Los juegos Made in Miyamoto intentan abrir el hasta ahora pequeño abanico de posibilidades del GamePad de Wii U desarrollando lo que Nintendo bautizó como juego asimétrico, en el cual el jugador que sostiene el GamePad ve en la pantalla información diferente a la que se ofrece en la televisión.
Project Guard parece a primera vista una vuelta de tuerca al subgénero de estrategia tower defense en el que hay que evitar que los enemigos entren por un camino determinado hasta llegar a un objetivo viendo todo el recorrido al mismo tiempo. Shigeru Miyamoto (la mente creativa más importante de Nintendo) afirmó durante el pasado E3 que el concepto del juego estaba pensado inicialmente para desarrollarlo en Nintendo 64, pero que las limitaciones del hardware no lo hicieron posible. Con Wii U y su GamePad llegó el momento de retomar la idea.
Project Guard es quizás uno de los juegos con más ambiciones sociales de los que se han visto para Wii U, ya que el jugador depende casi totalmente de la participación de quienes le rodean. Pero, al mismo tiempo, no es aconsejable que haya demasiada gente porque puede acabar aturullado. Y todos deben actuar como un equipo compenetrado.
En lugar de defensa mediante torres, en Guard hay cámaras de vigilancia. El enemigo son unos robots que intentan llegar al centro de tu base y desactivar el núcleo. Pese a que tienen un aspecto divertido e inocente, su apariencia inofensiva no enmascara el hecho de que quieren derrotarte.
La pantalla táctil muestra el plano de la base y las cámaras
En la pantalla del televisor se ven las imágenes que reciben las cámaras, que están numeradas: en el centro aparece más grande la que está seleccionada, y alrededor, en pequeño, las demás cámaras.
En la pantalla del GamePad ves el esquema de tu base, la ubicación de cada cámara -indicada por su número- y su ángulo de visión. Al empezar la partida las colocas a tu gusto. Con dos toques en una de ellas puedes moverla al lugar que consideres que cubre mejor las entradas y los caminos que llevan al núcleo. Una vez la has colocado, con el stylus la enfocas en el ángulo que te parezca más adecuado.
Cuando entra un robot en el campo visual de una cámara, el jugador la selecciona en la pantalla táctil para que la imagen se convierta en la central, la mueve hasta apuntar al robot invasor y con el stick derecho apunta y dispara.
Luego llegan las complicaciones para lograr el objetivo, como el hecho de que hay distintos tipos de robots. Unos, similares a pájaros, picotean la cámara hasta arrancarla y llevársela a otro sitio. Otros parecen una mina y estallan al poco de dispararles. Si están en ese momento cerca de alguna cámara te la estropean durante un tiempo. Otros se desplazan muy rápido y hay otros capaces de proseguir su camino aunque hayas destruido su parte superior. Todos ellos aparecen en forma de puntos de colores en la pantalla del GamePad, pero hay otros androides, los más peligrosos, que no aparecen, de forma que debes detectarlos únicamente mirando las pantallas de la televisión.
Hay tres niveles de dificultad, aunque ya en fácil es complicado detectar a cinco de los robots. Los juegos nuevos intentan dar utilidad al GamePad, y esto convierte a Project Guard en un juego al que es casi imposible jugar uno solo, porque obliga a mirar a distintos puntos de la pantalla de televisión al mismo tiempo que a la del GamePad. Más aún, es un juego en el que hay que estar compenetrados so pena de que acabe la partida en un montón de gritos sin orden ni concierto, de forma que el jugador con el GamePad no sepa a quién hacer caso o qué cámara activar.
Evalúa la situación y prioriza al enemigo que disparas
La clave está en que ese jugador debe evaluar las posibilidades de que cada robot llegue al núcleo teniendo en cuenta lo cerca o lejos que está de él y las características del androide, y compararlo con los demás que asedian la base por otras entradas, pero también debe evitar que le dejen fuera de juego varias cámaras a la vez. Es pura estrategia. Y constantemente debe estar cambiando la mirada entre la pantalla del GamePad y la televisión, ya que apunta y dispara en esta última.
Esta alternancia, que da sentido al juego asimétrico, es la parte más complicada del juego, que te mantiene en tensión. En las partidas que disputamos en la demo, en dificultades fácil y normal (la difícil ni la intentamos) una persona tenía el GamePad y otras dos daban las indicaciones. En varias ocasiones02 la derrota llegó por sorpresa con uno de esos robots que no aparecen en la pantalla táctil.
Este primer acercamiento al juego conocido por ahora como Project Guard ha generado, sobre todo, curiosidad por ver más posibilidades y por probarlo durante más tiempo para saber si puede quedar en un intento de motivar a otros desarrolladores a pensar de forma lateral usos del GamePad o si realmente Miyamoto está pulsando las teclas adecuadas.
