Análisis de Warriors All-Stars (PS4, PC)

Basta dar un vistazo al historial de Omega Force para darse cuenta de lo fácil que habrá sido para Koei Tecmo llegar a la conclusión de Warriors All-Star. Al principio relacionábamos mosou inequívocamente a Dynasty Warriors, pero en los últimos años hay tantas sagas propias –Warriors Orochi-, Samurai Warriors- y con uso de otras licencias -Fist of the North Star, One Piece, Hyrule Warriors, Dragon Quest Heroes, Fire Emblem Warriors…- que parece lógico desarrollar un musou protagonizado por las series de la compañía.

Koei Tecmo puede hacer algo así también porque es más que Dynasty Warriors y Samurai Warriors, dos de las sagas incluidas en Warriors All-Star. También cubre a Gust, creadores de los RPG Atelier y Nights of Azure, de Team Ninja –Ninja Gaiden, Dead or Alive, Nioh-, de la serie de caza demoníaca Toukiden o los algo menos conocidos –pero no por ello menos interesantes- Deception, Opoona, Rio, Haruka: Beyond the Stream of Time y Samurai Cats. Con una plantilla así casi podemos decir que precisamente los menos llamativos son los personajes históricos de musou, y no dudamos la mayoría de usuarios darán prioridad a Kasumi antes que a Lu Bu.

La historia de Warriors All-Stars parte del habitual cruce de sagas. En esta ocasión, un mundo de fantasía empieza a agonizar por la pérdida de poder mágico. Para salvar estas tierras se pide la ayuda de unos héroes legendarios que serán capaces de restablecer la energía, pero la invocación no sale del todo bien y estos guerreros quedan dispersos por la tierra, creando así varias campañas que se centran en grupos de personajes. Es decir, inicialmente elegimos a un protagonista, y según el elegido, comenzaremos a ver a unos u otros compañeros, colaborando con la facción aspirante a sucesora del trono.

Su jugabilidad no guarda demasiadas sorpresas: una vez más, nos enfrentamos a oleadas de enemigos que saltan por los aires con cada taque que ejecutamos. Aunque no estaremos solos en el campo de batalla, hasta cuatro personajes de apoyo nos acompañan en esta guerra. La plantilla se controla de manera similar a otros musou de Omega Force, como Dynasty Warriors 8: Empires: golpes sencillos para crear potentes combos que arrasan con las centenares de rivales clónicos.

También hay una serie de ataques especiales e incluso conjuntos, donde participan nuestros aliados a nuestro lado. Igualmente, podrás hacer uso de sus habilidades de apoyo, ofensivas o defensivas –curativas, por ejemplo- que se recargan por tiempo. Aprovechar estas ventajas no sólo sirve para facilitar la partida, también ayuda a romper la repetitividad que suele acechar a todo musou después de cierto tiempo.

Por la selección de personajes, una treintena –lejos de las cifras de un Warriors Orochi, pero sí mucho más carismáticos-, Warriors All-Stars se disfruta más cuando tienes conocimiento de todos los juegos representados, o al menos la mayoría. Resulta curioso ver al seco Ryu Hayabusa colaborando con Sophie de Atelier, o las luchadoras de DOA codo con codo junto a las chicas de Deception. Dispone de glosarios con información de personajes, por si necesitas ayuda con algunos términos o no reconoces a algún guerrero.

Puesto que parte de los personajes no utiliza habitualmente armas y se centran en magia o golpes físicos, Warriors All-Stars es más variado que los juegos de acción histórica de Omega Force. Cada protagonista mantiene su personalidad en el tipo de movimientos, así que Laegrinna no se manchará mucho las manos y en su lugar materializa trampas en el campo de batalla, mientras que Arnice de Nights of Azure mantiene su transformación en forma demoníaca.

Como solución para personalizar a los héroes se utiliza un sistema de cartas. Conseguir nuevas armas y armaduras tendría sentido para ciertos héroes de acción, pero no para Sophie, Opoona y parte de los invitados con origen en sagas no demasiado bélicas. La solución: equipar unas cartas que proporcionan mejoras de algún tipo. Cuando tengamos de sobra –o cartas de valores bajos-, también podremos deshacernos de ellas y obtener materiales que nos servirán para potenciar las cartas buenas.

El desarrollo tiene lugar en un mapa en el que se van desbloqueando diferentes tipos de misiones. Tenemos las principales, que avanzan la historia, y otras para obtención de recursos, nuevos personajes o enfrentamiento contra héroes. Algunas están activas por tiempo limitado y se pueden perder. Se logra así que la historia no sea lineal y podamos elegir cuándo conviene dar un respiro para recobrar fuerzas o acelerar el progreso principal. Incluso podrás interactuar con los guerreros desbloqueados en tu base –hay un sistema de amistad que también influye en los combates-, con taberna, posada, aguas termales o las zonas para perfeccionar nuestras habilidades.

Este cóctel de sagas influye positivamente en la fórmula musou. Los enemigos vuelven a demostrar una inteligencia completamente nula, a excepción de los generales o subjefes, y los escenarios no son más que zonas laberínticas preparadas para la lucha y la conquista de bases. El objetivo de la misión estará acompañado de encargos secundarios: derrotar a un personaje específico o un número de enemigos concreto. En definitiva, una combinación de ideas clásicas y comunes a otros títulos de Omega Force con unas pocas novedades para maquillar el resultado –y esto no es algo necesariamente malo-.

La ventaja del reunir a un dream team es que recoge escenarios y enemigos inspirados en las sagas de sus héroes, no únicamente aburridos soldados –que también los hay, y de aspecto furry-, ya sean demonios de Nioh o graciosos monstruos de Atelier. No llega a la explosión de colorido de un One Piece: Pirate Warriors, pero sin duda transmite menos monotonía general que un Dynasty Warriors. En las cuestiones técnicas, simplemente correcto: no mucho detalle que se compensa con ingentes cantidades de personajes en pantalla. Luce mejor en movimiento que en capturas.

Como no podía ser de otra manera, la música hace revisiones de temas de los juegos representados, en versiones orquestales o más rockeras. Las voces son principalmente en japonés, aunque en el caso de William se ha mantenido el idioma inglés por coherencia con su historia en NiOh –un marinero irlandés que llega a Japón-.

Conclusiones

Warriors All-Stars no engaña con su propuesta. Esperas un musou con personajes de Koei Tecmo y eso es exactamente lo que ofrece. Omega Force tiene la plantilla de estos juegos tan dominada que no necesita hacer más que unos pequeños cambios en mecánicas o personajes para hacer algo entretenido. Hay que admitir no obstante que no es tan ambicioso como los Dragon Quest Heroes, y se echa en falta un modo multijugador u otros extra que suelen aparecer en juegos de la propia desarrolladora. Hay múltiples finales y, aunque ver uno de ellos puede llevar 10 horas, dominar a toda la plantilla multiplica esa cifra hasta casi el centenar.

Por una parte, hay que agradecer que los personajes no queden desdibujados con su salto a la acción masiva –en cuanto a carisma, no en control-. Hay muchos guiños a las diferentes sagas y cada protagonista mantiene su personalidad, independientemente de pertenecer a juegos violentos o más familiares. Sin embargo hay que aceptar que tampoco presenta nada extraordinario capaz de cambiar la opinión de los detractores al género: lo disfrutará más el aficionado al musou que los jugadores a Ninja Gaiden o Dead or Alive. Eso sí, si tienes la suerte de adorar los Dynasty Warriors y el catálogo de Koei Tecmo, este juego es imprescindible.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Koch Media.