Nintendo suele ser muy cautelosa con las licencias de sus personajes, y más a la hora de dejarlos en manos de otras empresas. El universo de Zelda es uno de los que menos se prodiga, y este paso a un lado es más apetecible cuanto más se ve y se prueba.
Hyrule Warriors coloca en la jugabilidad de Dynasty Warriors (serie de Tecmo Koei) todos los elementos característicos del mundo de Zelda, y lo hace con muchísimo cariño, desde los toques del Link de NES de la pantalla de carga hasta el diseño de los jefes, todo es un excelente homenaje a los juegos de The Legend of Zelda.
Los juegos musou como Dynasty Warriors enfrentan al protagonista a miríadas de enemigos en cada mapa y le plantean una tras otra diversas misiones. Es opcional acabar con todos los enemigos y conquistar todo el mapa, ya que el objetivo que cuenta es cumplir los cometidos que te van dictando, ya sea defender un bastión o encontrarte con un personaje. Todo con bastante intensidad y casi sin respiro.
En Occidente este tipo de juegos hack'n'slash en los que te enfrentas a enemigos sin fin no tiene demasiados seguidores, por lo que cabe pensar que este juego está más pensado para Japón.
Una mezcla realizada con mucho mimo
La jugabilidad de Dynasty Warriors tiene muy poco que ver con la habitual de Zelda, más basada en la exploración, en enfrentamientos con grupos pequeños de enemigos y muchos puzles. Pero Tecmo Koei ha realizado el injerto con tanto mimo en las fases que hemos probado que no decepciona y los personajes muestran que son consistentes como para resistir esas variaciones sin perder carisma.
El respeto y la admiración con que se ha trabajado el universo de Zelda se aprecia desde el principio, cuando le juego te pregunta si prefieres el control tipo Warriors o el de Zelda. Elegimos este último. Con el botón A esquivas ataques; con L fijas el ataque y la cámara en un enemigo concreto, aunque puedes cambiar de objetivo. Con ZR realizas acciones y repeles a los rivales que te rodean, con ZL te defiendes. Cambias entre los distintos objetos con la pantalla táctil o, más cómodo, con la cruceta.
Hay tres modos de juego. El primero, el que hemos probado, es Leyenda, donde se desarrolla la historia. En Libre puedes volver a jugar los escenarios que ya has superado con otro personaje, y en Aventura tienes distintas batallas. Eliges cuál prefieres en el menú principal, donde también está la galería con las ilustraciones y medallas que han desbloqueado.
Al principio de cada fase y en algunos momentos dentro de ellas hay vídeos en los que se desarrolla la historia. Siguiendo el espíritu de Zelda, nadie habla. Como mucho, pronuncia alguna interjección. El joven recluta Link está entrenando en el patio del castillo cuando se acerca una horda de monstruos y empieza la acción.
En Hyrule Warriors tu personaje no es el único héroe que está luchando, y a veces deberás apoyar a uno o acompañar a otro. Esto le da mucha viveza al juego y permite sentir que evoluciona de manera más viva. Además, hay soldados que se generan de forma automática en función de los puestos de avanzada que controles (para ello hay que derrotar al capitán de guardia que lo protege).
Si no puedes jugar en la televisión, con la opción off-TV puedes jugar en la pantalla del GamePad, aunque es complicado teniendo en cuenta la gran cantidad de personajes que suele haber. Mientras estás jugando en la tele la pantalla del mando muestra a los demás héroes y la misión que está activa en ese momento.
La información con la que cuentas en la batalla es muy completa
Una vez empieza la fase tienes acceso a información relevante. Esto es muy importante si no juegas toda la misión seguida, ya que las órdenes cambian cada cierto tiempo, según cómo se vaya desarrollando la lucha. En Cuaderno de Batalla tienes el resumen de la situación. Campo de Batalla contiene las estadísticas de los héroes de tu bando, las hordas misteriosas y los bastiones de cada uno. En Estado de la batalla ves las condiciones de victoria y derrota y tu misión actual. Además de este batiburrillo de nombres similares están los datos del personaje: el nivel, los ataques del arma, las rupias que ha recogido, los elixires que ha tomado, las insignias y las skulltulas que ha conseguido.
En efecto, las skulltulas aparecen en el juego. Son el enésimo ejemplo de elementos del mundo de Zelda que han llegado hasta Hyrule Warriors. Cuando se producen ciertas condiciones de combate aparece de forma temporal una skulltula dorada. Si acabas con ella obtendrás fragmentos de ilustraciones.
La skulltula, como todo lo relevante durante el juego, aparece en el mapa que está siempre sobreimpresionado en la parte superior derecha. Como ya hemos dicho, el juego es un Dynasty Warriors con el aspecto, la ambientación y el encanto de Hyrule.
Cuando has fijado un enemigo y le has golpeado varias ocasiones aparece sobre él un indicador dividido en secciones. Si logras enhebrar suficientes ataques para que desaparezcan las secciones le asestarás un golpe de remate que acabará con él de forma vistosa.
El personaje cuenta con un golpe débil y uno fuerte, y mientras va matando enemigos se llena una barra con la que puede desencadenar un ataque potente especial con el botón X. Entre los diversos objetos que recoges por el escenario hay botellas con magia. Cuando recoges cinco se llena una barra de magia que activa otro poder.
Esto, unido a las distintas características del arma que lleves, el personaje, el nivel del personaje, los bonus que puedes encontrar en cada fase, los cofres que encuentres con distintos objetos, los elixires que tomes y las insignias que hayas fabricado hacen que el juego ofrezca la profundidad que se le podría exigir como musou.
Una de las misiones más recurrentes es defender un bastión, los puntos claves del mapa, o ganárselo a los enemigos. Esas zonas aparecen delimitadas claramente. Debes derrotar al suficiente número de enemigos en su interior como para ganar la zona, y entonces aparece el comandante del bastión, al que hay que derrotar.
Dependiendo de cómo se esté desarrollando la batalla varía la moral de las tropas aliadas y enemigas. Si les rodea un halo brillante es que confían en la victoria y atacan con más ímpetu, pero si se oscurecen o están grisáceas es porque ven cerca la derrota.
De Link a Impa tras derrotar al primer jefe final
En esta primera fase jugamos como Link (Impa era la otra opción), y en un momento dado aparece Impa. Poco más tarde quien se presenta en el campo de batalla es el primer jefe final, el Rey Dodongo, alias dinosaurio infernal al que había que derrotar utilizando las bombas tan propias de The Legend of Zelda.
Hasta aquí la demo era la misma que se había podido probar en el E3 hace unas semanas y de las que ya hemos hablado. Pero esta vez hemos podido ir con más tranquilidad viendo todas las opciones y además avanzar más en el modo de jugar y en la historia.
Tras cada fase, llega el momento de entrar en las distintas mejoras. Las rupias sirven para subir de nivel al personaje en la sala de entrenamiento, de forma que sea más fuerte. En la tienda de insignias puedes fabricar estas, que se aplican al personaje que hayas seleccionado. Necesitas materiales y rupias que recoges durante la batalla. Siguen el sistema de un árbol para ir avanzando de una a otra y hay de tres tipos: ofensivas, defensivas y de apoyo (por ejemplo, para capturar un bastión). También puedes entrar en la tienda de elixires y fabricarte uno que tenga efecto en la siguiente batalla.
Al final de la primera fase Link consigue las ropas verdes y el bastón que se ha visto en algún vídeo, pero la tentación de luchar con Impa era demasiado fuerte, y cambiamos de personaje para la siguiente fase.
En la armería cambias de arma, y esto es importante porque cada una tiene unos valores que dependen del rango que tenga y de su rareza. Sus habilidades se potencian al matar a los enemigos. Y si eliges una con el elemento adecuado para un enemigo o escenario concreto, te será más sencillo ganar la lucha.
De las llanuras de Hyrule la acción pasa al volcán de Eldin. Apenas estábamos probando la espada cargada de Impa cuando aparece Sheik. En esta fase tienen un papel destacado los bombuchus gigantes que debes custodiar hasta que lleguen a grandes piedras donde estallan para abrir un camino nuevo. Impa lleva un arma muy potente, más lenta que la espada normal de Link, pero muy poderosa. Fuerza y agilidad combinadas.
En la tercera fase has conseguido un arma nueva y puedes jugar con Sheik. Una vez más, decidimos probar el nuevo personaje, armada con la lira de la diosa, para solucionar las cosas en el bosque Farone. El concepto de lira como arma suena raro, pero está bien representado, como si las notas lanzaran latigazos a los enemigos y, en el caso de los ataques más fuertes, los rivales danzasen al antojo de las cuerdas del instrumento.
A estas alturas del juego, cuando ya está el jugador familiarizado con las mecánicas básicas del juego y empieza a adentrarse en la historia, Hyrule Warriors va desplegando sus encantos con sorpresas de mundos de los distintos juegos de Legend of Zelda que pasan a formar parte de este musou, de forma que podrás revisitar Twilight Princess, Ocarina of Time y Skyward Sword.
Aunque no pudimos probar el modo cooperativo, Nintendo ha informado de que uno de los jugadores controlará a su personaje con el GamePad viendo la acción en la pantalla del mando y el otro con el mando Pro o el Clásico de Wii mientras ve lo que sucede en la televisión. Y está confirmado que a diferencia de otros musou de Tecmo Koei, este llegará sin modo online. Hyrule Warriors se pondrá a la venta en Europa el 19 de septiembre.
