Análisis de James Bond 007: Nightfire (Game Boy Advance)

El mundo de los videojuegos siempre ha estado ávido de héroes que protagonicen nuevos e interesantes títulos. Personajes que transporten a los jugadores fuera de sus monótonas vidas y los sumerjan en aventuras que nunca podrían vivir en la realidad. Carisma, buen porte, saber hacer con las mujeres y una vida llena de peligros y aventuras: ¿Se puede pedir una personalidad mejor para una tarde de diversión? James Bond tiene esto y mucho más; por ello no es de extrañar que el ya mítico personaje creado en los años 50 por el escritor Ian Fleming sea el protagonista de decenas de títulos para los más diversos sistemas. Entre ellos el titulo que nos ocupa: James Bond 007: Nightfire. De la mano de Electronic Arts, Nightfire ha pasado por todas las plataformas existentes en la actualidad (NGC, XB, PS2), consiguiendo un notable éxito de critica y publico en general. Bajo el formato de un juego de acción en primera persona (sistema de moda en la actualidad), Nightfire nos proponía vivir una aventura del más famoso agente secreto de la historia totalmente nueva, fuera de argumentos de películas o libros. No es de extrañar por ello que EA se decidiera a traernos una versión para la portátil de Nintendo. Pero para sorpresa del personal y en contra de la norma de hacer versiones reducida a un sistema clásico de acción 2D (caso reciente de Ubi Soft con Splinter Cell), EA nos ofrece un genuino FPS en 3D real siguiendo la línea de sus hermanas mayores. Una apuesta arriesgada dadas las limitaciones graficas de GBA, cuyo resultado trataremos de valorar en este análisis. No somos un agente cualquiera, somos la elite y por ello solo entramos en acción cuando la situación realmente lo requiere. Una personalidad como la nuestra requiere de un enemigo a la altura de las circunstancias, y en esta ocasión ese honor corresponde a un individuo llamado Rafael Drake. Líder de una organización para la conservación del medio ambiente, Rafael Drake en realidad tiene planes mucho menos altruistas, ni más ni menos que la dominación del planeta (como veis el argumento no es especialmente original). En nuestra lucha con el malvado líder del grupo criminal no faltarán giros en la historia, peligrosas misiones y bellas féminas con las que poner a prueba nuestra reputada fama de conquistador. Por desgracia aquí aparece una de las limitaciones del cartucho, y toda la trama nos será contada en un perfecto inglés y mediante imágenes estáticas en pantalla. De todos es conocido que las limitaciones de memoria de un cartucho hacen que la inclusión de escenas cinemáticas o de video sea casi imposible, pero tampoco es necesario que las imágenes ocupen menos de un 25% de la ya de por sí pequeña pantalla de GBA. Un punto negativo en este sentido. Si de algo no se puede acusar a esta versión del juego es de recortar el arsenal del que disponemos para acabar con los numerosos enemigos que nos harán frente durante nuestra aventura. Tenemos licencia para matar, y equipamiento de sobra para llevarlo a cabo... Como no podía ser de otra manera tratándose de James Bond, desde el comienzo contaremos con la ayuda de nuestra inseparable y ya mítica pistola Wolfram P2K. Pero el mundo no se libera del mal con una simple semiautomática, y durante el transcurso del juego, ya sea quitándoselas a nuestros enemigos o bien recibiéndolas a principio de fase, podremos completar nuestro pequeño arsenal con delicadezas como una automática A3, una potentísima Deutsche M9K o el más discreto pero ultra preciso rifle de francotirador con zoom incluido. La colección se completa con armas contundentes como un lanzamisiles con el cual deberemos derribar un helicóptero en pleno vuelo. Como veis, Nightfire mantiene este apartado a un gran nivel. Pero tratándose de Bond no podía faltar un gran conocido por cualquier seguidor de la saga: sí, amigos, nos referimos al entrañable Doctor Q, que en esta ocasión también pone a nuestra disposición sus más sofisticados sistemas tecnológicos. El llavero aturdidor mediante descargas eléctricas, un reloj con láser incluido que nos servirá para derretir cerraduras o un impresionante teléfono móvil con lanzador de enganches, gracias al cual podremos acceder a zonas de otra forma inaccesible al puro estilo Bat-Gancho, son solo algunos de ellos. Todos estos objetos nos serán de gran utilidad durante las distintas misiones y dan al juego una gran variedad de situaciones. Nightfire se divide en nueve misiones principales, que a su vez componen un total de 25 sub-misiones. Efectivamente nueve fases no son ni mucho menos un número elevado para un cartucho cuyo precio no es precisamente bajo. A su favor se tiene que decir que frente a otros títulos de este mismo genero, como por ejemplo Doom, donde todos los escenarios son prácticamente el mismo y el fin último no es más que masacrar, Nightfire nos propone multitud de situaciones distintas que hacen del juego algo mucho más ameno. Una vez metidos en la personalidad de Bond seremos infiltrados en un castillo situado en Austria, bajo un clima tormentoso que cubre todo de nieve. Éste será nuestro primer contacto con el juego y donde pondremos en acción nuestra licencia de agente secreto. Pero nuestro enfrentamiento contra el imperio del mal nos llevará por los más diversos parajes, desde edificios de alta tecnología, tradicionales casas de estilo asiático, o plantas de energía hasta playas donde rompen las olas o estaciones espaciales. Sin llegar ni muchos menos a los niveles de juegos como Metal Gear, Nightfire nos propone pequeñas misiones de infiltración en las que pasar desapercibido, o diferentes objetivos a cumplir para poder pasar a la siguiente misión, del estilo de destruir cierta estructura o rescatar rehenes sin hacerles daño. No esperéis un juego táctico ya que no lo es ni se lo propone, pero sí da pequeñas pinceladas que lo hacen más atractivo y resta la monotonía achacable en general a este tipo de juegos. Especial mención merecen las misiones en el espacio. En éstas dejaremos el estable suelo y nuestra amiga gravedad para flotar cual bolsa de plástico en un día de viento. Manejando a nuestro personaje mediante una especie de jetpack y sin más arma que un láser recorreremos laberínticos pasillos. En definitiva, Nightfire dispone de un bajo número de fases, si bien la variedad de éstas es mucho más alta de lo común en este género. Un juego en primera persona generalmente necesita de un gran número de acciones a realizar, y éste no es menos. Intentar suplir la carencia de un ratón en el caso del PC o de los Stick analógicos en consolas de sobremesa no es nada sencillo, y dado los limitados controles de GBA aun menos. El resultado se puede considerar aceptable si bien complejo de manejar. Disponemos de todas las acciones habituales... Agacharnos, saltar, mirar en todas direcciones, andar lateralmente, recargar el arma... etc. Todo esto se realiza mediante combinaciones de botones que en ocasiones recuerdan más a un combo en un juego de lucha que a un juego de este estilo. Esto hará que en las primeras partidas nos acribillen mientras intentamos cambiar de arma o pongamos el punto de mira mirando a Gibraltar mientras nos disparan sin saber de dónde. Con práctica y unas partidas después, la verdad es que el sistema de control deja jugar con comodidad aunque a mi forma de ver quizás hubiera sido mejor eliminar determinadas acciones en pos de un control más intuitivo. Sin duda el apartado grafico de este titulo es lo más complicado de valorar. De mano de los programadores de JV Games Nightfire nos llega con un motor grafico totalmente en 3D. A diferencia de juegos como Doom II que se basan en un modo pseudo 2D para representar un mundo tridimensional, Nightfire nos sorprende con unos escenarios formados totalmente a partir de polígonos texturizados. Excepto los enemigos que siguen basándose en el viejo sistema de sprites 2D, todos los elementos del juego están elaborados en 3D real. Evidentemente GBA no es una maquina especialmente pensada para este tipo de gráficos y eso se deja notar pese al loable trabajo de los programadores... Las estructuras que componen los escenarios no dejan de ser en su mayoría simples cubos, que dependiendo de la textura aplicada pasan a representar desde un frigorífico a un camión. Mover un motor grafico de este tipo en una consola con limitada potencia de GBA requiere sacrificios gráficos, y en este caso son los detalles en los escenarios. Las texturas están bien diseñadas y aplicadas con un excelente criterio, lo que hace que pese a la baja complejidad estructural en los distintos escenarios, éstos se diferencien y nos transmitan la sensación de recorrer una estación espacial o enfrentarnos a un ejército en una playa. Intentando innovar en este campo los programadores de JV Games han introducido pequeños "lujos" gráficos como focos móviles que iluminan en tiempo real. Por supuesto, no todo podía ser tan bonito, y todos estos excesos gráficos tienen su precio. El framerate en pantalla es bastante bajo, haciendo que en determinados momentos los enemigos directamente salten más que andar, o que los giros no sean especialmente suaves. Por otra parte se tiene que tener en cuenta el tema de la baja resolución de la pantalla. Esto tira por tierra gran parte de la buena labor de los programadores, pues un enemigo en la distancia no deja de ser cuatro puntos blancos en movimiento. Para juzgar este apartado se tiene que poner en una balanza dos factores. Por un lado la buena fe y trabajo de los programadores por traernos a nuestra portátil todo un FPS en 3D y por otra parte el resultado obtenido. Por desgracia en esta ocasión ha pesado más lo segundo y el resultado no es del todo satisfactorio. Sin duda, en el sonido se encuentra el mejor apartado técnico de este cartucho. Inspirado en las películas de la saga, desde el primer momento nos encontramos con melodías que nos traerán a la memoria las mejores aventuras de nuestro agente secreto favorito. Empezando por la pantalla de presentación, donde con una puesta en escena clásica en la serie no podía faltar la más famosa banda sonora de James Bond, compuesta por Monty Norman y John Barry, y reproducida con una excelente calidad. Durante las diferentes misiones escucharemos distintas músicas del mismo corte clásico en la serie de películas y totalmente ambientales y acertadas acorde con la situación nos sumergirán en la acción. Sonidos sampleados con una gran calidad acompañarán a cada uno de los disparos que efectuemos, haciendo que cada arma disponga de su característico sonido. Gritos de dolor de los enemigos al ser abatidos completan un apartado completo y de gran calidad. EA nos trae un juego interesante en su desarrollo y ambicioso en sus formas. Tratar de conservar la estructura del juego en consolas con mayor potencia es digno de alabar, así como el desarrollo de un motor grafico totalmente 3D. Leyendo este artículo podría parecer que nos encontramos ante un gran juego, pero por desgracia no es así. No se puede juzgar un juego separando los distintos apartados técnicos que lo componen, lo importante es como se integran en conjunto, y, desgraciadamente, Nightfire arrastra serias limitaciones como videojuego. Por una parte nueve misiones principales son a todas luces escasas, pese a la dificultad de algunas de ellas. Una vez terminado el juego pocas serán las motivaciones que nos llevarán a jugarlo de nuevo, ya que dejando de lado un nivel de dificultad más alto apenas nos ofrece alicientes para ello. Otro defecto es la total ausencia de modos de juego multijugador, una posibilidad que haría subir muchos enteros la duración total de éste. El espectacular sistema grafico utilizado a priori no deja de ser un arma de doble filo, y lo que podría convertirse en uno de los más espectaculares juegos a nivel grafico para GBA no lo consigue por una baja resolución y lo brusco en sus movimientos. Un control francamente complicado completa las imperfecciones de este juego. Aun así, Nightfire puede ser una interesante compra para los amantes de este género si pasamos por alto los fallos antes citados. Mantiene en todo momento una buena línea argumental y grandes dosis de acción, multitud de armas y diferentes inventos que harán las delicias de los seguidores de esta saga, y que junto a un apartado sonoro rozando un altísimo nivel completan un juego que podría haber llegado a ser uno de los grandes si se hubieran logrado pulir ciertos detalles. Como recomendación personal os animo a que probéis el juego en movimiento antes de decidiros a comprarlo, ya que las imágenes pueden engañar fácilmente.