Análisis de Nights of Azure (PS4, PS3, PSVITA, PC)

Aunque Gust es un estudio muy prolífico en el rol, seguro que más de un aficionado al género echaba de menos alguna saga diferente al Atelier anual y, ocasionalmente, un Ar tonelico. No porque sean malos juegos, porque sin destacar demasiado siempre son una garantía de calidad mínima con la jugabilidad más tradicional de combates por turnos. Pero por supuesto, siempre es bueno un aire fresco en estilo, desarrollo, personajes y lucha.

Nights of Azure es el cambio que Gust necesitaba. Está lejos de ser un RPG memorable, de marcar un antes y un después en el catálogo de las tres plataformas donde se lanza, y sufre evidentes limitaciones por el presupuesto con el que juegan sus creadores. Sin embargo hay algunos puntos interesantes que lo diferencian bastante de las aventuras desenfadadas de jóvenes alquimistas, y el sistema de combate es radicalmente diferente al de los citados títulos de la compañía.

La historia del juego –textos en inglés, voces en japonés- mezcla fantasía con el mundo real –hay menciones a países europeos- y nos cuenta una antigua batalla épica contra el Nightlord que se saldó con una victoria para la humanidad. La derrota de este demonio tuvo sus consecuencias, como esparcir su maldad y convertir a mucha gente en unas peligrosas criaturas, los Blue Blood, que atacan por las noches, de ahí el nombre a la isla ficticia del juego llamada por la población "la tierra sin noche".

La aventura comienza cuando Arnice, una guerrera son sangre mitad demonio mitad humana que lucha contra los Blue Blood, se encuentra con Lilysse, una chica destinada a sacrificarse para acabar con el temido regreso del Nightlord. Las dos son viejas amigas –en realidad, más que amigas-, y en esta ocasión Arnice debe hacer de su guardaespaldas, pero la relación se pondrá a prueba a medida que aparecen nuevas dificultades en el camino y Arnice intenta salvar a Lilysse de su aciago destino.

El argumento en general tiene aspectos bastante típicos para el rol, como ese retorno de un poder malvado que fue derrotado en el pasado o el sacrificio por la humanidad –a nosotros nos recordó por momentos a la relación de Yuna y Tidus en Final Fantasy X, o la historia del próximo I am Setsuna-, aunque en general el carisma de las protagonistas está bien llevado –pese a que hay situaciones bastante tontas, propias del anime juvenil- y su diseño es de lo más sobresaliente. Señalar que si bien no llega al descaro de la serie Ar tonelico, el nivel de erotismo supera al de cualquier Atelier: vestimentas escasas, transformaciones con menos ropa, curvas rotundas y física para pechos made in Koei Tecmo donde la carne parece un flan.

La parte más interesante de Nights of Azure y la que sustenta prácticamente todo el juego es su componente de action RPG. Nada de turnos, menú de comandos y posiciones estáticas. Se controla como un juego de acción –bastante sencillo, con lo básico-: un ataque débil, otro fuerte, movimientos evasivos y ataques especiales. Es ágil y rápido, hablamos de un ritmo más cercano al de un slash’em up o Kingdom Hearts que a un Souls de From Software. Y es divertido, durante la exploración aparecen las criaturas que se despachan rápidamente, mientras que con los jefes se exige prestar más atención a los ataques del rival. Es un juego de dificultad asequible en su historia principal –aproximadamente 20 horas-, no es necesaria una gran experiencia en el género; eso sí, después de su final hay más contenido con jefes más duros.

Ahí no queda el sistema de combate. La protagonista no lucha en solitario contra estas criaturas de sangre azul, puede invocar a unos demonios sirvientes. Se pueden dar órdenes al grupo o individualmente para que el elegido utilice ataques mágicos, que ataquen a un objetivo concreto o que beban sangre derramada –recuperar puntos de magia-, y cada uno de los cuatro que podemos llevar en el acceso directo se orienta a una estrategia. Por ejemplo, hay sirvientes ofensivos que castigarán a nuestro enemigo, mientras que otros son de apoyo y ofrecen magias curativas y defensivas.

Es interesante configurar este grupo acorde al estilo de lucha según nos interese distracción o ayuda. No sólo personalizas a Arnice, también puedes equipar complementos a tus monstruos, que suben de nivel, adquieren habilidades y disponen de afinidades elementales. Con el progreso podrás conseguir más invocaciones muy útiles y fuertes.

Nuestra heroína también dispone de una transformación demoníaca que destapa su poder y ofrece nuevas habilidades. Según el tipo de cambio puede ganar ataques de área –demonio-, combate a corta distancia –conejo-, a larga distancia y para ayudar a los sirvientes –fantasma-, con una defensa fortalecida –armadura-, o la poderosa pesadilla que sube ataque, rango y velocidad. Proporcionan más habilidades que dan a las batallas una buena profundidad. Combínalo con armas de diferente clase –disparos, martillo, dagas…- y con combinaciones de sirvientes –que adaptan su estilo al arma utilizada- y tendrás un sistema muy flexible.

Cuando no estamos explorando callejuelas o mazmorras bajo un límite de tiempo, la mayoría del tiempo estaremos en el hotel que hace de cuartel general para el grupo. Compra de ítems, progreso en la historia y recepción de misiones opcionales –acabar con enemigos, búsqueda de objetos- que ofrecen recompensas o profundizan un poco más en la historia de los secundarios. En la parte inferior del edificio hay una arena de combate con retos de diversa dificultad y objetivos –no recibir daño, utilizar únicamente criaturas, etc.- donde podemos aprovechar libremente aquello donde mejor se luce este juego de rol, el combate.

Uno de los principales problemas en la jugabilidad de Nights of Azure se encuentra en la mencionada facilidad general. A veces parece que no explota todo lo bien la variedad de criaturas y armas a nuestra disposición, que cualquier situación y jefe se puede derrotar sin necesidad de calcular meticulosamente el equipo y sirvientes. Nadie pide disparar la dificultad a un nivel absurdo porque en primer lugar dudamos que su público objetivo sea el mismo que el de un Dark Souls, pero da la sensación de que la base podría dar para una aventura mucho más reconfortante y destacar así la mecánica.

El otro punto débil lo encontramos en sus gráficos. Con la versión de PlayStation 4 el juego corre fluidamente la mayor parte del tiempo, aunque con múltiples explosiones y enemigos en pantalla se aprecia algún tirón durante un instante –en honor a la verdad, nunca lo suficiente para afectar a la diversión-. Los personajes rozan un nivel similar al de un Atelier, en cambio los escenarios en cambio son fríos y desangelados, con decoración que ocasionalmente aparece a la lejanía. Es una lástima que, una vez más, un bajo presupuesto lastre la buena impresión que podría dar con un acabado más actual. Por suerte, no llega al extremo de un título de Compile Heart.

La música es excelente. Gust tiene prestigio en este apartado, y el equipo habitual de los Atelier - Hayato Asano, Daisuke Achiwa, Kazuki Yanagawa- más Toshiharu Yamanishi han conseguido crear una banda sonora que para las secuencias más tranquilas recuerda a esa otra serie de rol, pero sabe coger fuerza con guitarreos para las batallas más épicas.

Conclusiones

Para tratarse del primer action RPG de Gust, Nights of Azure es una propuesta muy interesante que sorprenderá a quien espere un combate simplón por venir de una desarrolladora acostumbrada a batallas clásicas.

Donde sí hay margen de mejora es en apartado de exploración, es decir, evitar que se convierta únicamente en una sucesión de mazmorras con cofres desperdigados, creer más en su sistema de combate para valer sus posibilidades y finalmente, empezar a abandonar el desarrollo en generaciones pasadas. Con un poco de suerte, Gust pulirá esta jugabilidad y en un futuro podremos hablar de una saga que complemente a Atelier.

Hemos realizado este análisis en su versión de PlayStation 4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Koei Tecmo.