Análisis de Modern Command (iPhone)

Las plataformas táctiles, y esto es algo que siempre hemos querido recalcar desde las presentes líneas dedicadas a iOS y Android, son el recipiente y la interfaz perfecta para disfrutar de los juegos estratégicos. Su sencillez de uso y rapidez de respuesta son geniales para sustituir al sempiterno ratón como vehículo y herramienta de órdenes y comando, pero hasta la fecha, no hemos visto demasiadas incursiones notables en el género. Modern Command, de Chillingo, Level 8 y EA, no es que sea una maravilla del género, y ni mucho menos la panacea total a nuestras réplicas y comentarios, pero es una app bastante entretenida.

Misil aquí, misil allá

Modern Command funciona como juego de estrategia -al estilo tower-defense o defensa de torres-, pero también como título de habilidad y reflejos. Es decir, aunque es una app muy parecida en base y forma a lo que sería un juego de estrategia, con gestión de recursos y mejora de instalaciones, Modern Command aboga más por la rapidez de actos y ataques. En la app de Chillingo, siempre estaremos bajo asedio -aunque en muchos casos, un buen ataque será mejor que una planificada defensa-, rodeados de enemigos por doquier y con la imperiosa obligación de no dejar pasar ni una sola unidad terrorista a nuestra base. ¿Cómo nos defenderemos? Seleccionaremos una de nuestras armas, apuntaremos al escenario o la unidad, y dispararemos. Simple y efectivo. ¿Es entonces Modern Command un tower-defense un poco más estratégico y más enfocado a la acción de lo normal en el género? Sí, no se nos ocurre mejor definición.

De hecho, nuestra misión -aparte de la de proteger protonio, un mineral de cualidades casi totémicas para el orden mundial-, será la de destrozar todas y cada una de las amenazas que nos encontremos en los diferentes países y continentes que iremos visitando -desde Sudamérica y sus junglas a Europa y sus bosques, pasando por los desiertos y llanuras de África-, mejorando nuestras armas y características en función de las necesidades que nos vayan surgiendo.

Debido a lo inmóvil del juego -somos gerentes de un estático complejo de misiles-, las misiones que se nos irán otorgando quizás no sean del todo variadas, centrándonos en defender nuestras posiciones, impidiendo que los terroristas y líderes de la guerrilla, acaben rompiendo nuestras líneas. Estas misiones son un mero pretexto para el lanzamiento continuo de ojivas y demás armas mortales de largo recorrido, con lo que no esperéis un argumento demasiado intrincado o interesante. La mayor parte del tiempo, como en otros juegos del género, en Modern Command iremos mejorando nuestra base, ampliando el rango de nuestras armas y escogiendo las rutinas de ataque más convenientes según el tipo de unidad que nos asedia.

Fortificando defensas y mejorando nuestra capacidad ofensiva

Los enemigos de la libertad irán no solo a pie, también a bordo de jeeps, tanques, robots, drones o incluso aviones, cada uno con su resistencia, su capacidad de ataque y defensa, y su movilidad o rapidez. Es decir, los vehículos y blindados tendrán una capacidad de destrucción concreta, con lo que deberemos usar un tipo u otro de arma para parar su avance. Nuestro centro de lanzamiento de misiles tiene varios huecos o ranuras, que podemos rellenar con diversas armas, cada una, como no podía ser de otra manera, con sus pros y sus contras. Tendremos desde ametralladoras de gran calibre a misiles tierra-aire, pasando por ojivas nucleares o cañones rail-gun…

Y si alguna no nos convence, o se queda corta para nuestros fines, no hay problema: en Modern Command también podemos ir mejorando y comprando nuevas armas con el dinero y los créditos obtenidos con cada baja realizada en las filas del contrario, aumentando el alcance, la potencia o la velocidad de recarga de las mismas. Además, si la cosa se complica, siempre podemos usar la ayuda de tropas aliadas, que bombardearán la zona y nos quitarán gran parte de los enemigos de encima, y que vendrán, en su mayoría, bajo la forma de ataques aéreos.

Bajo ningún concepto, y en ningún momento, en Modern Command estaremos exentos de concentración. Para poder disparar, y acertar, tenemos que tener en cuenta varios factores, y mientras tanto, las tropas de terroristas avanzarán inexorablemente -eso sí, no os preocupéis demasiado, porque los enemigos siguen teniendo unas rutas prefijadas muy claras según el tipo de unidad-. Por eso, tendremos que calcular la velocidad de cada enemigo, la rapidez de recarga de cada arma o el rango de expansión de cada explosión -que se nos indica de forma clara mediante el puntero rojo tras el lanzamiento de cada misil-. Así, empezaremos a priorizar objetivos, a catalogar amenazas o discernir combinaciones de armas -hay proyectiles que casan muy bien de forma combinada junto a otros-, en un continuo baile de destrucción.

Cabe destacar que Modern Command es una app free-to-play, y como tal, está regada de mejoras, paquetes y demás compras in-app integradas en el juego. En principio no son obligatorias, y de hecho no hemos echado en falta ningún tipo de mejora en nuestro avance en el juego -podemos ayudarnos a través de Facebook junto a otros contactos para ir más rápido en nuestras tareas-, pero la verdad es que siempre es un tanto molesto que los continuos anuncios te entorpezcan el desarrollo y la experiencia conseguida hasta que se pase por caja.

Modern Command es una app notable a nivel técnico, con buenos gráficos tridimensionales y un montón de efectos especiales colindantes, ya que los escenarios son grandes, muy detallados y están llenos de elementos destructibles, como árboles y casas. Es un placer ver cómo, cuando la orgía de destrucción se desata en nuestro iPad o iPhone, salen miles de elementos volando por los aires sin ton ni son. En cuanto a la banda sonora, y los efectos sonoros colindantes -como explosiones, y demás-, Modern Command raya también a un grandioso nivel, en completa consonancia con su apartado gráfico. La app de Chillingo está traducida al castellano, y goza de soporte para Game Center.

Conclusiones finales

Es complicado encontrar -sobre todo a estas alturas- un juego de defensa de torres original o divertido. La mayoría de ellos acaban siendo copias insulsas de anteriores intentonas, y eso acaba por desentonar el resultado final de cara al jugador, que a grandes rasgos, acaba encontrándose con juegos muy similares entre sí. Modern Command no es la panacea ni el Santo Grial del género, pero sí sabe entretener, ofreciendo un buen equilibrio jugable, al aficionado. Quizás llegue demasiado tarde -con un público atiborrado de juegos similares-, y puede que abuse de los anuncios o el planteamiento free-to-play -sus dos principales fallas- pero estamos ante un juego notable, con un control que responde a la perfección en la pantalla táctil del iPhone o el iPad. Dentro de su género, es sin duda, una de las mejores opciones disponibles en iOS.