En ocasiones, nos encontramos ante títulos que, aunque aparentemente no tengan nada nuevo que ofrecer al amplio espectro que cubre el catálogo de videojuegos de un sistema como la Nintendo DS, simplemente, divierten y ofrecen una experiencia jugable que engancha, sin más. Seguramente, este es el caso de Rhapsody, una nueva apuesta dentro del género de rol de corte nipón para nuestra portátil de doble pantalla. Un juego que, por otra parte, cuenta con claras influencias de las series de animación y cómic del conocido como shojo manga, o cómic japonés para chicas, lo que nos da bastantes pistas sobre el tipo de público hacia el cual, seguramente, el título irá encaminado.
Tócala otra vez, Cornet
Que la protagonista de un juego de rol y aventuras toque un instrumento musical no es que sea demasiado común dentro del mundo de los videojuegos. Si este instrumento es, además, un instrumento de viento como la trompa, como es el caso, la cosa pasa a tener cierto tinte humorístico. Pero si, encima, la chica en cuestión se llama Cornet (corneta, en inglés), como la protagonista del título que nos ocupa, no nos queda otra que, a partir de este momento, tomarnos toda la aventura que se nos presenta bastante a cachondeo.
Y es que, sin duda, el humor es uno de los elementos más importantes dentro de Rhapsody. Un humor muy dentro del estilo de la animación japonesa, claro está, pero humor al fin y al cabo. Tanto los habituados al género del rol japonés como los que se aproximen a él por vez primera con este juego, no podrán evitar sonreír en más de una ocasión con las ocurrencias de los amplios diálogos y los giros argumentales del título. Eso sí, todo ello muy enfocado hacia un público bastante joven, lo que posiblemente eche para atrás a potenciales jugadores de más edad.
Pero, aún así, Rhapsody es un juego que, a nuestro parecer, merece la pena probar. Las primeras impresiones que hemos tenido al echar mano de él en su edición americana constatan que es un juego de rol sólido y con una línea argumental divertida e interesante (aunque sin demasiadas pretensiones, todo hay que decirlo). Comenzaremos la historia en la pequeña aldea de nuestra protagonista, y en los primeros estadios de la aventura descubriremos que Cornet cuenta con habilidades, ciertamente, muy especiales: aparte de sus aptitudes musicales (con las cuales podremos enfrascarnos en más de un minijuego dentro de la aventura, implementados dentro de los diferentes escenarios del juego de muy diferentes maneras, y que nos permitirán conseguir puntos y dinero para comprar objetos y armas), contaremos con la habilidad de hablar con todos los muñecos y peluches que encontremos por el camino, pudiendo además hacer que éstos luchen a nuestro lado.
Cada muñeco o peluche del juego contará con poderes y habilidades propias y especiales, aparte de un repertorio de ataques especiales y de magias que iremos desbloqueando a medida que subamos el nivel de nuestros personajes. Podremos tener en nuestro grupo de combate hasta tres peluches, formando equipos de cuatro combatientes con los que deberemos de enfrentarnos contra todos los adversarios del juego, que no serán pocos.
El carácter del juego, como hemos podido comprobar, es de un tinte bastante naïf, aunque no deja de tener matices bastante divertidos y, como ya hemos apuntado previamente, un sistema de juego muy sólido basado en el clásico combate por turnos. Por otra parte, el repertorio de habilidades y magias del juego es muy extenso, y algunas de las magias del mismo (las más poderosas, por otro lado), tendrán que ver con las habilidades musicales de nuestra protagonista.
Otra de las cosas que más nos sorprendieron durante el primer vistazo al título son las extensas escenas cinemáticas insertas dentro del propio juego, en las que veremos a uno o varios de los personajes del juego cantando una canción y siguiendo una coreografía de considerable duración. La verdad es que no nos detuvimos demasiado en disfrutar de las mismas, ya que el juego nos dará la opción de saltarnos dichas secuencias (opción que, convenientemente, aprovechamos), pero pudimos ver que los personajes cantaban en un perfecto japonés, en voces e instrumentaciones pregrabadas de considerable calidad, y subtitulados en inglés (ya que, como hemos apuntado, se trataba de la versión americana del juego).
A medida que avancemos en la historia, el plantel de personajes secundarios aumentará considerablemente, y nos veremos las caras con el príncipe del Reino de Marl, Ferdinand, del que nuestra heroína se enamorará perdidamente. A partir de ahí, la cosa se complicará, y mucho, dado que un malvado grupo de hechiceras entrará en acción, raptando al príncipe y dejando a todo el reino en vilo. Y, cómo no, nuestra misión será ir a rescatar a nuestro amado, cueste lo que cueste. Sin duda, el juego promete ofrecer un número ingente de horas de juego (sólo la introducción de la historia dura, aproximadamente, unas tres horas), con un sistema de juego que resultará muy familiar a todos los aficionados al rol usuarios de la portátil, debido a su similitud con la jugabilidad de los clásicos del género, como las sagas Final Fantasy o Dragon Quest.
Algunos detalles técnicos
Si bien el apartado gráfico del juego no parece ser nada del otro mundo, ya que entra dentro de los cánones del rol japonés clásico, con personajes caricaturescos y escenarios variopintos y coloridos en entornos bidimensionales (que, perfectamente, podrían pertenecer a la generación de consolas domésticas de hace una década), el juego destaca (cómo no) por su apartado musical. Si bien los efectos de sonido del juego son bastante convencionales, la banda sonora de Rhapsody es extensa y variada, con diversos temas de bastante calidad para cada uno de los escenarios y personajes del juego.
Por otro lado, a la jugabilidad clásica del género se le han añadido las funcionalidades propias de la pantalla táctil, con posibilidades de control a través del Stylus, y algunas opciones de juego en las que deberemos de utilizar el micrófono de nuestra consola (como un minijuego, en el que deberemos de soplar al micrófono durante el tiempo que dure una melodía determinada, para hacer que una barra de energía se mantenga en un punto determinado durante varios segundos).
Otras opciones de juego
Si bien los desarrolladores de Rhapsody parecen haber olvidado las posibilidades que ofrece la conexión inalámbrica de la portátil de Nintendo, dado que no parecen haber incluido ningún tipo de posibilidad multijugador dentro del título, sí que han pensado en algunas maneras de potenciar el uso y disfrute continuado del juego, no sólo a través de la aventura principal, sino con otras opciones que, seguramente, harán las delicias de los jugadores más pequeños de la casa.
La primera, es la posibilidad de ver cada una de las canciones y coreografías que hayamos visto previamente en el transcurso de la aventura las veces que queramos, contando incluso con varias versiones de algunos de los temas, según las circunstancias en los que éstos aparezcan. La segunda opción es la posibilidad de conocer todos y cada uno de los detalles de los personajes secundarios del juego, así como de los muñecos, peluches y monstruos que encontremos en nuestra aventura, en una extensa galería que podremos ver a través del menú principal del título.
Rol para jugadores de tierna edad…
Sin duda, Rhapsody será, posiblemente, uno de los mejores juegos de este año para los más pequeños de la casa, dado el carácter infantil de toda la historia. O, incluso, es posible que el público femenino joven lo disfrute sin reparos. Si bien, por otro lado, el juego promete ser una apuesta sólida dentro del rol japonés, y con más de una nota de humor que arrancará más de una sonrisa de nuestros labios… Pero no nos adelantemos más de lo conveniente: para disfrutarlo en nuestro país, aún deberemos de esperar unos cuantos meses: concretamente, hasta junio del presente año.
