Análisis de Birds & Bombs DSiW (NDS)

La plataforma de descarga DSiWare nos ofrece varias veces al mes una serie de títulos de muy diversa condición, de casi todos los estilos imaginables, por un precio más que sugerente. Pagar cinco u ocho euros por títulos notablemente elaborados, como muchos de los que nos encontramos en el catálogo de la mencionada plataforma, generalmente es una razón más que suficiente para invertir y comprarnos muchos de los juegos alojados en la red. Por otra parte, en contadas ocasiones encontramos juegos cuya relación calidad-precio es, a todas luces, muy beneficiosa para el jugador, lo que hace del juego en cuestión una compra casi obligada para todos los usuarios de la nueva edición de Nintendo DS.

Esto ya pasó en su día con el genial Avión de Papel, un sencillo juego de habilidad que, por el módico precio de dos euros (doscientos puntos en la Tienda DSiWare), nos prometía horas y horas de diversión, solos o en compañía de otro jugador. El juego fue una de las novedades surgidas con el lanzamiento de la consola, y desde entonces la plataforma DSiWare ha ganado mucho tanto en calidad como en cantidad y diversidad de títulos. No obstante, aún hoy día nos sorprende de vez en cuando con la posibilidad obtener auténticas gangas, como decíamos. Este es el caso de la nueva propuesta dentro del catálogo de descargas digitales desarrollada por Intelligent Systems, una de las compañías de más renombre dentro del catálogo de videojuegos para las consolas Nintendo.

Intelligent Systems lleva desarrollando juegos para la compañía Nintendo desde los inicios de la misma, allá por la época de las ocho bits y la consola N.E.S. Sin ir más lejos, son los responsables de títulos como el original Metroid o el popular Duck Hunt, allá por aquellos maravillosos años, así como, dentro de un panorama un poco más actual, de las series Paper Mario, WarioWare o Advance Wars, sin ir más lejos. Lo dicho: todo un referente dentro del panorama de creación de videojuegos para los usuarios aficionados a las consolas Nintendo.

Pues bien: la compañía vuelve a sorprendernos con un sencillo y entrañable juego de habilidad, de gráficos curiosos y divertidos, y con una jugabilidad loable por su simplicidad y su excelente funcionamiento. Eso sí: no esperéis una gran historia, ni un desarrollo argumental, por pequeño que este sea. El juego sigue una premisa básica de principio a fin: lanzar bombas en la boca de varios fantasmas dispersos por las dos pantallas de nuestra consola, y punto. Así, hasta completar los cincuenta niveles de juego, en las tres modalidades jugables que nos ofrece el título. Simple y efectivo, y todo por una suma irrisoria: doscientos puntos, o lo que es lo mismo, dos euros, que vienen a representar lo que hoy día nos cuesta un café con un croissant en cualquier cafetería de mala muerte...

Spotto!

El argumento del juego, mera excusa para desarrollar un objetivo final para un juego como el que nos ocupa, nos meterá en la piel de un pájaro soldado recién salido de la academia que deberá enfrentarse a hordas de fantasmas de todo tipo para rescatar a la hija del Presidente. Los mismos fantasmas son los que han raptado a la joven, y para vencerlos únicamente tendremos a nuestra disposición una serie de bombas que deberemos lanzarles para introducírselas por la boca y, así, destruirlos definitivamente.

Esas bombas las lanzaremos con un tiro parabólico, la trayectoria del cual modificaremos mediante el uso de una rueda giratoria situada en la parte inferior derecha de la pantalla. Todo el control se realiza, de esta manera, a través del lápiz táctil, aunque la acción se desplegará por las dos pantallas de nuestra consola. Nuestro héroe se sitúa, estático, a la izquierda de la pantalla inferior y los fantasmas se repartirán de muy diversas maneras por todos los rincones de ambas pantallas. Por ello, deberemos de ingeniárnoslas para lanzar con una trayectoria acertada e, incluso, realizar carambolescos tiros para acertar en la boca de los fantasmas de más difícil acceso.

Para empeorar las cosas, flotarán por los cincuenta niveles a los que nos enfrentaremos diversas piezas de mobiliario variopinto y encantado, como librerías, cuadros, mesas e, incluso, retretes. Algunos se mantendrán estáticos, mientras otros irán deambulando por la estancia de un lado a otro, o de arriba a abajo, siguiendo patrones que deberemos de memorizar para realizar nuestro tiro correctamente y acertar en el gaznate de los fantasmas que se mueven entre ellos. Estos también se moverán por el escenario, en ocasiones, por lo que, al final, deberemos de controlar muy bien el ritmo de nuestros lanzamientos, para que una vez lancemos la bomba nos aseguremos de que tenga a un fantasma debajo.

Las bombas rebotarán sobre el mobiliario flotante y las paredes, hasta topar con alguno de los fantasmas o hasta dar con el suelo, momento en el que explotarán y perderemos una oportunidad de lanzamiento. En caso de que consigamos que una bomba llegue al estómago de un fantasma, éste explotará y nos regalará un lanzamiento extra. Por otro lado, a medida que insertemos bombas en los diferentes fantasmas que pululan por el juego (e, incluso, en algunos de los retretes voladores), iremos consiguiendo unas bonificaciones que convertirán las bombas corrientes de nuestro protagonista en súper bombas, que en caso de ser tragadas por un fantasma, producirán un aluvión de bombas que, a su vez, provocará una reacción en cadena en caso de que una de ellas sea tragada por uno de los fantasmas restantes.

Cabe decir que cada diez niveles deberemos de enfrentarnos a un jefe de gran tamaño, el cual no dejará de moverse a derecha e izquierda del escenario, el cual morirá únicamente al recibir el impacto de tres bombas. No obstante, acabar con los jefes no será excesivamente complicado, aunque hacia el final del juego todos los elementos del escenario estarán en movimiento, por lo que las cosas se nos complicarán sustancialmente.

El juego es extremadamente divertido, seguramente por la simplicidad del concepto de juego y la simpatía que despierta desde el inicio, tanto por los divertidos gráficos que adornan el título como por la alegre sintonía que nos acompañará durante toda la aventura, así como los efectos de sonido y las voces de nuestro tierno protagonista. Lamentablemente, el juego se nos hará muy corto, y no excesivamente complicado, aunque según completemos niveles en el modo principal de juego, el Modo Historia, iremos desbloqueando dos modalidades más que alargarán un poquito la vida del título, permitiéndonos disfrutar algunas horas más del mismo.

De esta manera, al llegar a la mitad de los niveles del juego, desbloquearemos el Modo Desafío, el cual nos retará a completar el mayor número de niveles posibles con únicamente ocho bombas en nuestro poder. Esto, claro está, no sería mucho si no fuera porque aún podremos conseguir una bomba extra por cada lanzamiento realizado con éxito. Esto es, por cada fantasma destruido conseguiremos un lanzamiento extra.

Por otra parte, al completar el modo principal de juego totalmente, desbloquearemos el Modo Historia+, en el cual podremos repetir los cincuenta niveles del juego, aunque sin poder predecir la trayectoria que realizarán nuestros lanzamientos, ya que la línea que al comenzar el juego nos servía de guía para cada tiro se acortará significativamente, con lo que únicamente sabremos la dirección en la que lanzaremos la bomba, pero no la parábola que realizará ni las posibles carambolas que hará al rebotar contra muebles y paredes.

Conclusiones

Birds & Bombs cuenta con una premisa jugable sencillísima, factor que, probablemente, se haya convertido en su principal virtud. Divertido, simpático a más no poder, con un apartado técnico a la altura de las circunstancias y, sobre todo, adictivo a más no poder. Así es la última propuesta de Intelligent Systems, quien nos han vuelto a demostrar que no es necesario un apartado técnico sensacional ni un argumento redactado por los mejores guionistas de la industria para conseguir crear un juego que cause sensación entre el público. Y todo ello por un precio más que razonable...