Análisis de OneChanbara: Bikini Zombie Slayers (Wii)

Sin ninguna duda, los zombis han sido uno de los ejes principales en muchas historias de miedo que se han ideado para el entretenimiento digital. Desde la más que famosa serie Resident Evil, cuya quinta entrega saldrá en breve, pasando por el juego arcade House of the Dead, y terminando por un estilo mucho más propio, como puede ser Dead Rising y su adaptación a la consola de sobremesa de Nintendo, estas criaturas putrefactas han sido las causantes de muchas aceleraciones de pulso, incontables sustos y de algún que otro ataque al corazón.

El juego que hoy nos ocupa se alejará de la estética del survival horror para ofrecernos una visión mucho más activa y directa, sin más complicaciones que acabar con las hordas de zombis que se nos presentarán a lo largo de la aventura. Escoge rápido bikini porque empezamos a matar muertos vivientes en un segundo.

Clásico, muy clásico

Onechanbara: Bikini Zombie Slayers es uno de esos juegos en los que el argumento brilla por su ausencia. Si bien es cierto que algo de trama existe (es más, el título es una continuación directa de Onechanbara: Bikini Samurai Squad para Xbox 360), ésta pasa completamente desapercibida desde el momento en el que no existen introducciones o secuencias de historia dignas de mención y la -poca- historia que se cuenta se hace a través de unas introducciones narradas -en japonés-. Aún así, podemos decir que la historia trata de dos hermanas cuyo destino ha sido interrumpido por oleadas de zombis, haciendo que la mayor de las hermanas sienta una sed de sangre que le llevará a cuestionar sus actos. La trama de esta obra podría calificarse como inexistente, pues los jugadores poco a poco se darán cuenta que las pocas líneas de texto que trae el juego sirven de contexto para comenzar a aporrear zombis a diestro y siniestro. Lamentablemente algo más de historia (así como una puesta en escena más acorde a la nueva generación) habría aumentado la experiencia de juego, sin limitarla a servirnos como excusa para ponernos a rebanar cabezas.

De esta manera estamos ante uno de los pocos juegos con sabor de la vieja escuela en la que avanzar sin preocuparnos por lo que va a ocurrir está al orden del día. El estilo de juego es conocido entre los seguidores por ser un "yo contra el barrio", dejando a un lado los macarras y enemigos típicos del género para dar paso a unos muertos vivientes más que molestos. La acción directa y la gran cantidad de violencia ofrecida en nuestros televisores son los ingredientes básicos de la obra de Tamsoft, y, aunque en algunos aspectos el juego cojea a base de bien, esta entrega de la serie Onechanbara cumple discretamente en todos los aspectos.

La mecánica del juego es bastante sencilla, sin complicaciones. Nuestro objetivo principal será recorrer los escenarios que presenta la aventura acabando con todos los enemigos que veamos, sean zombis, animales o mutaciones extrañas dignas de cualquier película de serie b. Para ello contaremos con las dos protagonistas del título, las hermanas Aya y Saki, quienes no vacilarán un segundo en poner el filo de sus katanas en cuellos ajenos.

Un control antiguo para una consola moderna

Para controlar la acción tendremos que hacer uso del más que conocido como wiimote y nunchuk, aunque lamentablemente el control del juego se asemejará más al estilo clásico que a la innovación que ofrecen otros exponentes del género. Así, mientras que con el stick analógico controlaremos el personaje principal, moviendo el mando principal de la consola de arriba a abajo haremos un ataque básico, con posibilidad, por supuesto, de hacer una consecución de ataques mortal para nuestros enemigos. A medida que vayamos avanzando en la trama del juego, tendremos la posibilidad de ejercer nuevos y mejores poderes apretando el botón 1 y agitando el mando principal de la consola, propiciando un ataque devastador que acabará con varios enemigos a la vez, ideal para ocasiones de agobio o peligro. El control de las dos hermanas es exactamente el mismo, con algunas mínimas diferencias entre las armas (Aya cuenta con una katana y dos espadas cortas mientras que la hermana pequeña, Suki, lleva como arma una espada y sus puños).

La cosa no acaba ahí, y es que pese a lo que en un principio pueda parecer, el control de Onechanbara: Bikini Zombie Slayers muestra la suficiente profundidad como para no aburrir a las pocas horas, aunque por desgracia, sí que se hace repetitivo por sus escenarios y su poca variedad de situaciones. Así pues, no solo de ataques simples viviremos en esta aventura de muertos, sino que también podremos cambiar de arma (de una katana japonesa a dos espadas pequeñas más manejables o con los puños, en función de la hermana controlable) con tan solo pulsar un botón. Además, para facilitar la interacción con los zombis, el juego apunta maneras desde el momento en el que aparece el conocido sistema de fijar a los enemigos (muy empleado en la serie The Legend of Zelda), por lo que acabar con las hordas de zombis será un poco más llevadero.

Un detalle bastante peculiar es que nuestra arma no será eficiente todo el tiempo, sino que a medida que vayamos atacando, ésta se irá llenando de sangre, siendo inútil cuando el medidor de sangre llegue a completarse. Para evitar sorpresas desagradables no tendremos más que pulsar el botón B y sacudir el mando para que nuestra protagonista limpie su arma, de forma rápida y eficaz.

Por otro lado, al ir subiendo de nivel -acabando con zombis, claro está- tendremos a nuestra disposición una serie de puntos para distribuir en diferentes especialidades, como puede ser fuerza, habilidades, vida máxima, etc. Hay que concienciar a las personas que quieran tener el 100% de las dos heroínas de que tendrán que jugar una y otra vez los escenarios para llegar al nivel máximo, pues en la primera partida será imposible hacerlo.

Planteamiento divertido, fallido en técnica

Otro de los aspectos que llama más la atención de esta entrega de Onechanbara es su apartado gráfico, que, lejos de ofrecer un espectáculo gráfico y digno de la nueva generación, presenta unos modelados de personajes y enemigos más que deficientes, así como unos escenarios dignos de la anterior generación. Quizá el principal problema es que han querido centrarse en ese sabor añejo que tanto gustó en su época, dedicando sus esfuerzos en establecer una jugabilidad directa y sin complicaciones (la entrega de Xbox 360 tampoco es un alarde técnico), por lo que nos hartaremos de ver siempre los mismos zombis con sus mismas animaciones. Los escenarios del juego pecan de ser bastante pequeños, aunque el problema más grave que les encontramos es que son muy lineales, imposibilitando cualquier exploración o búsqueda de objetos secretos; además, en muchas ocasiones tendremos la sensación de haber pasado por las mismas zonas una y otra vez. Sin duda, lo que más han trabajado los chicos de Tamsoft ha sido en los modelados de las dos protagonistas, pues pretenden dar ese toque sensual al juego, por lo que todos los demás detalles -escenarios, enemigos, etc.- se empobrecen cuando se plasman en pantalla las chicas.

Por suerte el juego cuenta con la suficiente fluideza como para no afectar en el apartado jugable, la tasa de imágenes por segundo se mantiene aunque tengamos un ataque enemigo numeroso. Es más, en algunas ocasiones nos veremos envueltos en un sin fin de amputaciones y desmembramientos de lo más sanguinarios sin saber bien bien lo que ocurre en el juego, pero por suerte sin ralentizaciones de ningún tipo.

En cuanto al apartado musical del título, la obra de Tamsoft nos deleitará con algunas piezas que acompañarán perfectamente a la acción y frenesí del juego. Temas muy cañeros mezclando guitarras y electrónica para dar vida a las batallas, haciendo un uso continuo de riffs y mezclas para plasmar a la perfección la vida sanguinaria de estas luchadoras. Las voces de las protagonistas están en completo japonés, algo que agradecerán los más conservadores por ser el idioma original de doblaje, aunque lamentablemente en esta ocasión los subtítulos y textos de la aventura nos han llegado completamente en inglés, haciendo inteligible para más de uno la -poca- tensión dramática que ofrece el juego.

Hermanas para rato

Además del modo historia de las dos protagonistas, cada una desde su propio punto de vista, sus escenarios -que básicamente son los mismos con algunas ligeras variaciones- y sus enemigos finales, Tamsoft ha decidido incluir en su obra varios modos de juego para evitar que estas peligrosas hermanas caigan en el olvido rápidamente. Por un lado contamos con el modo libre, que sin duda es de los más divertidos siempre y cuando contemos con la compañía adecuada, pues siempre es bienvenido un luchador -en este caso luchadora- más en el campo de batalla. Las batallas cooperativas a pantalla partida están bien implementadas, aumentando el grado de diversión y desmembramientos en el salón. En esencia, iremos haciendo las misiones de la aventura sin límite de tiempo, con total libertad y sin prisas. Por si eso fuera poco el modo objetivos nos permitirá volver a los mismos escenarios de siempre en la búsqueda de un objeto peculiar o la aniquilación de X objetivos en un tiempo límite determinado, teniendo varias misiones por concluir por cada capítulo que desbloqueemos en el modo historia. Por último tenemos también el modo supervivencia, donde tendremos que demostrar nuestras habilidades como "rebana zombis" intentando conseguir la mayor puntuación posible en un determinado tiempo, tanto en multijugador con otro compañero, como solos contra la máquina.

De esta manera, jugando a los diferentes modos de juego que Tamsoft ha ofrecido a los seguidores de Onechanbara, iremos desbloqueando trajes y modelitos para nuestras heroínas, algo que gustará a los más fieles de la serie, pues una joven matando zombis siempre tiene derecho a lucir sus atributos más picantes.

Las chicas se van a la cama

En definitiva, estamos ante uno de los títulos más frenéticos y directos del catálogo actual de Wii y, pese a sus numerosos fallos –sobre todo en el ámbito técnico-, no deja de ser una propuesta divertida siempre y cuando la mecánica "machacabotones" sea de nuestro agrado. Por desgracia, la falta de historia -que además viene en idioma anglosajón- y de profundidad de los personajes hace que en algunas ocasiones nos preguntemos si merece la pena tanta masacre zombi. Como detalle significativo hay que destacar que el juego ha salido a un precio reducido, por lo que aquellos quienes miraban de reojo la obra de Tamsoft quizá quieran darle una oportunidad.