Análisis de Bust-A-Move Revolution (Wii)
Desde hace unos años, el género de los puzles ha vuelto a recobrar su viejo esplendor con incontables versiones y revisiones de los clásicos de las recreativas, y con novedosas apuestas dentro del género derivadas de las opciones jugables que ofrece Nintendo DS, o la potencia de PSP, que sin duda son las reinas actuales a la hora de recibir este tipo de juegos. Sin embargo, la llegada de Wii al mercado también promete revitalizar el género, aunque Bust a Move, el puzle basado en el clásico Puzzle Bobble, se queda corto en todos los sentidos.
Como ya ocurriera con la versión de Bust a Move para Nintendo DS , el control del juego en Wii ha sido adaptado a las características de la consola, lo que nos permitirá controlar el movimiento del cañón disparador de bolas simplemente apuntando en la dirección que queremos lanzarlas. Como decíamos, nuestro objetivo consistirá en disparar las burbujas para emparejarlas al menos con otras dos esferas del mismo color y así lograr que vayan desapareciendo todas de la pantalla. Entre medio de estas bolas de colores nos encontraremos con objetos que no podrán ser eliminados por los métodos habituales, necesitando de la ayuda de una serie de burbujas especiales que los podrán eliminar de forma inmediata, o usando nuestra pericia para, o bien rodearlos y destrozarlos junto a un gran número de bolas de colores, u optar por cargarnos las bolas que sujetan, a modo de enganche, al resto de esferas y objetos. De este modo, lograremos que todas las bolas por debajo del "enganche" se desprendan del grupo y desaparezcan de golpe. Además, como ya es habitual en la serie, en más de una ocasión deberemos lanzar las burbujas hacia los laterales o la parte superior de la pantalla para que reboten y alcancen sus objetivos, lo que en los puzles más complicados resultará de lo más complejo dado el enorme número de bolas con las que nos encontraremos.
En lo referente a las burbujas especiales, como en el resto de títulos de la saga, en Bust a Move nos encontraremos con bolas de varios tipos que tendrán diversos efectos sobre los elementos del puzle. De este modo, por ejemplo, con las burbujas de fuego podremos eliminar obstáculos u otras esferas de forma inmediata, mientras que las burbujas estrella nos permiten eliminar a todas las bolas de un mismo color en un santiamén (eliminará a todas las bolas del mismo color o tipo que haya tocado), o las de metal atravesarán todo el conjunto de esferas destrozándolas sin compasión. Este tipo de burbujas, como las normales, se conseguirán de forma aleatoria ya que nuestro cañón, tras cada lanzamiento, será recargado con una nueva bola. Por supuesto, contamos con un depósito secundario que podremos usar para combinar dos tipos de burbujas, así como también podremos disparar a los diversos Ovnis que volarán sobre la pantalla para obtener burbujas especiales.
Con todo esto, nos encontraremos con una enorme cantidad de puzles repartidos por diferentes entornos temáticos en los que se pondrá a prueba nuestra habilidad a la hora de disparar burbujas, lo que sin duda agradará a los seguidores del género. Sin embargo, en Bust a Move para Wii se echa en falta una mayor variedad en las modalidades de juego ya que además del clásico recorrido, o la posibilidad de disfrutar de un puzle infinito (hasta que perdamos o decidamos que ya es hora de terminar), no encontraremos grandes alicientes para seguir jugando al juego. Esto, pese a que el título cuenta con una vertiente multijugador para hasta ocho jugadores totalmente desaprovechada ya que la rivalidad y los piques, que son alicientes que nunca deben faltar en un juego de este tipo, brillan por su ausencia. En este caso, como decimos, hasta ocho jugadores (se pueden cubrir las vacantes con personajes controlados por la inteligencia artificial) pueden medir su habilidad lanzando burbujas en un gigantesco puzle en el que no dejarán de salir bolas de colores hasta que termine el tiempo. Lógicamente ganará el jugador que más puntos obtenga, pero no nos encontraremos con otro tipo de modalidades destinadas a perjudicar al rival con cada logro que obtengamos, que sin duda son las que más pasiones levantan entre los aficionados.
También se ha incluido un interesante minijuego que nos propondrá disparar a diferentes burbujas de colores como si de un juego de disparos se tratara teniendo que cambiar el color del cursor para que coincida con el color de la bola en cuestión. Cuantos más disparos consigamos, mejor será la recompensa (en forma de burbuja especial) que obtendremos al final de dicho juego. Incomprensiblemente, esta modalidad de juego no permite partidas contra otros usuarios, lo que le resta muchos enteros, ya que los piques entre jugadores podrían haber resultado de lo más divertidos.
Otro elemento a destacar negativamente lo encontramos en el apartado técnico del juego. En este caso, pese a que un título basado en este género tampoco es necesario exigirle una apariencia gráfica sorprendente, el trabajo llevado a cabo por Happy Happening resulta bastante pobre. De este modo, por ejemplo, nos encontramos con unos fondos sobre los que se desarrollan todos los puzles realmente pobres, con unos diseños demasiado simples, y con bastantes zonas en blanco (sin ningún tipo de detalle) lo que nos ofrece un acabado de lo más desangelado. También, los efectos gráficos a la hora de representar la desaparición de las burbujas, o los efectos que provocan las burbujas especiales resultan de nuevo excesivamente parcos en detalles, por lo que no podemos hablar de un juego ni siquiera simpático de ver. En cuanto al apartado sonoro, el juego contará con unas melodías alegres, aunque algo repetitivas, que nos acompañarán en todos y cada uno de los puzles que resolvamos. En este sentido se echa en falta una mayor variedad de melodías y un repertorio de efectos sonoros más contundentes ya que sin duda pasarán totalmente desapercibidos por los jugadores.
En definitiva, Bust a Move se trata de un buen juego de puzles que mantiene la esencia del clásico de las recreativas, lo que sin duda es sinónimo de diversión para los aficionados al género. Sin embargo, la falta de novedades y el hecho de contar con un pobre multijugador hacen que los más veteranos en el género puedan aburrirse fácil y rápidamente del mismo. Tampoco la novedad del control ni el minijuego de los disparos mantendrán el interés de los aficionados, ya que lo único realmente destacable es el modo Recorrido, que tampoco tardaremos muchas horas en completar. Además, su mediocre apartado técnico no ayuda a mantener el interés por el juego, por lo que estamos ante un correcto título de puzles que podría haber llegado a más de contar con un mejor apartado multijugador, o al menos más novedades jugables para satisfacer a los más exigentes.
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