Análisis de Teenage Zombies: Invasion of the Alien Brain Thingys! (NDS)

El género de las plataformas en dos dimensiones se ha visto indudablemente renovado con la aparición en la industria del videojuego de la portátil de doble pantalla de Nintendo. El género, que parecía casi extinto, se ha visto revitalizado gracias a las opciones de jugabilidad que ofrece la consola, debido a la versatilidad que ofrecen sus diversas características técnicas. Así, el hecho de que surja un título como el que nos ocupa ya no es motivo de sorpresa, pues la Nintendo DS es la consola más apropiada, en principio, para título como éste.

Cabe tener en cuenta de que el hecho de que las tres dimensiones hayan inundado el mercado del videojuego, no hace que los clásicos juegos de plataformas de toda la vida hayan perdido su público, público que, por otro lado, siguen acérrimamente el género en todas sus vertientes. Si bien es cierto que el hecho de deber de alternar entre tres personajes, cada uno con características propias y diferentes de las del resto, para solucionar la miríada de puzles y rompecabezas que asolan los niveles del juego no es, ni mucho menos, un hecho original (recordemos, en un acto de nostalgia sin parangón, algunos títulos de la época de los dieciséis bits, como el fabuloso The Lost Vikings, que surgiera para varias plataformas de ordenador y consola de hace ya más de una década), es una fórmula que no ha quedado, ni mucho menos, obsoleta, y aún hoy sigue atrayendo y divirtiendo a un gran número de jugadores.

Por otro lado, el hecho de encontrarnos con una serie de minijuegos insertos, como no quiere la cosa, entre nivel y nivel del juego, no es algo que, sinceramente, nos sorprenda a estas alturas. Al contrario, más bien nos sorprendería el hecho de que no fuera así, tratándose de un juego para Nintendo DS. Y aún así, Teenage Zombies es un juego que destaca sobre el resto de juegos de acción y plataformas, no tanto por su jugabilidad y desarrollo, como por su argumento y la puesta en escena del mismo. Podemos ver dentro del juego referencias por doquier a un montón de títulos pretéritos, así como al cine de terror. Pero aún así, el hecho de la cita constante que el juego hace de características jugables o argumentales ya vistas es, precisamente, uno de sus principales atractivos, ya que gran cantidad de jugadores podrán disfrutar de él, precisamente por poder ver reflejados los tópicos más característicos de los géneros referenciados. Y todo ello, además, en un título divertido, ameno, y, no lo dudemos, muy notablemente realizado.

Cereeebroooos…
Hordas de alienígenas cerebrales invaden la Tierra, liderados por el Gran Cerebro, un ente monstruoso e inteligente que, en este caso, representa al villano de la historia. Como la pobre humanidad no tiene nada que hacer ante el ataque, debido a que los poderosos cerebros controlan las mentes inocentes de cualquier transeúnte que se interponga en su camino (cuando no lo fríen con sus armas láser), de las entrañas del infierno surgen tres seres malditos, probablemente la última esperanza para el planeta: los zombis adolescentes, quienes, a costa de los cerebros extraterrestres, se van a pegar el festín de su vida (o de su muerte, más bien).

El humor negro abunda durante todo el juego, como pronto podremos observar. Por otra parte, la puesta en escena del mismo se presenta, desde el inicio, como la de un cómic interactivo, en el que las secuencias introductorias y narrativas del título las deberemos de leer con la consola puesta en vertical, con cada pantalla dividida en una serie de viñetas como si de las páginas de un cómic se tratase. Además, la acción del juego irá, en más de una ocasión, guiada por una serie de recuadros de texto y bocadillos muy en el estilo de los tebeos de siempre, de manera parecida a como se ha visto en otros títulos, como el clásico Comix Zone de Mega Drive, la consola de dieciséis bits de Sega.

Manejaremos, según las necesidades del momento, a tres zombis diferentes, cada uno con sus peculiaridades, sus ventajas y sus puntos flacos. Lori ‘Zurda’ López es la fémina del grupo, y a pesar de contar sólo con un brazo, podrá extenderlo para acceder a plataformas elevadas. Finnigan ‘Fins’ Magee es un tipo más bien gordito, y podrá ascender por escarpadas paredes mediante los tentáculos que salen de su espalda; además, es capaz de trepar por cuerdas y alambres suspendidos en el aire, pudiendo así desplazarse entre plataformas alejadas, así como destruir a varios enemigos de un golpe con sus mortales tentáculos. Por último, Zack ‘Halfpipe’ Brody, un zombi carente de piernas que se desplaza montado en su monopatín, podrá realizar sin problemas saltos largos y deslizarse rápidamente por pendientes, además de destruir a sus enemigos saltando sobre ellos o lanzándoles su monopatín.

Los puzles serán, a medida que avancemos la aventura, cada vez más complicados y enrevesados, cosa que hará que debamos intercambiar el personaje que controlemos con mayor asiduidad. Esto lo podemos hacer pulsando sobre el correspondiente ataúd de los tres que veremos en nuestra pantalla táctil o pulsando los gatillos laterales de nuestra consola. Por otra parte, podremos utilizar una serie de potenciadores que nos ayudarán en diferentes ocasiones durante el juego. Estos potenciadores han sido diseñados para ser utilizados por un zombie específico, con lo que deberemos de descubrir con cuál de ellos debemos utilizarlos y, por otro lado, cuál puede ser su utilidad en cada momento. Así, por ejemplo, ‘Fins’ devorará basura y podrá lanzar vomitonas destructivas que eliminen a sus enemigos, o que le permitan el paso a lugares que, por otro lado, le serían inaccesibles. ‘Halfpipe’ Brody utilizará complementos para su monopatín que le permitirán correr a mayor velocidad o volar por los aires, entre otras cosas; y ‘Zurda’ López podrá acoplarse diferentes utensilios al muñón del brazo izquierdo, para hacer uso de ellos en las situaciones que lo requieran.

Los enemigos que nos acecharán serán, mayormente, cerebros ataviados con diferentes tipos de exoesqueletos y armas que les permitan acabar con nosotros, a menos que no estemos dispuestos a permitírselo. Cada vez que destruyamos un cerebro enemigo, podremos devorar su tierna materia gris para recuperar parte de nuestra vida, cosa que aún le da un punto más macabro a todo el asunto. Encontraremos cerebros voladores, enormes cerebros que controlarán a hordas de humanos armados que nos atacarán sin dudarlo (y a los que nuestros ataques no parecen hacerles nada, aparte de asustarlos), cerebros-torreta que nos dispararán sin piedad con sus poderosos rayos láser… En fin, la variedad de adversarios está servida, y eso sin contar a las ratas que corren por doquier, los indestructibles cocodrilos que nos devorarán sin remedio, así como diferentes objetos del entorno que, de una manera u otra, podrán acabar con nosotros si no andamos con cuidado.

Cada cierto número de niveles nos enfrentaremos a una serie de minijuegos, a modo de enfrentamientos finales, que nos servirán, aparte de para pasar un rato divertido, para aumentar nuestra puntuación en el juego. Aún así, aunque nuestra puntuación sea nula, podremos continuar sin problemas con la aventura, y siempre podremos volver a disfrutar de cada minijuego al que ya hayamos jugado desde el menú de inicio del título. Por otro lado, contaremos con una serie de retos propuestos por el Gran Cerebro, consistentes en una serie de pruebas que pondrán a prueba nuestra habilidad, nuestra inteligencia y nuestra rapidez de reflejos, y en las que deberemos de derrotar a tan maligno ser en un tiempo limitado. Por supuesto, todos los minijuegos del título están controlados, como suele ser de rigor en estos casos, mediante el lápiz táctil en la pantalla inferior de nuestra consola.

Y para rizar el rizo, deberemos de ir recuperando por cada nivel las partes dispersas del zombi que veremos en la esquina inferior derecha de nuestra pantalla táctil, cosa que nos servirá para recuperar toda la vida de una vez, aparte de añadir un poco más de longitud a nuestra preciada barra de salud. En definitiva, un montón de opciones de juego reunidas en un solo título, cosa que hace que, a pesar de que no sea un juego especialmente original en su concepto, el jugador disfrute ampliamente con él, se divierta con sus salidas de tono y su humor macabro (eso sí, apto para menores) y quiera llegar hasta el final del juego sólo para poder ver el divertido desenlace de la historia que se nos ha ido contando, durante todo el título, como si de un cómic animado se tratase.

Conclusiones
Teenage Zombies es un título que por su apartado técnico podría, perfectamente, pertenecer a la generación de los dieciséis bits. De hecho, gran parte de su concepto jugable parte de la misma época, en la que el género de las plataformas relució con todo su esplendor. Aún así, es un título muy generoso y notablemente realizado, que no dará pie en ningún momento al aburrimiento, debido a su variedad de opciones de juego, y que gustará, sin duda, a públicos de todas las edades, sobretodo a los que valoren la diversión del título y su genial jugabilidad por encima de sus cualidades técnicas.