Análisis de The Maw XBLA (Xbox 360, PC)

Con el lanzamiento de las consolas de nueva generación hemos visto lo que la tecnología es capaz de hacer con un poco de esfuerzo: gráficos impresionantes, sonido digno de la gran pantalla, y una jugabilidad endiablada. Sin embargo, con el lanzamiento de Xbox 360 -la primera de las nuevas consolas en aparecer- se abrió un nuevo mercado de distribución digital, donde las compañías más pequeñas podían hacerse un hueco dentro de la industria.

El título que hoy nos ocupa viene de la mano de Twisted Pixel y viene con la intención de demostrar que los videojuegos descargables pueden ser tan divertidos -o incluso más- que los que vienen en formato físico y cuentan con un presupuesto desorbitado. Bajo la tutela de Xbox Live Arcade y con poco más de 150 megabytes, llega a nuestra videoconsola The Maw, un juego que, sin duda, no dejará indiferente a nadie.

Fresco y curioso

La historia de esta obra nos pone en la piel de un extraterrestre llamado Frank, quien ha sido capturado por una hermandad de caza recompensas que se dedican a secuestrar a las distintas especies intergalácticas. Por suerte, la nave en la que viajaba nuestro protagonista sufre varios problemas en pleno vuelo, forzando un aterrizaje poco convencional y liberando tanto al marciano protagonista como a Maw, una especie de bola lila que nos acompañará durante toda la aventura y que tendrá un papel fundamental dentro de ésta. Desconcertados y todavía aturdidos por el aterrizaje, Frank encuentra un brazalete que le permite unirse a distintos tipos de materia -ya sean seres vivos u objetos- y moverlos a su antojo, comenzando así su huida y posterior vuelta a casa.

Si bien es cierto que la historia no es nada del otro mundo -apenas contaremos con una secuencia inicial, sin textos ni un trasfondo sobre la historia de nuestros personajes-, nos servirá de pretexto para movernos por los escenarios que han creado para la ocasión, poniéndonos en la piel del simpático extraterrestre y comenzando una aventura muy poco convencional.

Un plataformas curioso como el solo

Pese a que estamos ante un juego de plataformas, cabe destacar que la intención de Twisted Pixel no ha sido la de incluir en su obra altas dosis de aventuras o acción, sino que más bien ha dotado al título de un componente más cercano a los puzles que a lo que estamos acostumbrados a ver en este tipo de géneros. La manera con la que está llevada la mecánica del juego es digna de mención, pues desde el momento en el que nos hacemos con el poderoso brazalete descubrimos las posibilidades jugables de la obra, viendo desde un primer momento por donde van a ir los tiros en este peculiar y divertido universo.

Cabe destacar que la mayor parte del componente jugable The Maw está relacionada con el brazalete de nuestro protagonista. Sin él, básicamente Frank no sabe hacer nada más allá de saltar, por lo que la acción cae constantemente en el buen uso del instrumento de metal. De esta manera tendremos la posibilidad de engancharnos a Maw como si de un perro se tratase, aunque también podremos hacer lo propio con objetos, enemigos y demás componentes que dan vida al universo del juego.

La mecánica del juego es sencilla, pues el único objetivo que tendremos durante las fases del juego será llegar al final del nivel representado con una flecha. El cómo hacerlo es donde reside la diversión y el atractivo principal del título, pues para acabar la partida tendremos que hacer un uso constante del brazalete, solventando los diferentes retos que los desarrolladores han propuesto para detallarnos el universo de The Maw.

A medida que vayamos avanzando por el nivel nos daremos cuenta de que hay diversos aspectos a tener en cuenta a la hora de jugar al título. En primer lugar tendremos que buscar comida para nuestro fiel aliado, quien crecerá progresivamente en función de la cantidad de comida que le demos (divertido el hecho de que el pequeño pegote acabe siendo varias veces más grande que tú). De la misma manera, Maw tendrá la posibilidad de adquirir ciertas habilidades de sus enemigos siempre y cuando pasen por su estómago (cual Kirby en las consolas de Nintendo), siendo necesarias estas transformaciones para superar distintos obstáculos del nivel.

Por ejemplo, si nos topamos con unas plantas carnívoras, las cuales nos cierran el paso, tendremos que buscar la manera de acabar con ellas. ¿Cómo hacerlo? Sencillo en cierta medida, pues nuestro cometido será darle de comer a Maw un extraterrestre de fuego -previo paso por agua, sino no lo podrá digerir- para que éste adquiera su poder de fuego, quemando todo lo que se atreva a plantarle cara. De la misma manera ocurre con componentes de electricidad -acabando con generadores y enemigos varios- e incluso inflando al extraterrestre como si de un globo se tratara. Lo divertido del juego es, precisamente, jugar con los distintos tipos de poder que adquirirá nuestra mascota y emplearlos correctamente.

Una vez entendida la mecánica del juego veremos cómo enseguida iremos completando fases a diestro y siniestro, completando el juego en menos de cinco horas si somos lo suficientemente hábiles en cuanto a las estrategias a seguir. Quizá el juego peca de ser algo corto, pero sin duda es uno de los títulos más intensos que existen, siempre y cuando el género sea de nuestro agrado. De todas maneras, y para paliar este detalle, Twisted Pixel ha incluido diversos elementos para hacer el título un poco más largo y rejugable, como son los objetos opcionales, que, repartidos estratégicamente dentro de cada nivel, tendremos que conseguir si pretendemos hacernos con el 100% del juego. Además, al tratarse de un título de Xbox 360 contaremos con los más que conocidos -y adictivos- logros, mejorando la experiencia de juego y haciendo que sea un poco menos corto.

Un aspecto que quizá no guste a todo el mundo, pues en definitiva le quita ese componente de reto al título, es que el juego se desentiende de vidas y energía, por lo que será imposible morir durante el juego, tal y como ocurre en la nueva trilogía de Prince of Persia. Lamentablemente este detalle podría haber hecho que el título contara con una dificultad más acorde con el género -en cuanto a la acción-, arrancando de raíz esa sensación de "paseo" que rodea al título descargable. Es más, no entendemos como el juego cuenta con un botón para esquivar los ataques enemigos -saltando y haciendo una secuencia en tiempo bala para añadir más tensión al título-.

Brillante en todos sus aspectos

Si hablamos del apartado gráfico del título no podemos más que dedicar alabanzas sobre el trabajo realizado por los desarrolladores. El juego hace gala de unos escenarios más que brillantes (aunque quizá un poco vacíos y faltos de variedad), un colorido que recordará en gran parte a lo visto en la primera obra de Rare para la consola de Microsoft (Kameo), y un modelado de personajes y enemigos de lo más destacable. Es curioso comprobar como un juego descargable puede contar con tanta calidad gráfica, dejando en evidencia a otros exponentes del género u otros títulos de mayor presupuesto.

La inteligencia artificial del pegote lila es bastante eficaz, veremos cómo nuestro inseparable compañero va haciendo de las suyas (comiendo, explorando, huyendo de los enemigos más poderosos, etc.) sin que nosotros propiciemos una orden. Lo mismo ocurre cuando llevamos atado al peculiar ser aunque evidentemente en menor medida.

La banda sonora del juego podría ser mejorable, pues en algunas ocasiones los temas propuestos se nos antojarán un poco vacíos y faltos de expresividad. Lo mismo pasa con el tema principal del juego, que está poco caracterizado, mermando la experiencia de juego; por no hablar de que en algunas fases ni siquiera sonará música. El juego carece de voces -contando con los textos en castellano-, empleando el recurso básico de los juegos del género: los "grititos". De esta manera cada vez que queramos llamar a Maw, Frank emitirá una especie de sonido en el que apenas se podrá distinguir el nombre del personaje.

Conclusiones

Estamos ante uno de los títulos mejor diseñados para el mercado digital de Xbox 360, con una puesta en escena y una originalidad más que patente desde los primeros minutos de juego. Lamentablemente el juego queda un poco lejos de ser un imprescindible propiamente, pero sin embargo gustará a todos y cada uno de los amantes de los plataformas, y a aquellos quienes quieran probar algo nuevo y fresco.

Además, como detalle de agradecer, el juego nos recompensará a medida que vayamos cumplimentando las fases con algunas imágenes de jugador ambientadas en el universo de The Maw para nuestra tarjeta identificadora, pudiendo instalarlas y ponerlas desde el propio juego. Muchas compañías debería tomar ejemplo de este, a priori, ínfimo detalle. The Maw está disponible en el Xbox Live Arcade a un precio de 800 Microsoft Points (aproximadamente unos 9,30€).