemos que estar muy atentos para no saltárnoslas.
Nosotros estamos tomándonos cada nivel con muchísima calma e incluso así solemos llegar a la meta sin todos los objetos, lo que parece apuntar a que vamos a tener juego para rato rejugando pantallas, especialmente para llegar al final no solo con todos los coleccionables, sino también con los 20 corazones, que si bien al principio esto último es fácil de conseguir, a poco que vayamos avanzando nos iremos dando cuenta de cómo ese objetivo se va complicando.
En cuanto a su desarrollo, por lo que llevamos jugado, se trata de un juego que va de menos a más a una velocidad altísima. El primer mundo nos pareció algo simple y muy facilón. Sí, las pantallas están bien y se disfrutan mucho, además de ser más o menos variadas, pero fue llegar al segundo mundo y el juego venirse arriba a lo grande, con niveles cada vez mejores, más originales y variados, y que van aumentando su nivel de desafío sin parar. No es solo que en cada pantalla nos presenten una nueva mecánica con la que jugar y a la que sacarle partido, es que en muchas ocasiones hemos llegado a ver hasta tres o cuatro de ellas en un mismo nivel, y que luego no se han vuelto a repetir, lo que habla muy bien del trabajo que se ha realizado con el diseño de niveles.
Tan pronto hemos tenido que superar un nivel con plataformas que no aguantan nuestro peso, en el que nos persiguen monstruos de lava y en el que llamaradas de fuego nos van cortando el camino, que hemos tenido que jugar con dos planos de profundidad distintos, buscar llaves o abrirnos camino a través de un laberinto de plataformas con forma de galletas que se van desplegando, por mencionar solo unos poquísimos ejemplos de todo lo que hemos visto, ya que no queremos arruinaros muchas más sorpresas.
Además, tal y como hemos mencionado, la dificultad va escalando en la misma proporción, y si bien nunca hemos llegado a toparnos con un reto imposible o especialmente difícil, sí que nos han obligado a concentrarnos y a prestar mucha atención a lo que ocurre en pantalla, de modo que podéis estar tranquilos, que la aventura no es ningún paseo (estamos deseando ver hasta dónde llega esto en los últimos mundos).
Aquí también hay que destacar que si bien morir es difícil, un solo golpe os alejará de los 20 corazones (estos no abundan precisamente), y recibir alguno que otro está resultando ser más frecuente de lo que esperábamos, por lo que si os proponéis sacar el 100% vais a tener un desafío muy interesante ante vosotros.
Hablando de dificultad, antes de cada nivel podremos comprar con las gemas que vayamos recogiendo una serie de mejoras que nos facilitarán mucho la vida, incluyendo cosas como que no ocurra nada cuando nos caigamos al vacío. En lo personal, estos potenciadores nos han parecido totalmente innecesarios y le quitan gran parte de la gracia al juego, por lo que no os recomendamos su uso.
Algo parecido podríamos decir del nuevo "Modo Relajado", que tal y como bien indica su nombre, se trata de una modalidad que nos facilita enormemente el juego, permitiéndonos comprar hasta una mejora para saltarnos niveles de forma automática. Podremos cambiar entre el modo clásico (el normal) y el relajado siempre que queramos, por lo que es totalmente opcional, así que simplemente nos bastará con ignorarlo.
A nivel gráfico el título es una delicia. Como bien sabréis y podéis ver en las imágenes y vídeos que acompañan a este texto, todo el juego está hecho de lana e hilos, algo que dota a su apartado artístico de mucha personalidad. Que todo esté hecho de este material es algo que se utiliza de muchísimas formas distintas, tanto para diseñar los decorados como para crear situaciones de juego totalmente únicas. Además, cabe destacar lo variados que son los entornos por los que nos moveremos y la imaginación que se ha puesto para recrear con lana a todos los personajes y enemigos.
También nos gustaría hacer una mención especial a las animaciones del juego. Estas se han cuidado hasta unos niveles realmente sorprendentes, con Yoshi y los enemigos reaccionando de multitud de formas distintas según la situación en la que se encuentren, y todo ello sin olvidarse de interactuar correctamente con el entorno (tenemos que admitir que nos encanta cómo el morro del dinosaurio se achata y aplasta cuando se pega a una pared, objeto o hasta incluso al segundo jugador).
Finalmente, en lo que respecta al sonido, no os culparíamos de tenerle "miedo" a este apartado tras ese intento de banda sonora que tuvo Yoshi's New Island, aunque podéis estar tranquilos: está más que a la altura. Melodías muy inspiradas, pegadizas, bien instrumentadas y sorprendentemente variadas. Tanto que pasaréis de escuchar temas que son pura felicidad y tranquilidad a otros con guitarreos eléctricos y muy metaleros que sabrán manteneros en tensión en determinados niveles. Los efectos también están a la altura y Yoshi vuelve a contar con su inconfundible repertorio de sonidos y gritos habitual.
Todavía nos queda más de medio juego por explorar, pero estamos disfrutando enormemente esta nueva aventura de nuestro dinosaurio favorito, mucho más de lo que en un principio esperábamos incluso, por lo que no encontramos el momento para volver a encender nuestra Wii U y ver qué nuevos desafíos nos esperan en su segunda mitad. También hay muchas cosas realmente interesantes que hemos visto y de las que nos gustaría hablaros, y otras tantas en las que estamos deseando profundizar, pero preferimos dejar todo eso para el análisis, cuando ya hayamos podido exprimir el título al 100%. Mientras tanto, haríais bien marcando el 26 de junio en vuestro calendario, ya que ese día tenéis una cita obligada con Yoshi.
