Análisis de IL-2 Sturmovik: Cliffs of Dover (PC)

Hubo un tiempo, donde las batallas y las luchas aéreas, eran llevadas a cabo por honorables y valientes pilotos que se arrojaban y se prestaban a encarnizadas peleas por la defensa de los cielos de su país. En aquellos aciagos días, donde la imaginería y la compleja y aplastante maquinaria militar nazi del III Reich se hacía con el control de media Europa, la resistencia de Inglaterra, era esencial. El Mariscal del Aire alemán, Hermann Göring, quería someter a los británicos en poco tiempo, coordinando a la Luftwaffe (arma y brazo militar aéreo de la Wehrmacht) en una serie de maniobras rápidas y efectivas para conquistar los cielos ingleses. El Mariscal del Aire, que había cosechado cierto éxito en algunas operaciones militares anteriores, se veía con la suficiente superioridad gracias al duro entrenamiento al que se sometían los pilotos alemanes, que prácticamente, eran de la élite. Hitler confiaba en una rápida batalla, que minaría rápidamente el conocido valor de los británicos, y les ofrecería la oportunidad de capitular y rendirse. Pero, desde aquél Julio de 1940, algo cambió en el signo de la guerra que hasta entonces, arrasaba Europa. Pilotos, ¿preparados? La batalla por Inglaterra, se librará encima de nuestras cabezas. Descubre IL-2 Sturmovik: Cliff of Dover con nosotros.

La batalla por Inglaterra

IL-2 Sturmovik: Cliff of Dover, es el último título de una de las franquicias de simuladores más veteranas y queridas por los usuarios y la crítica de medio globo. La simulación aérea bélica jamás había sido un género especialmente importante o conocido más allá de determinados juegos muy puntuales. Todo eso cambió con IL-2 Sturmovik. El título original llegó al mercado hace más de 10 años, y hasta entonces, ha gozado de diversas adaptaciones, versiones y secuelas, contando hasta con expansiones muy queridas entre los aficionados, como el último IL-2 Sturmovik 1946. Y es que los chicos de Maddox Games, un estudio ruso bastante pequeño, han conseguido que la simulación de combate aérea tenga su particular hueco dentro de los compatibles y los juegos de aviación.

El presente Cliff of Dover, es la puesta a punto de la popular serie de títulos. Como hemos comentado anteriormente en nuestra introducción, el juego basa su ambientación en los convulsos días vividos por los pilotos ingleses y alemanes durante la conocida como Batalla por Inglaterra. Encarnaremos a uno de los jóvenes pilotos que arriesgaron su vida a lomos de estos pájaros de acero, luchando a decenas de metros por encima del Canal de la Mancha. Queremos dejar claro que estamos delante de un simulador puro y duro, con todo lo que eso implica. Es decir, no estamos ante un videojuego fácil o sencillo, donde justo después del tutorial ya estamos pegando tiros por las nubes mientras perseguimos a nuestros enemigos. No. En Cliff of Dover se ha apostado por el realismo más absoluto en todos y cada uno de los aspectos jugables y gráficos. ¿Qué quiere decir eso? Pues realmente, el juego nos irá desvelando, desde el mismísimo inicio, a qué tipo de jugador va orientado.

Aquí no hay medias tintas. Nada más empezar, se nos darán una serie de opciones para configurar el realismo y la jugabilidad durante el juego. Podemos acercarla tanto a la realidad, que incluso existe una opción para representar el máximo de atención y control del piloto y sus dos manos (control antropomórfico) que nos impedirá controlar más de dos palancas o botones a la vez y otra para regular la configuración del motor de una manera realmente pormenorizada. Eso sí, también podemos, si así lo deseamos, y acarreando la falta de gracia que eso implica, activar desde munición infinita a ciertos escudos invulnerables que evitarán que nos veamos dañados por las balas.

La personalización del piloto también estará disponible, y nos ayudará a modificar el aspecto de nuestro as del cielo. El editor es bastante sencillo, y apenas podremos cambiar ligeramente la equipación de nuestro héroe (que irá determinada en gran parte en función del país), pero será lo suficiente como para crear una personalidad definida con el que los demás combatientes con los que juguemos online, nos reconozcan.

Cliff of Dover es un título lleno de opciones y modos de juego. A parte de una especie de modo campaña, cuenta con varios modos llenos de misiones individuales y misiones rápidas. El modo principal o campaña, verdadero motor del juego, nos permitirá elegir entre pertenecer a la RAF (encarnando a un joven piloto sin experiencia) o a la Luftwaffe. La historia no es nada del otro mundo, pero está basada en historias y misiones reales, lo que añade un poco de intriga e interés al desarrollo de las misiones. Quizás el mayor pecado, es que si mientras la campaña alemana se basa en el ataque y la destrucción de batería antiaéreas (así como en el derribo de los cazas británicos a cualquier precio), la campaña británica o inglesa es más inconexa y menos variada, siendo en este caso, menos divertida de jugar.

Por si fuera poco, siempre podremos editar nuestras propias misiones sin mucho esfuerzo. Es más, esperamos que la comunidad, muy ferviente y activa en el caso de estos simuladores, comience a subir misiones y operaciones completas y divertidas para aumentar la rejugabilidad de un título ya divertido y largo de por sí. El modo multijugador online también es una apuesta fuerte de Cliff of Dover, pero no termina de despuntar. Primero, por su dificultosa búsqueda de partidas. Cuesta muchísimo encontrar una. Todo va muy lento. Una tarea titánica encontrar un servidor en concreto, y poder disfrutar de batallas de hasta 128 jugadores. Una lástima. Al momento de escribir este análisis, se había prometido mejorar enormemente en el modo multijugador, añadiendo varios mapas y preparando varios parches que, en teoría, podrían mejorar el rendimiento general del servicio. Ojalá sea así, pues la verdad, es que era uno de los modos que más prometían y a los que más ganas tenían los aficionados.

Una experiencia compleja y satisfactoria

El juego a su vez cuenta con más de 15 aviones (diferentes en aspecto, configuración y control) para pilotar y volar. Cada uno es completamente distinto, y no solo en el aspecto gráfico. Es decir, estamos, sin temor a equivocarnos, ante una de las recreaciones más realistas de la historia de la simulación. Cada cabina, cada palanca, cada botón y mando, es absolutamente diferente y conforme al modelo y tipo de avión que estamos usando, además de plenamente funcionales. ¿Qué quiere decir esto? Muy sencillo: si lo estás viendo, y está ahí, tiene una utilidad. Nada de botones de pega o diseños huecos y carentes de utilidad. La sensación de estar en una cabina de un avión encima del Canal de la Mancha es abrumadora. Si disponemos de un equipo potente (luego hablaremos de cierta polémica alrededor de su configuración gráfica y optimización), la experiencia se multiplica por diez.

Son tanto los detalles que puedes apreciar con una sola pasada al avión que estemos pilotando, que es imposible no sentirse agobiado por la excelente calidad del trabajo a nivel gráfico. Vislumbrar los maravillosos efectos de luz y sombras delante del panel de nuestra cabina, la inteligente utilización de ciertas texturas... Un logro visual y técnico, que ayuda a varios niveles cuando de jugar en un simulador se trata. Jugablemente, como habéis podido destilar de nuestras palabras, es un juego completo, y en cierta manera, muy complejo si no sabéis administrar la experiencia. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que Cliff of Dover es muy completo, y la experiencia para muchos jugadores ajenos al género y a las posibilidades de este tipo de títulos, pueden caer abrumados ante la variedad de opciones y elementos. Aunque ya hemos dejado constancia de que el sistema permite una cierta "escalada" jugable para muchos, la verdadera gracia de Cliff of Dover radica en el particular mimo y realismo con el que está tratado todo.

Conocer a la perfección el control y las posibilidades de cada avión que pilotemos se volverá esencial, pues una vez estemos en el aire, el conocimiento previo de varios elementos (mecánicos, físicos) sobre nuestra nave, podrá salvarnos en los peores momentos. El control, como ya hemos dicho, está verdaderamente pormenorizado. La configuración ideal sería la de un buen joystick con el apoyo del teclado para la designación de ciertos botones, ya que permite centrarnos en el manejo del avión con una mano, mientras podemos disponer de las teclas que necesitemos con la otra.

Una vez encontremos nuestro control perfecto, lo más inteligente, sería comenzar a soltarnos en el manejo del avión. La física, los daños percibidos y los elementos externos (viento, nubes, tormentas) son muy notorios y considerables en el manejo de nuestra nave. Cuando veamos como nuestra cabina es tiroteada y agujereada por fuego enemigo, y la velocidad y la estabilidad de nuestra nave se resienta, nos daremos cuenta. Además, uno de las nuevas mejoras incluidas en Cliff of Dover, es la posibilidad de controlar y vigilar el motor de nuestro avión de combate.

Dicha novedad, nos permitirá vigilar las revoluciones por minuto del corazón del avión, controlando la mezcla o el flujo de aire en todo momento. Dicha opción, que hará las delicias de los más fervorosos puristas de la simulación, puede ser desactivada, gestionando así el mismo juego la potencia del motor de la bestia de acero. Manejar las RPM puede ser gratificante y divertido si se sabe hacer, pero para cualquier otro jugador, puede ser un mundo que quizás no quiera descubrir. Y es que, estamos hablando de una opción mecánica y de juego tan realista, que necesita de muchísimas horas de inversión y dedicación si se quiere aprovechar y llegar a controlar. Configurar convenientemente nuestro avión, en munición, combustible y demás equipamiento, es una tarea titánica, aunque lo repetimos, muy satisfactoria.

Controvertido apartado técnico

Técnicamente es deslumbrante. No hay dudas. Los modelos de los aviones, su particular mimo a la hora de representarlos mediante texturas y modelados complejos en el interior de cada uno de ellos, es un detalle que hasta los más ajenos a los videojuegos (pero aficionados a la aviación o a la historia) deberían mirar y disfrutar. Montarse en un avión virtual, jamás había sido tan gratificante o realista. Habrá momentos, cuando estemos enfrascados en una batalla, persiguiendo (o siendo perseguidos) decenas de aviones sobre los cielos de Inglaterra, que creeremos estar dentro del vivo recuerdo de alguno de aquellos valientes pilotos que dieron su vida por defender su país, y en cierta manera, Europa entera, de la tiranía nazi. Una auténtica experiencia. Si nos centramos en los elementos gráficos que recrean las campiñas inglesas, sus pueblos y ciudades (y en general todo elemento terrestre o no "marítimo), una de cal y otra de arena.

Con respecto a su aspecto y look gráfico, no podemos decir nada. Todo está bien recreado, de una forma coherente y realista, al menos en los niveles de configuración más altos. Pero, aunque gráficamente el juego es bastante estable cuando estamos sobre el mar o luchando a gran nivel del suelo, la cosa cambia si nos vemos encima de tierra firme, con unas bajadas de frames bastante notorias y evidentes. El juego parece atascarse, siendo muchísimo menos fluido y suave que cuando sobrevolamos y pilotamos por encima del mar. Y ojo, aunque podemos entender que esto pase en equipos poco potentes o simples, no entendemos que lo haga en el equipo de prueba, que gozaba de potencia suficiente (i5 a 2.5 Ghz, 8 GB de RAM y una ATI Radeon HD 4670) como para ahorrarse este tipo de problemas.

Aunque intentamos buscar una configuración decente y óptima, el resultado resultó ser prácticamente idéntico. Aun así, tras varios parches desde la fecha de lanzamiento, la experiencia se ha limado lo suficiente como para que al menos, dichos tirones o problemas de estabilidad no sean demasiado evidentes o determinantes en el juego. Eso sí, siguen existiendo. Otro punto negativo, es que el juego, aunque traducido al español, no cuenta con doblaje a nuestro idioma, lo que puede llegar a dificultar la escucha de la radio o las instrucciones en algunos momentos.

Conclusiones finales

IL-2 Sturmovik: Cliff of Dover prometía ser una entrega más especial, diferente y completa que las anteriores. De hecho, hasta cierto punto, lo es. Es un juego largo, complejo y lleno de opciones. Su jugabilidad necesita de un tiempo de aclimatación muy alto (cosa a lo que muchos ya no están dispuestos), pero cuya satisfacción, una vez logrado pasar el temor al ponerse a lomos de un caza de acero, pólvora y aceite, es enorme. No estamos bromeando si decimos que es uno de esos juegos a los que hay que jugar si se disfruta de la simulación, pero tampoco lo hacemos, si os comentamos que es un juego que necesita de una imperiosa mejora técnica debido a su falta de optimización a varios niveles. Divertido, largo y difícil, si alguna vez os habéis querido sentir como Michael Caine, Robert Shaw o Christopher Plummer en la excelente película "La Batalla de Inglaterra", no lo pienses más: Cliff of Dover es tu título. Sin dudarlo.