Análisis de Killzone Mercenary (PSVITA)

El género de los FPS tiene un nuevo sinónimo en PS Vita: Killzone Mercenary.
Killzone Mercenary
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9.5
SONIDO
8
NOTA
8.5
DIVERSIÓN
9
JUGABILIDAD
8
Análisis de versión PSVITA.

Es verdad que en el catálogo de PS Vita abundan los juegos independientes, lo cual no es malo per se, pero hace fácil olvidar que esta plataforma es algo más que una portátil para conversiones de iOS o juegos con acabado gráfico de 8 bits. Has pagado por tecnología punta, una pantalla OLED y un control preparado para jugabilidad de consolas domésticas, a diferencia de los smartphone. Es entonces cuando aparece Killzone Mercenary, uno de los primeros títulos anunciados de la portátil, y te ofrece todo aquello que esperabas del sistema cuando lo adquiriste, superproducciones que no podrás encontrar en otro aparato de este tamaño y un género tan complicado en portátil como la acción y más concretamente, los disparos en primera persona.

Killzone Mercenary, vaya por delante, no hace casi nada realmente nuevo en el género para los usuarios de otros sistemas, y dudamos que esa fuese la intención de Guerrilla. Su revolución está precisamente en hacer eso mismo, un buen FPS –first person shooter- para llevar de viaje, jugar tumbado o lejos del salón. Es también la demostración de que el género tiene futuro en Vita, por lo que Borderlands 2 y otros posibles títulos como Bioshock no deberían sufrir ningún tipo de compromiso en portátil, siempre y cuando la conversión esté a la altura.

Naturalmente, comparar directamente Killzone Mercenary con Resistance Burning Skies o Call of Duty Black Ops: Declassified sería cebarse en Nihilistic Software que, según ha trascendido, tuvo poco tiempo para desarrollar estos juegos, mientras que Cambridge Studio –anteriormente Studio Cambridge, autores de Medievil, Primal y Ghosthunter- ha contado con el apoyo de los creadores originales de la saga. El resultado es espectacular, y no sólo en imágenes, en movimiento aún luce mejor y el parecido con PlayStation 3 es pasmoso hablando desde una impresión general y sin entrar en detalles.

De todas formas, en cuanto a la base, Mercenary no es demasiado diferente al de Black Ops: Declassified, pero claro, todo mucho mejor ejecutado. A diferencia de los Killzone tradicionales, Mercenary nos presenta una serie de misiones que el soldado a sueldo Arran Danner debe cumplir para ganar dinero y quién sabe, quizás alterar el rumbo de la historia. El trasfondo del argumento es el visto en los últimos Killzone, una guerra entre ISA y los helghast que se libra en Vekta y principalmente en Helghan, realizando tareas que transcurren de forma paralela a Killzone 2, razón por la cual se mostrarán breves secuencias de vídeo de otros juegos durante la presentación de cada misión.

Estas misiones no están conectadas de manera física pero sí por un ligero hilo conductor una vez arrancan los acontecimientos importantes. Killzone ha sufrido un problema narrativo desde sus orígenes, es una saga con una historia más compleja de lo que a simple vista se refleja en los juegos, su fallo está en que Guerrilla no la sabe contar bien o considera que al público lo único que le interesa son los tiros; en Mercenary, aunque la historia tampoco sea el foco de atención principal, al menos se ha procurado dar un poco de sentido a nuestras acciones resumiendo el avance del conflicto y por qué debemos hacer cada encargo.

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 1

Si has disfrutado con anteriores entregas, es probable que este juego te deje satisfecho en este sentido, incluso superando ligeramente tus expectativas; pero si no has tocado ningún Killzone, muchos de los términos de este universo que se dan por supuestos, como los arcos helghast, se pasan de puntillas y no se entienden tan fácilmente. El propio final de Mercenary parece poco relevante o épico si no tenemos en cuenta lo que está sucediendo en segundo plano con Sev y Rico en el juego de PlayStation 3.

El desarrollo por misiones tiene puntos fuertes y débiles. Sus ventajas son que permite dividir la campaña en secciones breves, de 30 minutos o una hora –dependiendo de la dificultad elegida-, que se pueden terminar de un tirón. En portátil es preferible esto a una historia lineal de la que se puede perder el hilo en partidas cortas. Además, es más fácil dar variedad de ambientes y ritmo de juego, y eso es precisamente lo que ha hecho Guerrilla Cambridge, una especie de homenaje a las localizaciones de pasadas entregas, e incluso futuras, pues el capítulo en Vekta recuerda mucho a la presentación de Shadow Fall en PlayStation 4, en acristalados rascacielos elegantemente decorados, todo un contraste con las zonas que se inspiran en escenarios sucios y "feos" muy queridos por los seguidores de la serie –hay instalaciones similares a la academia de Radec-. En nuestras anteriores impresiones os hablamos de recuperar la sensación de óxido y opresión de Killzone 2, y eso se cumple en buena parte del juego, pero no siempre es así, también hay zonas que recogen ideas de Killzone 3. En definitiva, es un buen repaso a todo aquello que nos ha dado Helghan –y Vekta- en nuevos escenarios.

El sistema de recompensas constante añade un aspecto arcade que ningún Killzone tenía en su modo campaña y que parece más propio del multijugador, dejando difusa la frontera entre historia y modo online. Matar –y depende de la forma-, recoger munición, hackear y superar una fase reporta dinero –es la forma de ascender de nivel-. Dado que el armamento a comprar es relativamente caro, será importante jugar bien y, si lo deseamos, repetir misiones para desbloquear mejor equipo a elegir entre una docena de armas principales, una docena de secundarias, cinco tipos de granadas, chalecos y tecnología especial.

No parece que haya un equipamiento que destaque por encima del resto de manera descarada, más bien se trata de diferentes alternativas según la situación, y así puedes encontrar rifles o cañones tipo gatling muy potentes, pero con claras limitaciones en velocidad de recarga o cadencia. Las más curiosas son las pertenecientes a la categoría Van-Guard: misiles con seguimiento, ataques aéreos, invisibilidad, drones e ingenios muy útiles –con un tiempo de recarga amplio, para no abusar de ellos- que conviene adquirir cuanto antes, porque además de una inestimable ayuda en los momentos más duros son muy divertidos de usar y modifican nuestra estrategia enormemente.

En el último artículo os hablamos de la existencia de pistolas silenciosas, y es que en Mercenary estamos dentro de una guerra, pero sin ser la voz cantante. No lideramos un batallón contra otro, en la mayoría de ocasiones debemos infiltrarnos en una base, sabotear algún tipo de arma o rescatar a un personaje importante. Siendo como es un Killzone podemos jugar de la manera más bestia que deseemos, basta con entrar a saco y disparar el fusil para que las oleadas de enemigos se percaten de nuestra posición. Pero no tienes por qué hacer esto.

 2

Gran parte del recorrido, salvando las secciones en las que por fuerza sufrimos un asalto o debemos defender un área, está protegido por soldados en ruta susceptibles de ser liquidados mediante el cuerpo a cuerpo o armas silenciosas. Lo dicho: puedes enfrentarte a cinco enemigos cabreados que saben dónde te escondes, o acabar con ellos uno a uno, desactivando cámaras de vigilancia y sin que nadie dé la alarma al resto de compañeros. Sin ser un juego de sigilo puro, las posibilidades son muchas y el diseño de los mapas o la existencia de radar están pensados para dar juego al escondite.

El control es excelente. Nuestra única queja, y no culpa del juego, es que las palancas no son tan grandes ni tienen la textura de agarre de un pad, pero por lo demás, a efectos prácticos es como cualquier FPS de doméstica. Hace uso de la pantalla táctil para seleccionar arma tecnológica, cambiar a la secundaria, seleccionar granadas, el minijuego de hackeo o activar las minas lapa, y el panel trasero para iniciar la carrera o usar el zoom de las armas. La mayor novedad de las funciones táctiles está en el cuerpo a cuerpo, que pasa a cámara lenta y nos pide que realicemos un gesto con el dedo según la dirección de una flecha. Sólo los oficiales –que guardan documentos secretos y que quizás queramos coleccionar- nos lo pondrán un poco más difícil porque resisten a dar esa información. Si aun así no eres muy amigo de tocar la pantalla o usar los sensores de movimiento, existe la opción de desactivar este control.

Killzone Mercenary mantiene toda la brutalidad de los tiroteos de la saga, el ruido, las explosiones, el eco de fondo con las soflamas demagogas del dictador de turno. El nuevo ritmo de este juego no es tan agotador y permanentemente intenso como el de Killzone 2, pero cuando el combate empieza no puedes despegarte de la pantalla hasta dejar una zona limpia de enemigos. Y esto ya no es mérito de los gráficos: es realmente un juego más divertido y cómodo que otros FPS que hayas podido disfrutar en portátil. Si eres un seguidor de Killzone, es imposible que te decepcione en cuanto a jugabilidad; quizás sea discutible el desarrollo por misiones o la duración básica –ronda las seis horas, aunque depende de la dificultad-, pero son decisiones por diferenciar a la portátil de las domésticas.

El extra del sigilo también ayuda a que, si lo deseamos, podamos cambiar completamente nuestra manera de jugar, ya que ocasionalmente hay pequeños caminos opcionales en cada mapa para afrontar el combate cara a cara o desde otras posiciones más elevadas. En nuestra primera partida lo más normal es apostar por el gatillo fácil y comprar el armamento más letal, pero si quieres sonsacar documentos secretos deberás utilizar estrategias más sigilosas e inclinarte por el camuflaje óptico; es decir, que la forma de jugar y la dificultad cambia mucho. Más de un jugador de Killzone se preguntará si lo que decimos es cierto y hasta qué punto hay libertad de decisiones; pues bien, una vez superada la campaña como nos dé la gana tenemos tres contratos –objetivos- más para ganar dinero en cada una de las nueve misiones, también con dificultad variable, con los que mejorar nuestra técnica y aumentar el sueldo, por no mencionar que los beneficios conseguidos son útiles para el multijugador.

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Estos contratos opcionales son temáticos: precisión, misiones encubiertas y de demolición. Prácticamente se describen por sí solas: de precisión nos piden superar partes del recorrido en un tiempo límite, evitar bajas civiles o un número de tiros a la cabeza, y conviene jugarlo cuando sepamos el recorrido y todos sus atajos de memoria; encubierto prima el sigilo –no hacer saltar alarmas-, apuñalar enemigos por la espalda e incluso evitar las entradas más visibles usando otras secundarias; demolición es el modo perfecto para los soldados más sanguinarios: peticiones de matar a una cantidad de rivales con un arma concreta o dar tal cifra de tiros de gracia.

Mercenary introduce un minijuego de hackeo muy entretenido que consiste en seleccionar figuras compuestas por triángulos –podríamos llamarlos quesitos- para formar el dibujo mostrado en la parte central. Aunque es algo fácil –tampoco esperábamos un puzle complejo-, está bien repartido a lo largo del recorrido como manera de abrir puertas bloqueadas o dispositivos clave, y también obliga indirectamente a que acabes con los enemigos de la zona o al menos que lo hagas con disimulo, porque la acción de fondo no se detiene y puedes recibir balazos. Una vez más hay que reconocer que las novedades de Guerrilla en jugabilidad, por pocas que sean –la tecnología Van-Guard, el hackeo, las alternativas de encarar las situaciones- son muy positivas, y en cierta manera, ayudan a distanciarlo de la callofdutyzación a la que tienden demasiados desarrolladores; nos gusta COD, pero no hay razón para querer decenas de clones que no aporten nada.

Junto con la campaña tenemos los modos online para ocho jugadores, que son los que alargarán la vida del juego durante semanas y meses. Incluye seis mapas con en tres modos de juego que contrariamente a lo que habíamos sospechado en nuestras impresiones no son reciclaje directo de la campaña. Traspasa muy bien la filosofía de Mercenary: mercado negro para adquirir y personalizar el equipo, sistema de recompensas mediante cartas –su valor varía según la forma de jugar y nuestros logros- y las novedades jugables como la extorsión para extraer datos o la tecnología Van-Guard.

Dos de los modos no necesitan mucha explicación, un todos contra todos –Warfare- y el deathmatch por equipos entre helghast e ISA -Guerrilla Warfare- en el que gana el equipo con más asesinatos dentro del tiempo establecido. El papel de nuestras cartas hace que las partidas siempre sean emocionantes, puesto que matar a jugadores de cartas bajas proporciona menos dinero que a los expertos, y por tanto, abusar de los novatos no será la mejor forma de evolucionar en el juego.

La tercera de las opciones es Warzone, el modo más carismático de la saga en cuanto a multijugador, y consiste en una serie de rondas con objetivos diferentes que se van sucediendo sobre la marcha, lo que hace la partida muy dinámica, con una duración amplia –puede rondar los 30 minutos- y por lo habitual muy igualada, en la que no sólo basta tener buena puntería. Estas rondas incluyen el combate por equipos, recogida de cartas de los enemigos –sólo se contabilizan muertes si recoges este objeto, es decir, matar a muy larga distancia no es la mejor estrategia- donde incluso puedes obtener cartas de los compañeros para que no sean contabilizadas por los oponentes; interrogatorio, que es una curiosa variante del clásico asesinato –aquel en el que debías liquidar a un enemigo concreto del otro bando-. Como en la campaña, si deseas obtener información del personaje en cuestión es necesario utilizar el ataque cuerpo a cuerpo o algún tiro no letal. Lleva unos segundos doblegar su voluntad, en los que quedas totalmente expuesto a que sus compañeros lleguen en auxilio, por lo que estas misiones requieren coordinación en equipo por encima de todo.

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Añade que Blackjack lanzará periódicamente cápsulas de tecnología en puntos del mapa que todos los jugadores querrán obtener, ya sean torres de interferencia para perjudicar al enemigo, drones de acompañamiento, misiles o escudos y ya tienes un multijugador adictivo como no se habían visto en portátil. ¿Una queja? No parece disponer de opciones para ajustar los parámetros de las partidas –tiempo de rondas, bots, etc.- pero es algo que puede actualizarse en un futuro. Obviamente para saber el verdadero alcance de un multijugador hacen falta muchas horas de juego y en buena medida depende de la comunidad que coseche en las próximas semanas y meses, que es la que decidirá si el juego se mantendrá caliente durante mucho tiempo o no. Al menos la base es sólida y por las positivas reacciones a la beta todo apunta a que tendrá continuidad.

Entrando en materia gráfica, Uncharted: El abismo de oro se ha mantenido alto el listón de la consola. Hasta ahora. Killzone Mercenary corre a la resolución nativa de la pantalla –necesario para apuntar bien a los enemigos lejanos- y está repleto de los efectos característicos de la saga. Según sus creadores funciona en una versión modificada del motor de Killzone 3, y aunque no puede mover el mismo tipo de paisajes que PlayStation 3, hace notar esa potencia de Vita que no todos los juegos son capaces de sacar.

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Lo único que desentona en el apartado visual son algunas texturas de calidad regular que de vez en cuando encuentras, pero por lo demás todo son halagos: escenarios amplios en los exteriores, difícilmente cae la fluidez, gran iluminación, coloreado en la imagen, postprocesado, multitud de elementos en pantalla –personajes, efectos de humo, drones aéreos, etc.- y variedad de escenarios, tanto los que recuerdan vagamente a pasados juegos como los nuevos. Desde las angostas fortalezas metálicas a ciudades incrustadas en rocas, palacios helghast, elegantes oficinas, incursiones nocturnas bajo una lluvia que moja la pantalla y fortalezas flotantes sobre el desierto, Mercenary es un juego espectacular de principio a fin, una potencia técnica puesta al servicio de la ambientación. Si no sabes de qué son capaces los circuitos de Vita, este juego te abrirá los ojos.

En esta ocasión la música no corre a cargo de Joris de Man –probablemente ocupado con Shadow Fall-, pero sigue prácticamente el mismo estilo y apenas encontraremos grandes diferencias en cuanto al estilo épico y tenso del combate. El doblaje al castellano está al nivel de otros Killzone, de hecho uno de los personajes secundario cuenta con Roberto Encinas –voz de Rico, que aquí hace el papel del líder de los mercenarios y jefe del protagonista- así que la sensación es, efectivamente, la de estar ante un Killzone. Las palabras malsonantes no han desaparecido completamente del vocabulario de este juego pero no es la exageración obscena de Killzone 2, que llegaba a ser casi una parodia de sí mismo. Alguna voz no está del todo bien escogida –en concreto la de cierto niño-, pero ya sabemos que en esta saga lo que tiene protagonismo es el ambiente, el griterío helghast, el sonido de los disparos, y no tanto la calidad de los diálogos o su interpretación.

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Conclusiones

Killzone Mercenary es un juego notable se mire por donde se mire para los aficionados al género, que te hará olvidar instantáneamente anteriores experimentos de FPS en Vita. Tiene ideas frescas que probablemente estén presentes en Shadow Fall, juego también protagonizado por un personaje solitario en tierra hostil, y no podían llegar en mejor momento, justo cuando tras Killzone 3 hacía falta un revulsivo que añadiese profundidad al desarrollo, no simplemente una evolución gráfica. ¿Son suficientes esas novedades para hacer al juego memorable? Quizás no, le sigue faltando la chispa necesaria para que la saga despegue totalmente, pero va mostrando pasos en la buena dirección.

El multijugador competitivo es, hoy por hoy, el mejor que puedas encontrar en portátil, y la campaña de Danner es tan rejugable e intensa como la vista en cualquier otro Killzone. No se trata de una entrega para hacer bulto en el catálogo, lanzada con prisas o por conseguir tu dinero aprovechando el tirón de la licencia. Guerrilla Games no ha sido una mercenaria.

Ramón Varela
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PEGI +18
Plataformas:
PSVITA

Ficha técnica de la versión PSVITA

ANÁLISIS
8.5
  • Fecha de lanzamiento: 5/9/2013
  • Desarrollo: Sony Cambridge
  • Producción: Sony
  • Distribución: Sony
  • Precio: 39,95 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: Tarjeta
  • Textos: Español
  • Voces: Español
  • Online: hasta 8 jugadores
COMUNIDAD
8.67

Killzone Mercenary para PSVITA

117 votos
#28 en el ranking de PSVITA.
#120 en el ranking global.
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