Análisis de Last Knight (PC)
La fórmula que Last Knight nos brinda para engancharnos a su jugabilidad no es otra que las de los cuentos de caballeros en apuros. En este caso encarnaremos a un soldado que deberá avanzar a través de los diferentes capítulos abordando mil y un peligros junto a su corcel. En el reparto no faltarán reyes, monstruos y propuestas que nos harán seguir una trama en la que visitaremos un gran número de entornos diferentes. La mecánica de juego funciona bien aunque al final se acaba repitiendo irremediablemente ya que siempre tendremos al caballo corriendo sin parar en un escenario que va pasando mientras esquivamos los diferentes escollos. Para que lo captéis rápido, se trata de un escenario tridimensional en forma de pasillo en el que el veremos al caballero desde detrás. Los controles harán que tengamos que virar a izquierda o derecha, bajar la lanza para acabar con un objetivo o saltarlo si se trata de un obstáculo.
Érase una vez…
A simple vista todo cumple muy bien gráficamente. La mecánica, aunque bastante sólida, se convierte enseguida en repetitiva y puede cansar el hecho de estar esquivando y golpeando durante toda la partida. Si bien ahí reside el enganche, esto acaba volviéndose contra él. La estética eminentemente cartoon y lo fácil de su mecánica nos mete en liza enseguida. Asimismo un tutorial muy explicativo nos hará ver lo que será la totalidad del juego. Un ejercicio de movimientos a izquierda y derecha, uno de saltos, uno de impacto con lanza y ya estaremos preparados para la acción.
El menú inicial presenta todas las posibilidades, algunas ya desbloqueadas de inicio, como el modo historia, y otras, como el special mode o el knight endless bloqueados hasta que avancemos a base de partidas y esquivar golpes y enemigos. Asimismo también tendremos acceso a los denominados power ups, que no son otra cosa que potenciadores como cañones, modos fantasma, alas, bonificaciones de tiempo o armaduras. En otro orden de cosas también podremos mejorar la apariencia del caballero, su caballo y la lanza que lo acompaña. En las opciones derivadas de los power ups y las customizaciones necesitaremos oro, que iremos consiguiendo a lo largo de la partida, para desbloquearlas. Finalmente también tendremos acceso a los Quests, o misiones, que encontraremos en los modos endless que antes hemos visto.
Mecánicas tradicionales
La jugabilidad de Last Knight está enseguida aprendida y explotada. En cuanto a ello poco tenemos que objetar. El caballo corre solo mientras nosotros nos ocupamos de desplazarnos lateralmente para evitar piedras en mitad del camino, saltar en caso de tener un riachuelo delante o también bajar la pica si vemos una diana acercarse a gran velocidad. Hemos visto muchos juegos del estilo plataforma sin fin aunque este introduce el tema de los capítulos y los puntos de control, lo que lo hacen algo más divertido. Las animaciones entre capítulo y capítulo nos sumergen algo más en la trama y hacen que el caballero tenga, al menos, un motivo por el que deslomarse a caballo de su corcel. Unas veces será el rey quién le hable de un temible dragón y otras para recuperar el oro perdido, pero la historia estará siempre ahí.
Esta mecánica está bien implementada aunque en ocasiones colisionamos con objetos sin entender por qué. En lo técnico faltaría pulir un poco más estas maniobras que hacen que tengamos que volver a empezar cuando creíamos haber superado el obstáculo sin problemas. A veces los consejos del Master Knight al principio del capítulo sirven de poco si la mecánica no está depurada del todo. A pesar de ello estas son completamente superables cuando nos hacemos con los movimientos del caballo.
La curva de dificultad va aumentando a cada nivel y ello lo veremos con los enemigos a los que nos enfrentemos. Mientras los primeros compases nos enfrentaremos a objetos y elementos estáticos mientras recolectamos monedas o cofres, los siguientes niveles nos enfrentarán a caballeros que vienen velozmente de cara, primero en una única dirección y después a por nosotros. No se trata de un título excesivamente difícil, por lo que enseguida nos haremos con la mecánica.
Un mundo muy visual
Quizás este apartado sea uno de los más destacados del título. Pese a contar con un alcance visual, los elementos que encontramos en él se han mimado lo suficiente para componer un escenario muy bonito que va cambiando conforme avanzamos. Esta calidad gráfica se convierte en estándar para todo el juego y pese a no presentar ninguna novedad destacada se agradece. La frescura que aporta el hecho de presentarnos nuevos elementos en pantalla hacen que la repetición de la jugabilidad no penalice tanto.
Un punto que quizás podría remozarse es el de las animaciones. Cuando caemos al río con caballo incorporado o chocamos muchas veces la mecánica de gráficos falla creando una animación poco creíble. No estamos exigiendo un trabajo de físicas al más alto nivel pero si un movimiento con algo más de credibilidad. De igual forma sucede cuando caemos por un precipicio y caballo, caballero y pica son absorbidos por la roca de la montaña. Pese a ello las colisiones se unen al humor que el guión va dejando en todas las animaciones con onomatopeyas en letra cuando nos golpeamos o con pedos del caballo si estamos durante un rato sin iniciar la carrera.
Artísticamente correcto
A esta fábula medieval no podía faltarle una banda sonora a la altura. Podemos decir que por ser un juego indie, Last Knight cuenta con una música y unos efectos sonoros bastante trabajados hacen que nos sumerjamos enseguida en la partida. A los cómicos personajes y la estética meramente cartoon de la que hemos hablado les va como anillo al dedo esta serie de melodías de corte también épico medieval. El conjunto queda muy estético y da el pego para el juego que nos ocupa, en lo artístico no muestra falta de trabajo, siendo los menús un "chivato" que ya nos avisa con lo que encontraremos de allí en adelante.
Correcto aunque repetitivo
La obra de Toco Games nos deja en las manos un proyecto muy correcto en lo artístico aunque sin nada muy nuevo en cuanto a jugabilidad y gráficos. Se agradece mucho el mimo con el que se ha realizado todo el entorno gráfico tanto en colorido como en ambientación aunque las animaciones queden algo vetustas en algunos casos. Pese a ello el comportamiento es mucho más que aceptable.
La inclusión del sistema de checkpoints y capítulos hace que el título quede mucho más estructurado que algunos de su género, lo que ayuda, como hemos dicho, a hilvanar bien la historia que nos llevará de principio a fin. Uno de los puntos más a favor relacionados con la jugabilidad es el hecho de incluir potenciadores y elementos desbloqueables. Este sentido, que bien se hubiese podido omitir sin afectar a la jugabilidad aporta un grado más de versatilidad al proyecto y hace que el jugador tenga más motivos para seguir jugando. Si bien en momentos avanzados la mecánica puede cansar, serán estos desbloqueables los que nos insten a conseguir una moneda más para "tunear" nuestra armadura o las armas. Poder cambiar al caballero por la princesa, el rey visitando cementerios, ríos, páramos, bosques u otras localizaciones le da este toque diferencial.
La sensación general es la de un proyecto bastante trabajado que adolece de una mecánica algo repetitiva pero que logra salvarse a nivel visual y jugable gracias a toques que lo hacen visible entre la gran maraña de juegos independientes que copan el mercado.
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